Tomado del libro de Wayne Dyer, Tus Zonas Erróneas:
La felicidad y tu propio C.I.
(Coeficiente de Inteligencia)
El hacerte cargo de ti mismo significa dejar a un lado ciertos mitos muy generalizados. A la cabeza de la lista está la noción de que la inteligencia se mide por la capacidad de resolver problemas complejos; de escribir, leer y computar a ciertos niveles; y de resolver rápidamente ecuaciones abstractas. Esta visión de la inteligencia postula la educación formal y el conocimiento académico o la cultura como la verdadera medida de la realización personal. Fomenta una especie de esnobismo intelectual que ha obtenido consigo unos resultados muy desmoralizadores. Hemos llegado a creer que una persona es "inteligente" si tiene una serie de títulos académicos, o una gran capacidad dentro de alguna disciplina escolástica (matemáticas, ciencias), un enorme vocabulario, una gran memoria para recordar datos superfluos, o si es gran lector. Sin embargo los hospitales psiquiátricos están atiborrados de pacientes que tienen todas las credenciales debidamente presentadas –como de muchos que no las tienen-. El verdadero barómetro de la inteligencia es una vida feliz y efectiva vivida cada día y en cada momento de cada día.
Si eres feliz, si vives cada momento, aprovechando al máximo sus posibilidades, entonces eres una persona inteligente. La capacidad de resolver problemas es un aditamento útil a tu felicidad, pero si tú sabes que a pesar de tu falta de habilidad para resolver cierto tipo de cosas puedes elegir lo que te haga feliz, o que, por lo menos, puedes evitar lo que te hará infeliz, entonces se podrá decir que eres inteligente. Eres inteligente porque tienes el arma más eficaz para combatir el C. N. Sí: el (Colapso Nervioso.)
Te llamará quizá la atención que te diga que no existe eso que llamamos Colapso o Depresión Nerviosa. Los nervios no colapsan. Abre a alguien y busca sus nervios rotos. No aparecerán. Las personas "inteligentes" no tienen C. N. porque están en control de sí mismas. Ellas saben cómo elegir la felicidad en vez de la depresión, porque saben enfrentarse con los }problemas} que hay en sus
vidas. Nótese que no dije }resolver} los problemas. En vez de medir su inteligencia por su capacidad para }resolver} problemas esta gente la mide por su capacidad de seguir siendo igualmente felices y valiosos, se solucione o no el problema.
Puedes empezar a considerarte realmente inteligente en base a cómo escojas sentirte al enfrentarte con circunstancias difíciles. Las dificultades de la vida son muy parecidas para todos. Todos los que están con otros seres humanos en cualquier contexto social tienen las mismas dificultades. Los desacuerdos, las componendas, los conflictos son partes de lo que significa ser un ser humano. Igualmente, el dinero, la vejez, las enfermedades, la muerte, los desastres naturales y los accidentes son acontecimientos que presentan problemas a todos los seres humanos. Pero mientras algunas personas logran evitar el desaliento que inmoviliza y la infelicidad al enfrentarse con estos hechos, hay otros que se desploman, quedan inertes o sufren un Colapso Nervioso. Los seres humanos que reconocen los problemas como algo que es parte de la condición humana y no miden la felicidad por la ausencia de problemas, ésos son los seres humanos más inteligentes que conocemos; también los más raros y difíciles de encontrar.
Aprender a hacerte totalmente cargo de ti mismo implicará un proceso mental completamente nuevo, y que puede resultar difícil porque son demasiadas las fuerzas que en nuestra sociedad conspiran contra la responsabilidad individual. Debes confiar en tu capacidad de sentir emocionalmente lo que elijas sentir en cualquier momento dado de tu vida.
Éste es un concepto radical. Probablemente tú has crecido creyendo que no puedes controlar tus propias emociones; que la ira, el miedo y el odio, al igual que el amor, el éxtasis y la alegría son cosas que te pasan. Un individuo no controla estas cosas: las acepta. Cuando sucede algún acontecimiento penoso, uno naturalmente siente pena, y espera que muy pronto sucederá algo bueno y alegre para poderse sentir bien.
Hace años, en 1903, Henry James dio estos consejos en su novela “Los embajadores:”
Vive todo lo que puedas; no hacerlo es una equivocación.
No importa mucho lo que hagas siempre que tengas tu vida.
Si no has tenido eso, ¿qué has tenido?...
...El momento apropiado es cualquier momento que uno aún tiene la suerte de tener... ¡Vive!
Si miras hacía atrás lo que ha sido tu vida, como lo hizo Ivan Ilich en la novela de Tolstoi, descubrirás que es muy raro que te lamentes o arrepientas por algo que has hecho. Es lo que no has hecho lo que te atormentará. O sea, que el mensaje está muy claro. ¡Hazlo! !Haz cosas!
Algunos ejercicios fáciles para amarse a si mismo
La práctica del amor a uno mismo empieza por la mente. Debes aprender a controlar tus pensamientos. Esto requiere ser muy consciente del presente cuando te comportas de una forma destructiva. Si logras pescarte haciéndolo, podrás empezar a enfrentarte de una manera positiva con el pensamiento que inspira semejante conducta.
Descubres que has dicho algo como: "En realidad no soy tan listo; fue cuestión de suerte sacar una nota tan alta en el examen". En este instante debería sonar una campana de alarma en tu cabeza. "Acabo de hacerlo otra vez. Me comporté de una manera autodespreciativa, como si me odiara a mí mismo. Pero ahora estoy consciente de ello y la próxima vez evitaré decir esas cosas que he estado diciendo toda mi vida." Tu estrategia es corregirte en voz alta, diciendo: "Dije que tuve suerte pero en realidad la suerte no tuvo nada que ver en ese asunto; me saqué esas notas porque las merecí. Esto representa un pequeño paso hacia la autoestima, este paso consiste en reconocer tu comportamiento autodestructivo en el momento-presente y en decidir actuar de una manera diferente. Antes tenías una costumbre; ahora eres consciente de que quieres ser diferente y que has elegido lograrlo. Es como aprender a conducir un coche con cambios fijos.
Con el tiempo, habrás adquirido un nuevo hábito que no necesitará que estés constantemente alerta ni consciente al respecto. Muy pronto y con toda naturalidad empezarás a actuar con respeto y amor a ti mismo.
Con tu mente actuando ahora a favor tuyo en vez de en contra tuya, se vislumbran en el horizonte una serie de fascinantes actividades de autoestima. He aquí una breve lista de esta clase de comportamientos que luego podrás ampliar cuando consigas un sentido de autoestima basado en tu propia valía.
- Escoge una serie de reacciones nuevas ante las tentativas de los demás de llegar a ti con amor y aceptación.
- En vez de dudar inmediatamente de la sinceridad de cualquier gesto afectivo, acéptalo con un "Muchas gracias", o "Cuánto me alegro que pienses así".
- Si hay alguien por quien sientes verdadero amor díselo de frente:
"Te amo" y mientras observas su reacción puedes darte una palmadita en la
espalda por haberte atrevido a correr ese riesgo.
- En un restaurante, pide algo que realmente te guste sin preocuparte por lo que pueda costar. Date un verdadero gusto porque lo mereces. Empieza a elegir las cosas que más te gusten en todas las situaciones, incluso en los mercados y tiendas de comestibles. Date el lujo de adquirir tu producto favorito, sea lo que sea, porque lo mereces. Abomina y destierra toda conducta abnegada en la que te niegues a ti mismo a menos que sea absolutamente necesario. Y rara vez lo es.
- Al cabo de un día agobiante y después de haber comido mucho, toma tiempo para una siesta o date un paseo por el parque, incluso si tienes mucho que hacer. Te ayudará a sentirte ciento por ciento mejor.
- Inscríbete en alguna organización o apúntate para tomar parte en alguna actividad que te guste. Quizás has estado postergando hacerlo porque tienes tantas responsabilidades que simplemente no tienes tiempo para ello.
Al escoger amarte a ti mismo y coger las tajadas de la vida que te apetecen, los demás, a los que tú sirves, aprenderán también a tener confianza en sí mismos. Y descubrirás que no sientes resentimiento hacia ellos.
Los servirás porque eliges hacerlo y no porque tienes obligación de hacerlo.
- Elimina la envidia reconociéndola como una manera de rebajarte a ti mismo. Al compararte con otra persona e imaginarte que eres menos querida que ella, haces que otros sean más importantes que tú. Mides tus propios méritos comparándolos con los de los demás. Recuérdate a ti mismo que 1) un tercero puede preferir a otra persona sin necesidad de que ello sea un reflejo negativo de tu persona, o, 2) si eres o no elegido, por cualquier persona significativa, no quiere decir nada, pues no es así como evalúas tu propio mérito. Si haces así, estás condenado a dudar de ti mismo eternamente, porque siempre estarás pendiente de cómo sentirá alguna otra persona en cualquier momento de cualquier día. Si él o ella escogen a otra persona, la elección es un reflejo de su personalidad y no de la tuya. Con la práctica y la costumbre de amarte a ti mismo, cualquier circunstancia que antes te daba celos o envidia funcionará de manera inversa. Creerás tanto en ti mismo que no necesitarás ni la aceptación ni el amor de los demás para sentir que vales.
- Tu actividad basada en el amor a ti mismo puede incluir nuevas formas de tratar tu cuerpo, tal como elegir comida buena y nutritiva; eliminar el exceso de peso (lo que puede ser un riesgo para la salud a la vez que una indicación de autorrechazo); hacer paseos en bicicleta o caminatas regularmente; hacer muchos ejercicios saludables; salir a disfrutar de la naturaleza y el aire puro porque es agradable y uno se siente bien; y en general cuidando tu cuerpo para que sea atractivo y goce de buena salud. Siempre que tú quieras ser sano. ¿ Por qué? Porque eres importante y te vas a tratar como si lo fueras. Un día entero pasado
encerrado o llevando a cabo actividades aburridas es un voto de hostilidad hacia tu propia persona. A menos que te guste estar encerrado, en cuyo caso, tú habrás elegido esa situación que entonces será válida.
Algunos pensamientos para terminar
No existe algo que se pueda llamar naturaleza humana. La frase está diseñada para encasillar a la gente e inventar excusas. Tú eres producto de la suma total de tus elecciones, y cada uno de los "Yo soy" que tanto cuidas, podría ser rebautizado o reetiquetado: "He escogido ser". Vuelve a la pregunta que abre este capítulo. ¿Quién eres tú? y ¿Cómo te describes a ti mismo? Piensa en algunas etiquetas deliciosas que sean completamente nuevas y no estén relacionadas en absoluto con las cosas que los demás han elegido para ti, o con las que tú habías elegido para ti hasta ahora. Esas aburridas y viejas etiquetas pueden estar impidiendo que tengas una vida tan plena como quisieras.
Recuerda lo que dijo Merlin sobre la educación:
" Lo mejor para la tristeza -contestó Merlin, empezando a soplar y resoplar- es aprender algo. Es lo único que no falla nunca. Puedes envejecer y sentir toda tu anatomía temblorosa; puedes permanecer durante horas por la noche escuchando el desorden de tus venas; puedes echar de menos a tu único amor; puedes ver al mundo a tu alrededor devastado por locos perversos; o saber que tu honor es pisoteado por las cloacas de inteligencias inferiores. Entonces sólo hay una cosa posible: aprender.
Aprender por qué se mueve el mundo y lo que hace que se mueva. Es lo único que la inteligencia no puede agotar, ni alienar, que nunca la torturará, que nunca le inspirará miedo ni desconfianza y que nunca soñará con lamentar, de la que nunca se arrepentirá. Aprender es lo que te conviene.
Mira la cantidad de cosas que puedes aprender: la ciencia pura, la única pureza que existe. Entonces puedes aprender astronomía en el espacio de una vida, historia natural en tres, literatura en seis. Y entonces después de haber agotado un millón de vidas en biología y medicina y teología y geografía e historia y economía, pues, entonces puedes empezar a hacer una rueda de carreta con la madera apropiada, o pasar cincuenta años aprendiendo a empezar a vencer a tu contrincante en esgrima. Y después de eso, puedes empezar de nuevo con las matemáticas hasta que sea tiempo de aprender a arar la tierra."'
Esta cita de un artículo del Reader's Digest sobre la felicidad resume la actitud conducente a una existencia vivida positiva y eficientemente que es de lo que hemos estado hablando:
Nada hace que la felicidad sea más inalcanzable que tratar de encontrarla. El historiador Will Durant describe cómo buscó la felicidad en el conocimiento y sólo encontró desilusiones. Luego buscó la felicidad en los viajes y sólo encontró el cansancio; luego en el dinero y encontró discordia y preocupación. Buscó la felicidad en sus escritos y sólo encontró fatiga. Una vez vio una mujer que esperaba en un coche muy pequeño con un niño en sus brazos. Un hombre bajó de un tren y se acercó y besó suavemente a la mujer y luego al bebé, muy suavemente para no despertarlo.
La familia se alejó luego en el coche y dejó a Durant con el impacto que le hizo realizar la verdadera naturaleza de la felicidad. Se tranquilizó y constató que "todas las funciones normales de la vida encierran algún deleite".
Si usas tus momentos presentes para aumentar al máximo la plenitud de tu realización, serás una de esas personas y no un simple observador. Es una idea maravillosa: estar libre de zonas erróneas. Puedes hacer esa elección ahora mismo, si escoges hacerla.
Artículo:
Los libros mas vendidos
Sin duda durante la historia se han escrito una gran cantidad de libros, pero son pocos los que enganchan a la gente ya sea por su historia, mensaje, conocimiento etc. en esta pagina les traemos los 15 libros mas vendidos en la historia, con una breve descripcion de cada uno.
Libro, obra impresa o manuscrita no periódica que consta de una serie de hojas (más de 49 según la definición de libro dada por la UNESCO) de papel, pergamino, vitela u otro material, cosida o encuadernada que se reúne en un volumen. Un libro puede tratar sobre cualquier tema. Es cada una de las partes de dicha obra y los códigos y leyes de gran extensión.
Lista de los libros mas vendidos de la historia segun wikipedia
1. The Bible (La Biblia) -
La Biblia es el conjunto de libros canónicos del Antiguo y Nuevo testamento. Según las religiones judía y cristiana, la Biblia transmite la Palabra de Dios.
2. Quotations From Chairman Mao Zedong (Citas de Mao Tse-Tung) - Mao Zedong - 1966
Las Citas del Presidente Mao es un pequeño libro publicado en 1964 en la República Popular China en el que se recogen citas y discursos pronunciados por Mao Zedong, en aquel momento presidente del Partido Comunista de China. Coloquialmente se lo denomina a menudo el pequeño libro rojo o libro rojo de Mao.
El libro fue recopilado por el colaborador de Mao Lin Biao, ministro de defensa y jefe de las fuerzas armadas, que sería responsable del desarrollo del culto a la personalidad en torno a la figura de Mao.
Las Citas del Presidente Mao sería uno de los instrumentos básicos de adoctrinamiento ideológico de las masas durante la época de la Revolución Cultural, cuando la doctrina del maoísmo fue ensalzada en China como evolución del marxismo-leninismo y culminación del pensamiento ideológico comunista.
Aunque el lenguaje revolucionario de las citas de Mao ha caído en desuso en la China actual, es muy frecuente ver ediciones modernas del libro vendidas como recuerdo turístico.
3. Harry Potter (Serie de libros de Harry Potter) - J.K. Rowling - 1997
Harry Potter es el nombre por el que se conoce a la serie de novelas de fantasía escritas por J. K. Rowling, el principal protagonista de las mismas es el joven mago Harry Potter.
Las novelas están escritas en tercera persona de un modo casi omnisciente. J.K. Rowling muestra una habilidad para convencer de un modo lógico que existe un mundo mágico: lleno de magos, maldad y criaturas fantásticas. La Saga de Harry Potter ha sido comparada muchas veces con otras sagas similares (en la base de un mundo fantástico, mágico) en las que cabe destacar Las Crónicas de Narnia de C.S. Lewis, de la que cabe decir J.K. Rowling obtuvo cierta inspiración en la relación de cómo entrar a un mundo mágico: Armario (Narnia)-Andén 9 y 3/4 (Harry Potter); y la no menos conocida saga de El Señor de los Anillos de J.R.R. Tolkien.
Los siguientes nombres de los libros que han salido de Harry Potter:
1. Harry Potter y la Piedra Filosofal (Harry Potter and the Sorcerer Stone)(1997)2. Harry Potter y la Cámara Secreta (Harry Potter and the Chamber of Secrets)(1998)3. Harry Potter y el Prisionero de Azkaban (Harry Potter and the Prisoner of Azkaban)(1999)4. Harry Potter y el Cáliz de Fuego (Harry Potter and the Goblet of Fire)(2000)5. Harry Potter y la Orden del Fénix (Harry Potter and the Order of the Phoenix)(2003)6. Harry Potter y el Misterio del Príncipe (Harry Potter and the Half-Blood Prince)(2005)
4. The Lord of the Rings (El señor de los anillos) - J. R. R. Tolkien - 1954
El Señor de los Anillos (título original: The Lord of the Rings) es una novela, obra cumbre del escritor John Ronald Reuel Tolkien, ambientada en un mundo fantástico llamado la Tierra Media hacia el final de su Tercera Edad.
Fue publicado en lengua inglesa en 1954 y por primera vez en castellano por la editorial Minotauro, en Argentina. Ha vendido millones de ejemplares, traduciéndose a decenas de idiomas, y se han rodado tres adaptaciones cinematográficas. Es una de las obras que más ha influido en el género de la literatura fantástica.
5. The Chronicles of Narnia (Las crónicas de Narnia) - C. S. Lewis - 1949 - 1954
Las Crónicas de Narnia es una heptalogía de libros infantiles escrita por C.S. Lewis entre 1939 y 1954. Relatan las aventuras de los hermanos Pevensie en Narnia, tierra de fantasía y magia inventada por el autor y poblada por animales parlantes y otras criaturas mitológicas que se ven envueltas en la eterna lucha entre el bien y el mal. Aslan, un legendario león creador del país de Narnia, se constituye como el auténtico protagonista de todos los relatos, si bien los cuatro hermanos Peter, Susan, Lucy y Edmund Pevensie, aunque ausentes directamente en dos títulos, sirven de hilo conductor.
A continuacion les dejamos la lista de los siete libros de la saga:
1. El León, la Bruja y el Ropero [El león, la bruja y el armario] (The Lion, the Witch, and the Wardrobe) (1950)2. El Príncipe Caspian [El Príncipe Caspian] (Prince Caspian)(1951)3. La Travesía del Explorador del Amanecer [La travesía del Viajero del Alba] (The Voyage of the Dawn Treader)(1952)4. La Silla de Plata [La silla de plata] (The Silver Chair)(1953)5. El Caballo y su Niño [El caballo y el muchacho] (The Horse and His Boy)(1954)6. El Sobrino del Mago [El sobrino del Mago] (The Magician’s Nephew)(1955)7. La Última Batalla [La última batalla] (The Last Battle)(1956)
6. American Spelling Book (Libro de deletreo americano) - Noah Webster - 1783
Libro para aprender y mejorar la ortografía
7. Guinness Book of World Records (Libro Guinness de Records) - 1955
Es un libro de consulta publicado anualmente, que contiene una colección de récords mundiales reconocida internacionalmente. Estos récords incluyen tanto hazañas humanas como los parámetros extremos conocidos del mundo natural.
La primera edición fue publicada en 1955, pagada por la cervecera irlandesa Guinness tras un debate en un pub sobre cuál sería la especie más rápida de ave de caza. Esta discusión no tuvo conclusión al no haber a la mano libros de referencia que incluyeran este dato.
La investigación necesaria para la primera edición fue conducida por Ross y Norris McWhirter, gemelos atletas y periodistas británicos, quienes también conducían una agencia de investigaciones en Londres. Después de que el primer libro se convirtió en un éxito inesperado, se imprimieron muchas ediciones subsecuentes. Con el tiempo, se creó un patrón de revisiones anuales, publicadas cada octubre para coincidir con la época de ventas navideñas. Los hermanos McWhirter continuaron con la publicación de los Libros Guinness por muchos años.
Las ediciones más recientes se han enfocado en los récords impuestos por competidores humanos. Las competencias van desde las más obvias como levantar grandes pesos hasta las más curiosas como el lanzamiento de huevos a distancia y el mayor número de perritos calientes que pueden ser comidos en diez minutos (aunque los récords sobre consumo masivo de alimento ya no son aceptadas por cuestiones legales). Además de competencias, también se incluyen datos como el ser humano más alto (Robert Pershing Wadlow), el tumor más pesado, la planta más venenosa, el río más corto del mundo, etcétera.
Cada edición contiene un extracto de la gran base de datos de récords de Guinness, y la selección de los incluidos varía con cada año de publicación. En años recientes, muchos récords relacionados con la cultura popular actual han sido agregados al libro.
El Libro Guinness de Récords es el libro con copyright más vendido del mundo, lo cuál le otorga un espacio dentro de sus propias páginas.
8. World Almanac (Almanaque mundial) - 1868
Libro de datos útiles y conocimientos, actualmente el libro contiene informacion de cada país con ficha estandarizada que nos dice el nombre oficial del país, el clima, la religión, el índice de alfabetismo, la moneda, el idioma, países que lo limitan, tamaño de su superficie, breve reseña histórica, etc.
9. The Da Vinci Code (El código Da Vinci) - Dan Brown - 2003
El código Da Vinci es una novela de misterio, perteneciente a la literatura comercial, escrita por Dan Brown y publicada por primera vez por Random House en 2003 (ISBN 0385504209). Es un bestseller mundial, con más de 60 millones de ejemplares vendidos y traducido a 44 idiomas.
Combinando los géneros de suspense detectivesco y esoterismo new age con una supuesta teoría de conspiración relativa al Santo Grial y al papel de María Magdalena en el cristianismo. La novela espoleó el difundido interés (sobre todo en los Estados Unidos de América) por ciertas teorías de complots “urdidos en la sombra por poderes ocultos”, un fenómeno definido por Brown como el “auge conspiranoico”.
El Código Da Vinci es una novela que utiliza el mismo personaje principal que la anterior novela del mismo autor, Ángeles y demonios (2000), que no alcanzó el éxito editorial de ésta (otras dos novelas anteriores del mismo autor tampoco lograron mayor repercusión). Por otro lado, las teorías que Brown sostiene en esta obra, han despertado gran cantidad de críticas en los medios académicos, incluyendo la redacción de por lo menos diez libros que refutan sus argumentos.
El libro afirma que la Iglesia estaría presuntamente involucrada en una conspiración para encubrir la verdadera historia de Jesucristo, quien, según la novela, habría tenido descendientes en Francia. Esto implicaría que se habría vivido conscientemente dentro de una mentira los últimos dos mil años.
A pesar de ser una obra de ficción, algunos grupos parodiados en ella se han defendido diciendo que el libro es inexacto e incoherente ya que, por ejemplo, en las descripciones que se muestran de varias obras de arte como “La última cena” el autor parece modificar detalles de las mismas con el propósito de darle sentido al argumento de su obra. Los mismos grupos también han pedido al autor que aclare que gran parte de las afirmaciones que están presentes en su obra son ficción. Algunos juicios se han entablado contra Brown por un presunto plagio a Michael Baigent, Richard Leigh y Henry Lincoln autores del libro Holy Blood,Holy Grail (Santa Sangre, Santo Grial)traducido al español como El enigma sagrado.
10. The McGuffey Readers (McGuffey Readers) - William Holmes McGuffey - 1853
The McGuffey Readers es uno de los libros mas conocidos en la historia de la educacion americana, y de los mas utilizados. Se estima que por lo menos 120 millones de copias de este libro fueron vendidas entre 1836 y 1960, poniendose por ventas a la altura de la Biblia.
11. The Common Sense Book of Baby and Child Care (El libro del sentido común para cuidar bebés) - Dr. Benjamin Spock - 1946
Escrito por el Dr. Benjamin Spock, por primera vez fue publicado en 1946, y es uno de los bestsellers más grandes de toda la historia. Antes de 1998, había vendido más de 50 millones de copias. Se ha traducido a 39 idiomas.
12. O Alquimista (El Alquimista) - Paulo Coelho - 1988
El alquimista es un libro del autor Paulo Coelho, que trata de la vida y aventuras de Santiago, un joven de 16 años aproximadamente que desde pequeño siempre había vivido en España. Al principio, su padre lo convenció de entrar en un Seminario y ser sacerdote, pero su deseo de viajar lo llevo a ser Pastor. El libro se introduce de la siguiente forma:
“Cuando una persona desea realmente algo, el Universo entero conspira para que pueda realizar su sueño. Basta con aprender a escuchar los dictados del corazón y a descifrar un lenguaje que esta más allá de las palabras, el que muestra aquello que los ojos no pueden ver.”
El libro en general, trata de sueños y los medios que utilizamos para alcanzarlos, de los azares de la vida y las señales que se presentan a lo largo de la misma (saber comprender y observar dichas señales).
13. A Message to Garcia (Mensaje a García) - Elbert Hubbard - 1899
Mensaje a García es un ensayo escrito por Elbert Hubbard del cual se han hecho en dos películas. Fue publicado originalmente marzo de 1899 en la revista Philistine, despues se corrigió y fue reimpreso rápidamente como un folleto como un libro. Fue muy popular, se tradujo a 37 idiomas, y se convirtió en una alusión bien conocida por la poblacion y por la cultura de los negocios.
El ensayo celebra la iniciativa de un soldado que se le asigna una misión desalentadora. El recibe la orden y no hace ninguna pregunta, no hace ninguna objeción, no solicita ninguna ayuda, sino se enfoca en lograr la misión. El ensayo suplica a lector que aplique esta actitud a su propia vida como señal de éxito. Su “don’t ask questions, get the job done” que vendria a traducirse mas o menos asi “No hagas preguntas, realiza el trabajo” era de uso frecuente por los líderes de negocio como mensaje de motivación a sus empleados.
14. Valley of the Dolls (Valle de muñecas) - Jacqueline Susann - 1966
Este libro ha sido inspirado por la experiencia de la escritora Jacqueline Susann como starlet de Broadway, a mediados de siglo, el libro que refleja el mundo del espectáculo y sobre el auge y caída que conlleva muchas veces el estrellato, personificada en la historia de tres jóvenes que se enfrentan a los problemas de ese mundo. Una de ellas (Sharon Tate) descubre que tiene cáncer y que no podrá continuar trabajando en películas pornográficas, tomando una decisión definitiva. Otra es una cantante ambiciosa (Patty Duke), a la que el éxito le afecta tanto que acaba adicta a las pastillas. La tercera es una remilgada de Nueva Inglaterra (Barbara Parkins) que termina trabajando en spots publicitarios. A pesar del dinero, también se engancha a las pastillas, pero intentará controlarse para, así, quiza regresar a su casa.
15. Gone With The Wind (Lo que el viento se llevó) - Margaret Mitchell - 1936
Lo que el viento se llevó es una novela americana escrita por Margaret Mitchell y fue publicada en 1036, la escritora ganó el premio de Pulitzer en 1937. El libro relata la historia de una mujer rebelde de Georgia llamada Scarlett O’Hara, y su relaciones con los amigos, familia y amores en medio de la rebelion del sur, la guerra civil americana, y el período de la reconstrucción. Fue llevada al cine exitosamente en 1939 y protagonizada por Vivien Leigh, Clark Gable, esta pelicula se llevo 13 nominaciones al Oscar de las cuales gano 9.
La fantasia, la curiosidad, la religion son sin dudas las que dominan los gustos de la gente por los libros cuando menos en esta lista de los libros mas vendidos de todos los tiempos, que aparece en la pagina de wikipedia
Habra que tomar en cuenta el paso del tiempo ya que en esta lista hay libros que han salido recientemente y no han tenido el tiempo de exposicion y venta de otros como por ejemplo El código Da Vinci que fue publicado en el 2003 y que seguro con el paso del tiempo empezara a escalar lugares.
Sin dudas a muchos no les parecera esta lista ya que les parecera que falta algun libro pero recuerda que son los mas vendidos, no los mejores, asi que si tienes algun libro que recomendarnos no dudes en dejarlo en los comentarios de esta pagina, o si tienes una lista de los mejores 10 libros, tambien nos gustaria conocerla.
Fuente: http://es.wikipedia.org/
Frases del día
A dos cosas hay que atender en la vida: la primera, conseguir lo que uno desea; la segunda, disfrutarlo.
Logan Pearsall Smith
El hombre no es la suma de lo que tiene, sino la totalidad de lo que todavía no tiene y podría tener.
Jean-Paul Sartre
Comentarios: Buen inicio de semana!, de esta relación de libros solo he leído El Alquimista de Paulo Coelho que me gustó mucho, es ligero, espiritual y entretenido, El Código Davinci de Dan Brow, que es muy interesante y entretenido, y algunas partes de la Biblia.
lunes, 3 de septiembre de 2007
sábado, 1 de septiembre de 2007
Exito, Catarsis, En busca de la Excelencia
El Éxito
Reír mucho y a menudo; ganarse el respeto de las personas inteligentes y el aprecio de los niños; merecer el elogio de los críticos sinceros y mostrarse tolerante con las traiciones de los falsos amigos; saber apreciar la belleza y hallar lo mejor en el prójimo; dejar un mundo algo mejor, bien sea por medio de un hijo sano, de un rincón de jardín o de una condición social redimida; saber que al menos una vida ha alentado más libremente gracias a la nuestra: eso es haber triunfado.
Ralph Waldo Emerson
Algunas definiciones:
Deja Vu: es sentir que reconoces un lugar en el que nunca has estado, relacionado con la reencarnación.
Catarsis: es tal despertar espiritual a los poderes del universo, estado de relajación, confianza.
Un paradigma no es más que un modo de ver una circunstancia o la vida en general. Algunas personas ven el vaso de la vida medio vacío. Los optimistas lo ven medio lleno. Interpretan la misma circunstancia de manera distinta porque han adoptado un paradigma distinto. Un paradigma es, básicamente, la lente a través de la cual ves los acontecimientos de la vida, tanto externos como internos.
Tomado del libro de Antony Robbins "Poder sin límites".
¿Se ha preguntado usted alguna vez en qué pueden coincidir un Spielberg y un Springsteen? ¿Qué tenían John F. Kennedy y Martin Luther King para concitar la lealtad de tantas personas y conmoverlas de una manera tan honda?
¿Qué es lo que distingue de las masas a Ted Turner y Tina Turner? ¿En qué se parece Pete Rose a Ronald Reagan? Todos ellos se han mostrado capaces de actuar coherentemente y con eficacia en orden a la realización de sus sueños. ¿Y por qué perseveran, día tras día, poniendo todo su ser en todo lo que hacen? Muchos son los factores que contribuyen a la explicación, naturalmente. Pero creo que cabe condensarlos en siete rasgos fundamentales que les sirven de impulso para hacer lo necesario para triunfar. Éstos son los siete mecanismos activadores básicos que pueden garantizarle éxito también a usted:
Rasgo número uno: ¡La pasión! Todas esas personas han descubierto una razón que las consume, les da energía, casi las obsesiona, y las impulsa a obrar, a progresar, a destacar. Es la locomotora que tira del tren de su éxito poniendo en juego sus más hondas capacidades. Es la pasión lo que hace que Pete Rose siga lanzándose todavía en plancha, cuando llega a la segunda base, como si fuese un recién seleccionado en su primer partido de primera división de béisbol. La pasión que pone un Lee Iacocca en lo que hace es lo que le distingue de tantos otros. Es la pasión lo que impulsa a los investigadores en informática que invierten años en crear una innovación capaz de llevar a hombres y mujeres al espacio y hacerles regresar sanos y salvos. Por pasión, uno madruga y trabaja hasta altas horas de la noche. Pasión es lo que quiere hallar la gente en sus relaciones; la pasión da vigor a la existencia y le confiere savia y sentido. No se alcanza la grandeza sin una pasión por ser y hacer algo grande; no importa si las aspiraciones son las de un atleta o las de un científico, las de un padre de familia o las de un hombre de negocios. En el capítulo 11 descubriremos cómo desatar esa fuerza interior mediante el poder de los objetivos.
Rasgo número dos: ¡La fe! Todas las doctrinas religiosas de este planeta nos hablan del poder de la fe y de las creencias de la humanidad. Son las creencias lo que distingue principalmente a quienes destacan en algo grande de quienes fracasan, ya que nuestra fe en lo que somos y podemos llegar a ser determina con bastante exactitud lo que seremos. Si creemos en la magia, tendremos una vida mágica; si creemos que en la vida predominan las limitaciones, nos habremos puesto límites muy reales. Lo posible es aquello que nosotros creamos verdadero, posible o real. En este libro se le facilitará a usted un método especial y científico para modificar con rapidez su sistema de creencias, de manera que le ayude a lograr sus objetivos más deseados. Muchas personas tienen la pasión, pero al haberse reducido a unos límites estrechos en virtud de lo que creen ser ellas mismas y de cómo valoran sus posibilidades, nunca llegan a emprender las acciones que les permitirían convertir sus sueños en realidades. En los capítulos 4 y 5 veremos lo que son los sistemas de creencias y cómo utilizarlas.
La pasión y la fe se combinan para dar el «combustible», el impulso que lleva a la excelencia. Pero no basta con el impulso, como tampoco no basta cargar de combustible un cohete y enviarlo a ciegas hacia los cielos. Además de esa fuerza, se necesita un sentido, una noción inteligente de progresión lógica. Para dar en nuestro blanco necesitamos también el siguiente rasgo.
Rasgo número tres: ¡La estrategia! La estrategia es la manera de organizar los recursos. Cuando Steven Spielberg decidió convertirse en cineasta, se trazó la línea que le conduciría hacia el mundo que deseaba conquistar. Se imaginó lo que necesitaba aprender, a quién le convenía conocer y lo que debía hacerse. Tuvo la pasión y la fe, pero también la estrategia necesaria para que estos factores desarrollaran su potencial máximo. Ronald Reagan ha desarrollado ciertas estrategias de comunicación que suele aplicar con gran constancia hasta obtener los resultados que busca. Todo gran artista del espectáculo, político, padre de familia o patrono sabe que para triunfar no basta con los recursos; es preciso utilizarlos del modo más eficaz. Buscar una estrategia equivale a admitir que el talento y la ambición, por sobresalientes que sean, siempre necesitan encontrar un camino bien orientado.
Uno puede abrir una puerta derribándola, o descubrir que no estaba echada la llave. En los capítulos 7 y 8 veremos qué estrategias conducen a la excelencia.
Rasgo número cuatro: ¡La claridad de los valores! Cuando pensamos en lo que ha engrandecido a muchos países se nos ocurren cosas tales como el patriotismo y el orgullo, la tolerancia y el amor a la libertad. Esos son valores: los juicios fundamentales de orden ético, moral y práctico que formulamos acerca de lo que realmente importa. Los valores son sistemas de creencias que nos sirven especialmente para juzgar lo que está bien y lo que está mal en nuestras vidas; son nuestros juicios acerca de lo que vale la pena. Muchas personas no tienen una noción clara de lo que es importante para ellas. A menudo los individuos hacen cosas por las que luego se sienten descontentos de sí mismos, sencillamente porque no tienen claro lo que inconscientemente creen que está bien para ellos y para los demás. Cuando contemplamos a los grandes triunfadores vemos que casi siempre son personas con un gran sentido de lo que fundamentalmente les importa en realidad. Pensemos en Ronald Reagan, John F. Kennedy, Martin Luther King o Jane Fonda. Son personas cuyas visiones difieren mucho, pero que coinciden en poseer un fundamento moral básico, un sentido de lo que son y de por qué hacen lo que hacen. Una comprensión clara de los valores es una de las claves más exigentes, y al propio tiempo más gratificantes, para alcanzar la excelencia. Ampliaremos estas consideraciones en el capítulo 18.
Como probablemente habrá observado el lector, todos estos rasgos se alimentan e influyen mutuamente. ¿Tiene la pasión algo que ver con las creencias? Sí, naturalmente. Cuanto más convencidos estemos de que podemos realizar algo, más recursos, por lo general, estaremos dispuestos a invertir en su consecución. Ahora bien, ¿basta la fe, por sí sola, para alcanzar la excelencia? Es un buen comienzo, pero si confía usted en ver salir el sol y se plantea como estrategia para alcanzar ese objetivo la de echar a correr hacia el oeste, es probable que choque con algunas dificultades. Y nuestras estrategias para el triunfo, ¿se ven afectadas en algún sentido por nuestros valores? Desde luego. En el supuesto de que la estrategia planteada le exigiese hacer cosas contrarias a sus creencias inconscientes sobre lo que está bien o mal para su vida, no funcionará, por bien concebida que estuviese. Esto lo vemos a menudo en aquellas personas que empiezan a triunfar, pero acaban por sabotear su propio éxito. En estos casos, el problema estaba en un conflicto interno entre los valores individuales y la estrategia seguida para alcanzar el éxito.
De la misma manera, las cuatro cosas que hemos considerado hasta aquí son inseparables del rasgo número cinco.
Rasgo número cinco: ¡La energía! La energía puede ser la entrega total y jubilosa de un Bruce Springsteen o de una Tina Turner. O el dinamismo empresarial de un Donald Trump o un Steve Jobs. O bien la vitalidad de un Ronald Reagan o una Katherine Hepburn. A la excelencia difícilmente se llega paseando a ritmo demasiado sosegado. Los triunfadores se apoderan de las oportunidades y les dan forma. Viven como obsesionados por las maravillosas ocasiones de cada día, convencidos de que lo único que no le sobra a nadie es el tiempo. En el mundo son muchos los que tienen una pasión en la que creen a ciegas, y conocen la estrategia que les permitiría satisfacerla, y tienen un orden claro de valores, pero simplemente carecen de la vitalidad física que necesitarían para actuar como ellos saben. El triunfo a lo grande es inseparable de la energía física, intelectual y psíquica que se necesita para sacar el máximo de nuestras posibilidades. En los capítulos 9 y 10 aprenderemos y aplicaremos los útiles o instrumentos que nos aseguran un aumento inmediato de nuestra vibración física.
Rasgo número seis: ¡Poder de adhesión! Casi todos los triunfadores tienen en común una extraordinaria capacidad de adhesión, es decir un talento para conectar y establecer
relaciones con las demás personas, cualesquiera que sean sus irígenes sociales y sus creencias. No digo que no pueda darse a veces un genio solitario, inventor de algo capaz de cambiar el mundo; pero si el genio se pasa toda la vida en confinamiento solitario, habrá triunfado en un aspecto pero fracasado en otros muchos. Los grandes triunfadores (los Kennedy, los King, los Reagan, los Gandhi...) tienen siempre la cualidad de crear lazos que les unen con millones de contemporáneos. El mayor triunfo no sucede en los escenarios del mundo, sino en los repliegues íntimos del corazón. Y en el fondo, todos deseamos establecer relaciones duraderas de afecto con otros, pues sin ellas cualquier éxito o cualquier excelencia nos parecerían huecos y vacíos. En el capítulo 13 profundizaremos esta cuestión.
Rasgo número siete: ¡Maestría en las comunicaciones! Es el tema esencial de este libro. El modo en que nos comunicamos con otros, y el modo en que nos comunicamos con nosotros mismos, determinan en último término la calidad de nuestra vida. Las personas que tienen éxito son las que han aprendido a aceptar cualquier desafío que les presente la vida y a comunicar esa experiencia consigo mismos de tal manera que logran cambiar las cosas a mejor. Las personas que fracasan se resignan ante las adversidades de la vida y las asumen como limitaciones. Las gentes que conforman y moldean nuestras existencias y nuestras culturas son también maestros en comunicarse con los demás. En todos ellos hallamos la capacidad de transmitir una visión, una búsqueda, una alegría o una misión. El dominio de las comunicaciones es lo que hace a los grandes padres, los grandes artistas, los grandes políticos y los grandes maestros. En casi todos los capítulos de este libro nos veremos obligados a tratar de la comunicación de un modo u otro, por lo que representa como puente capaz de vencer separaciones, construcción de nuevos caminos y difusión de nuevas visiones.
Frase del día:
Pasa algo curioso en la vida: cuando uno se niega a aceptar nada que no sea lo mejor, muy a menudo lo consigue.W. SOMERSET MAUGHAM
Tema: Los Mantras
La palabra mantra proviene del sánscrito man, que significa
mente, y tra, que tiene el sentido de protección, y también de
instrumento. Los mantras son recursos para proteger a nuestra
mente contra los ciclos improductivos de pensamiento y acción.
Aparte de sus aspectos vibracionales benéficos, los mantras
sirven para enfocar y sosegar la mente. Al concentrarse en la
repetición del sonido, todos los demás pensamientos se
desvanecen poco a poco hasta que la mente queda clara y
tranquila.
Tipos de mantras
El mantra suele ser una palabra o grupo de palabras, aunque
también puede ser eficaz una salmodia de tonos musicales
abstractos. Aunque existen algunos que vienen utilizándose
desde hace siglos para lograr determinados efectos, nadie nos
impide crear nuestros propios mantras, como en el caso de las
afirmaciones.
Bija Mantra - Sonido Raíz
Según la metafísica hindú todo está hecho de sonido, y cada
cosa contiene una representación simbólica de las pautas de
energía que la componen; eso es el sonido "semilla" o raíz,
bija mantra. La intención de estos mantras es la de poner a la
persona que lo pronuncia en resonancia con el objeto cuyo
sonido raíz ha invocado. De esta forma, mediante enl
conocimiento de los bija mantras se obtiene un dominio sobre
la esencia de las cosas, permitiendo crear, destruir o alterar
de diversas maneras. Por ejemplo, cada chakra tiene su sonido
raíz asociado, que según se dice, contiene toda su esencia, y
por consiguiente todos los secretos del chakra. Teniendo en
cuenta que cada chakra guarda correspondencia con su elemento,
resulta que los sonidos raíz proporcionan acceso a las
cualidades de tal elemento:
Tierra: Mulhadara: LAM
Agua: Swadhisthana: VAM
Fuego: Manipura: RAM
Aire: Anahata: YAM
Éter: Vishuda: HAM
Ajna: OM
Sahasrara: N (nasal)
Mantras tradicionales
Existen miles de invocaciones y mantras de las diversas
culturas y religiones de todo el mundo. En algunos se observa
una semejanza de ritmo y entonación que nos hacen pensar en un
origen común y por lo mismo, en largos ciclos de utilización
que le otorgan el poder propio de la repetición inmemorial,
aunque el valor más profundo de un mantra tiene que ver con lo
que nosotros invertimos en él.
AOM: El gran sonido primordia, el sonido originario a partir
del cual se creó el universo, el sonido de todos los sonidos
juntos.
OM AH HUM: Tres sílabas de gran poder, que se utilizan para
las finalidades siguientes: a) purificar la atmósfera antes de
emprender un ritual o una meditación; b) trasmutar una ofrenda
material en su contrapartida espiritual.
OM MANI PADME HUM: Significa "la joya del loto que reside
dentro" Mani Padme representa la joya del loto, la sabiduría
esencial que incardina las enseñanzas budistas, la esencia
divina, mientras que Hum representa la realidad sin límites
encarnada dentro de los límites del ser individual. ASí Hum
une lo individual con lo universal.
YO SOY EL QUE SOY: Esta versión en nuestro idioma tiende
también a unir lo individual con lo universal.
OM KLIM CRISTAVE NAMA HA: Significa "en el nombre del todo que
mi presencia crísitica venga a mí".
OM NAMAH SHIVAYA: Significa "en el nombre de Shiva". Es uno de
los muchos mantras que invocan nombres de divinidades.
NAMY HO REN GE KYO: Este mantra japonés tiene un significado
similar al anterior.
Afirmaciones
Una afirmación expresada en forma de mantra, surte poderosos
efectos, ya que en cualquier idioma, las palabras son una
forma de estructuración interna del objeto aludido. Por
ejemplo: "Estoy seguro, estoy aquí"; "Soy fuerte, soy capaz";
"Soy feliz, "La vida es amor y armonía"; "Yo soy la pureza que
Dios creo"...
¿Cómo funcionan?
Los mantras emplean los mismos canales subliminales que la
música y los anuncios publicitarios, aunque con intenciones
mucho más benéficas. No es necesario intelectualizar el
"significado" o la simbología del mantra para que su sonido
ejerza sus efectos sobre nosotros. El ritmo sonoro funcionará
en el plano incosnciente y acabará por saturar los
pensamientos conscientes, lo cual a su vez, afectará a los
ritmos. De hecho, parte de la magia del mantra consiste en que
no se debe reflexionar sobre su sentido, pues sólo así
trascenderemos los aspectos fragmentarios de la mente
consciente y percibiremos la unidad subyacente.
¿Cómo se utilizan?
Pronunciados en voz alta o interiormente de forma rítmica y
repetitiva.
Algunas tradiciones hindúes utilizan un mapala, una especie de
rosario con 108 cuentas para recitar cada mantra en ciclos
exactos al alba y a la puesta del sol.
Amma y otros maestros espirituales nos aconsejan recitarlos
también cada que nuestra mente no esté concentrada en un
trabajo que requiera toda nuestra atención, para mantener
nuestra mente limpia y purificar nuestro entorno evitando los
pensamientos impuros, las divagaciones y la falta de
concentración.
Anodea Judith dice que pronunciado en voz alta durante algunos
minutos a primera hora de la mañana, "un mantra eficaz queda
reverberando en silencio, mentalmente, durante toda la
jornada, y deja en nosotros la impronta de la vibración, la
imagen y el significado. Se cree que con cada eco, el mantra
centúa la magia sobre la textura de lo corporal así como de lo
mental, en el sentido de promover la armonía y el orden. La
actividad adopta un nuevo ritmo; todo baila a la cadencia del
mantra. Si lo elegimos rápido, nos servirá para generar
energía y vencer la desidia. Si recurrimos a un mantra lento,
nos ayudará a obtener durante todo el día un estado de
relajación y de calma".
Lo más importante del mantra es que es una forma, entre otras
cosas, de liberar y armonizar la energía vital o prana. Por
ejemplo, cuando los cristianos repiten la oración llamada
ROSARIO, que consiste en conjuntos de AVEMARÍAS y
Padrenuestros, están sencilla y profundamente, realizando un
mantra. Concentran su energía y la sacan a la luz, logrando un
efecto.
Comentarios: Buen fin de semana! Les recomiendo el yoga, como ejercicio, no como forma de vida, te proporciona una mejor condición física mediante los ejercicios de estiramiento, la meditación es buena, te tranquiliza, imaginar un bosque lleno de pinos inmensos con un lago, o una playa con la arena blanca con un precioso mar azul como el que tenemos en la Riviera Maya a quièn no relaja, yo tomé varios años yoga, pero siempre como amateur, es un ejercicio con posturas algo extrañas, pero que ayudan a las artículaciones a mantenerse en forma, si incluye la meditación en la famosa postura de flor de loto, pero llegar a ser un yogui en el concepto que se nos ha inculcado ya son palabras mayores.
Reír mucho y a menudo; ganarse el respeto de las personas inteligentes y el aprecio de los niños; merecer el elogio de los críticos sinceros y mostrarse tolerante con las traiciones de los falsos amigos; saber apreciar la belleza y hallar lo mejor en el prójimo; dejar un mundo algo mejor, bien sea por medio de un hijo sano, de un rincón de jardín o de una condición social redimida; saber que al menos una vida ha alentado más libremente gracias a la nuestra: eso es haber triunfado.
Ralph Waldo Emerson
Algunas definiciones:
Deja Vu: es sentir que reconoces un lugar en el que nunca has estado, relacionado con la reencarnación.
Catarsis: es tal despertar espiritual a los poderes del universo, estado de relajación, confianza.
Un paradigma no es más que un modo de ver una circunstancia o la vida en general. Algunas personas ven el vaso de la vida medio vacío. Los optimistas lo ven medio lleno. Interpretan la misma circunstancia de manera distinta porque han adoptado un paradigma distinto. Un paradigma es, básicamente, la lente a través de la cual ves los acontecimientos de la vida, tanto externos como internos.
Tomado del libro de Antony Robbins "Poder sin límites".
¿Se ha preguntado usted alguna vez en qué pueden coincidir un Spielberg y un Springsteen? ¿Qué tenían John F. Kennedy y Martin Luther King para concitar la lealtad de tantas personas y conmoverlas de una manera tan honda?
¿Qué es lo que distingue de las masas a Ted Turner y Tina Turner? ¿En qué se parece Pete Rose a Ronald Reagan? Todos ellos se han mostrado capaces de actuar coherentemente y con eficacia en orden a la realización de sus sueños. ¿Y por qué perseveran, día tras día, poniendo todo su ser en todo lo que hacen? Muchos son los factores que contribuyen a la explicación, naturalmente. Pero creo que cabe condensarlos en siete rasgos fundamentales que les sirven de impulso para hacer lo necesario para triunfar. Éstos son los siete mecanismos activadores básicos que pueden garantizarle éxito también a usted:
Rasgo número uno: ¡La pasión! Todas esas personas han descubierto una razón que las consume, les da energía, casi las obsesiona, y las impulsa a obrar, a progresar, a destacar. Es la locomotora que tira del tren de su éxito poniendo en juego sus más hondas capacidades. Es la pasión lo que hace que Pete Rose siga lanzándose todavía en plancha, cuando llega a la segunda base, como si fuese un recién seleccionado en su primer partido de primera división de béisbol. La pasión que pone un Lee Iacocca en lo que hace es lo que le distingue de tantos otros. Es la pasión lo que impulsa a los investigadores en informática que invierten años en crear una innovación capaz de llevar a hombres y mujeres al espacio y hacerles regresar sanos y salvos. Por pasión, uno madruga y trabaja hasta altas horas de la noche. Pasión es lo que quiere hallar la gente en sus relaciones; la pasión da vigor a la existencia y le confiere savia y sentido. No se alcanza la grandeza sin una pasión por ser y hacer algo grande; no importa si las aspiraciones son las de un atleta o las de un científico, las de un padre de familia o las de un hombre de negocios. En el capítulo 11 descubriremos cómo desatar esa fuerza interior mediante el poder de los objetivos.
Rasgo número dos: ¡La fe! Todas las doctrinas religiosas de este planeta nos hablan del poder de la fe y de las creencias de la humanidad. Son las creencias lo que distingue principalmente a quienes destacan en algo grande de quienes fracasan, ya que nuestra fe en lo que somos y podemos llegar a ser determina con bastante exactitud lo que seremos. Si creemos en la magia, tendremos una vida mágica; si creemos que en la vida predominan las limitaciones, nos habremos puesto límites muy reales. Lo posible es aquello que nosotros creamos verdadero, posible o real. En este libro se le facilitará a usted un método especial y científico para modificar con rapidez su sistema de creencias, de manera que le ayude a lograr sus objetivos más deseados. Muchas personas tienen la pasión, pero al haberse reducido a unos límites estrechos en virtud de lo que creen ser ellas mismas y de cómo valoran sus posibilidades, nunca llegan a emprender las acciones que les permitirían convertir sus sueños en realidades. En los capítulos 4 y 5 veremos lo que son los sistemas de creencias y cómo utilizarlas.
La pasión y la fe se combinan para dar el «combustible», el impulso que lleva a la excelencia. Pero no basta con el impulso, como tampoco no basta cargar de combustible un cohete y enviarlo a ciegas hacia los cielos. Además de esa fuerza, se necesita un sentido, una noción inteligente de progresión lógica. Para dar en nuestro blanco necesitamos también el siguiente rasgo.
Rasgo número tres: ¡La estrategia! La estrategia es la manera de organizar los recursos. Cuando Steven Spielberg decidió convertirse en cineasta, se trazó la línea que le conduciría hacia el mundo que deseaba conquistar. Se imaginó lo que necesitaba aprender, a quién le convenía conocer y lo que debía hacerse. Tuvo la pasión y la fe, pero también la estrategia necesaria para que estos factores desarrollaran su potencial máximo. Ronald Reagan ha desarrollado ciertas estrategias de comunicación que suele aplicar con gran constancia hasta obtener los resultados que busca. Todo gran artista del espectáculo, político, padre de familia o patrono sabe que para triunfar no basta con los recursos; es preciso utilizarlos del modo más eficaz. Buscar una estrategia equivale a admitir que el talento y la ambición, por sobresalientes que sean, siempre necesitan encontrar un camino bien orientado.
Uno puede abrir una puerta derribándola, o descubrir que no estaba echada la llave. En los capítulos 7 y 8 veremos qué estrategias conducen a la excelencia.
Rasgo número cuatro: ¡La claridad de los valores! Cuando pensamos en lo que ha engrandecido a muchos países se nos ocurren cosas tales como el patriotismo y el orgullo, la tolerancia y el amor a la libertad. Esos son valores: los juicios fundamentales de orden ético, moral y práctico que formulamos acerca de lo que realmente importa. Los valores son sistemas de creencias que nos sirven especialmente para juzgar lo que está bien y lo que está mal en nuestras vidas; son nuestros juicios acerca de lo que vale la pena. Muchas personas no tienen una noción clara de lo que es importante para ellas. A menudo los individuos hacen cosas por las que luego se sienten descontentos de sí mismos, sencillamente porque no tienen claro lo que inconscientemente creen que está bien para ellos y para los demás. Cuando contemplamos a los grandes triunfadores vemos que casi siempre son personas con un gran sentido de lo que fundamentalmente les importa en realidad. Pensemos en Ronald Reagan, John F. Kennedy, Martin Luther King o Jane Fonda. Son personas cuyas visiones difieren mucho, pero que coinciden en poseer un fundamento moral básico, un sentido de lo que son y de por qué hacen lo que hacen. Una comprensión clara de los valores es una de las claves más exigentes, y al propio tiempo más gratificantes, para alcanzar la excelencia. Ampliaremos estas consideraciones en el capítulo 18.
Como probablemente habrá observado el lector, todos estos rasgos se alimentan e influyen mutuamente. ¿Tiene la pasión algo que ver con las creencias? Sí, naturalmente. Cuanto más convencidos estemos de que podemos realizar algo, más recursos, por lo general, estaremos dispuestos a invertir en su consecución. Ahora bien, ¿basta la fe, por sí sola, para alcanzar la excelencia? Es un buen comienzo, pero si confía usted en ver salir el sol y se plantea como estrategia para alcanzar ese objetivo la de echar a correr hacia el oeste, es probable que choque con algunas dificultades. Y nuestras estrategias para el triunfo, ¿se ven afectadas en algún sentido por nuestros valores? Desde luego. En el supuesto de que la estrategia planteada le exigiese hacer cosas contrarias a sus creencias inconscientes sobre lo que está bien o mal para su vida, no funcionará, por bien concebida que estuviese. Esto lo vemos a menudo en aquellas personas que empiezan a triunfar, pero acaban por sabotear su propio éxito. En estos casos, el problema estaba en un conflicto interno entre los valores individuales y la estrategia seguida para alcanzar el éxito.
De la misma manera, las cuatro cosas que hemos considerado hasta aquí son inseparables del rasgo número cinco.
Rasgo número cinco: ¡La energía! La energía puede ser la entrega total y jubilosa de un Bruce Springsteen o de una Tina Turner. O el dinamismo empresarial de un Donald Trump o un Steve Jobs. O bien la vitalidad de un Ronald Reagan o una Katherine Hepburn. A la excelencia difícilmente se llega paseando a ritmo demasiado sosegado. Los triunfadores se apoderan de las oportunidades y les dan forma. Viven como obsesionados por las maravillosas ocasiones de cada día, convencidos de que lo único que no le sobra a nadie es el tiempo. En el mundo son muchos los que tienen una pasión en la que creen a ciegas, y conocen la estrategia que les permitiría satisfacerla, y tienen un orden claro de valores, pero simplemente carecen de la vitalidad física que necesitarían para actuar como ellos saben. El triunfo a lo grande es inseparable de la energía física, intelectual y psíquica que se necesita para sacar el máximo de nuestras posibilidades. En los capítulos 9 y 10 aprenderemos y aplicaremos los útiles o instrumentos que nos aseguran un aumento inmediato de nuestra vibración física.
Rasgo número seis: ¡Poder de adhesión! Casi todos los triunfadores tienen en común una extraordinaria capacidad de adhesión, es decir un talento para conectar y establecer
relaciones con las demás personas, cualesquiera que sean sus irígenes sociales y sus creencias. No digo que no pueda darse a veces un genio solitario, inventor de algo capaz de cambiar el mundo; pero si el genio se pasa toda la vida en confinamiento solitario, habrá triunfado en un aspecto pero fracasado en otros muchos. Los grandes triunfadores (los Kennedy, los King, los Reagan, los Gandhi...) tienen siempre la cualidad de crear lazos que les unen con millones de contemporáneos. El mayor triunfo no sucede en los escenarios del mundo, sino en los repliegues íntimos del corazón. Y en el fondo, todos deseamos establecer relaciones duraderas de afecto con otros, pues sin ellas cualquier éxito o cualquier excelencia nos parecerían huecos y vacíos. En el capítulo 13 profundizaremos esta cuestión.
Rasgo número siete: ¡Maestría en las comunicaciones! Es el tema esencial de este libro. El modo en que nos comunicamos con otros, y el modo en que nos comunicamos con nosotros mismos, determinan en último término la calidad de nuestra vida. Las personas que tienen éxito son las que han aprendido a aceptar cualquier desafío que les presente la vida y a comunicar esa experiencia consigo mismos de tal manera que logran cambiar las cosas a mejor. Las personas que fracasan se resignan ante las adversidades de la vida y las asumen como limitaciones. Las gentes que conforman y moldean nuestras existencias y nuestras culturas son también maestros en comunicarse con los demás. En todos ellos hallamos la capacidad de transmitir una visión, una búsqueda, una alegría o una misión. El dominio de las comunicaciones es lo que hace a los grandes padres, los grandes artistas, los grandes políticos y los grandes maestros. En casi todos los capítulos de este libro nos veremos obligados a tratar de la comunicación de un modo u otro, por lo que representa como puente capaz de vencer separaciones, construcción de nuevos caminos y difusión de nuevas visiones.
Frase del día:
Pasa algo curioso en la vida: cuando uno se niega a aceptar nada que no sea lo mejor, muy a menudo lo consigue.W. SOMERSET MAUGHAM
Tema: Los Mantras
La palabra mantra proviene del sánscrito man, que significa
mente, y tra, que tiene el sentido de protección, y también de
instrumento. Los mantras son recursos para proteger a nuestra
mente contra los ciclos improductivos de pensamiento y acción.
Aparte de sus aspectos vibracionales benéficos, los mantras
sirven para enfocar y sosegar la mente. Al concentrarse en la
repetición del sonido, todos los demás pensamientos se
desvanecen poco a poco hasta que la mente queda clara y
tranquila.
Tipos de mantras
El mantra suele ser una palabra o grupo de palabras, aunque
también puede ser eficaz una salmodia de tonos musicales
abstractos. Aunque existen algunos que vienen utilizándose
desde hace siglos para lograr determinados efectos, nadie nos
impide crear nuestros propios mantras, como en el caso de las
afirmaciones.
Bija Mantra - Sonido Raíz
Según la metafísica hindú todo está hecho de sonido, y cada
cosa contiene una representación simbólica de las pautas de
energía que la componen; eso es el sonido "semilla" o raíz,
bija mantra. La intención de estos mantras es la de poner a la
persona que lo pronuncia en resonancia con el objeto cuyo
sonido raíz ha invocado. De esta forma, mediante enl
conocimiento de los bija mantras se obtiene un dominio sobre
la esencia de las cosas, permitiendo crear, destruir o alterar
de diversas maneras. Por ejemplo, cada chakra tiene su sonido
raíz asociado, que según se dice, contiene toda su esencia, y
por consiguiente todos los secretos del chakra. Teniendo en
cuenta que cada chakra guarda correspondencia con su elemento,
resulta que los sonidos raíz proporcionan acceso a las
cualidades de tal elemento:
Tierra: Mulhadara: LAM
Agua: Swadhisthana: VAM
Fuego: Manipura: RAM
Aire: Anahata: YAM
Éter: Vishuda: HAM
Ajna: OM
Sahasrara: N (nasal)
Mantras tradicionales
Existen miles de invocaciones y mantras de las diversas
culturas y religiones de todo el mundo. En algunos se observa
una semejanza de ritmo y entonación que nos hacen pensar en un
origen común y por lo mismo, en largos ciclos de utilización
que le otorgan el poder propio de la repetición inmemorial,
aunque el valor más profundo de un mantra tiene que ver con lo
que nosotros invertimos en él.
AOM: El gran sonido primordia, el sonido originario a partir
del cual se creó el universo, el sonido de todos los sonidos
juntos.
OM AH HUM: Tres sílabas de gran poder, que se utilizan para
las finalidades siguientes: a) purificar la atmósfera antes de
emprender un ritual o una meditación; b) trasmutar una ofrenda
material en su contrapartida espiritual.
OM MANI PADME HUM: Significa "la joya del loto que reside
dentro" Mani Padme representa la joya del loto, la sabiduría
esencial que incardina las enseñanzas budistas, la esencia
divina, mientras que Hum representa la realidad sin límites
encarnada dentro de los límites del ser individual. ASí Hum
une lo individual con lo universal.
YO SOY EL QUE SOY: Esta versión en nuestro idioma tiende
también a unir lo individual con lo universal.
OM KLIM CRISTAVE NAMA HA: Significa "en el nombre del todo que
mi presencia crísitica venga a mí".
OM NAMAH SHIVAYA: Significa "en el nombre de Shiva". Es uno de
los muchos mantras que invocan nombres de divinidades.
NAMY HO REN GE KYO: Este mantra japonés tiene un significado
similar al anterior.
Afirmaciones
Una afirmación expresada en forma de mantra, surte poderosos
efectos, ya que en cualquier idioma, las palabras son una
forma de estructuración interna del objeto aludido. Por
ejemplo: "Estoy seguro, estoy aquí"; "Soy fuerte, soy capaz";
"Soy feliz, "La vida es amor y armonía"; "Yo soy la pureza que
Dios creo"...
¿Cómo funcionan?
Los mantras emplean los mismos canales subliminales que la
música y los anuncios publicitarios, aunque con intenciones
mucho más benéficas. No es necesario intelectualizar el
"significado" o la simbología del mantra para que su sonido
ejerza sus efectos sobre nosotros. El ritmo sonoro funcionará
en el plano incosnciente y acabará por saturar los
pensamientos conscientes, lo cual a su vez, afectará a los
ritmos. De hecho, parte de la magia del mantra consiste en que
no se debe reflexionar sobre su sentido, pues sólo así
trascenderemos los aspectos fragmentarios de la mente
consciente y percibiremos la unidad subyacente.
¿Cómo se utilizan?
Pronunciados en voz alta o interiormente de forma rítmica y
repetitiva.
Algunas tradiciones hindúes utilizan un mapala, una especie de
rosario con 108 cuentas para recitar cada mantra en ciclos
exactos al alba y a la puesta del sol.
Amma y otros maestros espirituales nos aconsejan recitarlos
también cada que nuestra mente no esté concentrada en un
trabajo que requiera toda nuestra atención, para mantener
nuestra mente limpia y purificar nuestro entorno evitando los
pensamientos impuros, las divagaciones y la falta de
concentración.
Anodea Judith dice que pronunciado en voz alta durante algunos
minutos a primera hora de la mañana, "un mantra eficaz queda
reverberando en silencio, mentalmente, durante toda la
jornada, y deja en nosotros la impronta de la vibración, la
imagen y el significado. Se cree que con cada eco, el mantra
centúa la magia sobre la textura de lo corporal así como de lo
mental, en el sentido de promover la armonía y el orden. La
actividad adopta un nuevo ritmo; todo baila a la cadencia del
mantra. Si lo elegimos rápido, nos servirá para generar
energía y vencer la desidia. Si recurrimos a un mantra lento,
nos ayudará a obtener durante todo el día un estado de
relajación y de calma".
Lo más importante del mantra es que es una forma, entre otras
cosas, de liberar y armonizar la energía vital o prana. Por
ejemplo, cuando los cristianos repiten la oración llamada
ROSARIO, que consiste en conjuntos de AVEMARÍAS y
Padrenuestros, están sencilla y profundamente, realizando un
mantra. Concentran su energía y la sacan a la luz, logrando un
efecto.
Comentarios: Buen fin de semana! Les recomiendo el yoga, como ejercicio, no como forma de vida, te proporciona una mejor condición física mediante los ejercicios de estiramiento, la meditación es buena, te tranquiliza, imaginar un bosque lleno de pinos inmensos con un lago, o una playa con la arena blanca con un precioso mar azul como el que tenemos en la Riviera Maya a quièn no relaja, yo tomé varios años yoga, pero siempre como amateur, es un ejercicio con posturas algo extrañas, pero que ayudan a las artículaciones a mantenerse en forma, si incluye la meditación en la famosa postura de flor de loto, pero llegar a ser un yogui en el concepto que se nos ha inculcado ya son palabras mayores.
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Poder sin límites
viernes, 31 de agosto de 2007
Inteligencia Emocional Y Confucio
Educar los sentimientos
He sabido que cada año, sólo en Francia, se fugan de sus
casas cien mil adolescentes, y cincuenta mil intentan
suicidarse. Los estragos de las drogas —blandas, duras,
naturales o de diseño— son conocidos y lamentados por
todos. Parece como si las conductas adictivas fueran
casi el único refugio a la desolación de muchos jóvenes.
La gente mueve la cabeza horrorizada y piensa que casi
nada se puede hacer, que son los signos de los tiempos,
un destino inexorable y ciego.
Sin embargo, se pueden hacer muchas cosas. Y una de
ellas, muy importante, es educar mejor los sentimientos.
El sentimiento no tiene por qué ser un sentimentalismo
vaporoso, blandengue y azucarado. El sentimiento es una
poderosa realidad humana, que es preciso educar, pues no
en vano los sentimientos son los que con más fuerza
habitualmente nos impulsan a actuar.
Los sentimientos nos acompañan siempre, atemperándonos o
destemplándonos. Aparecen siempre en el origen de
nuestro actuar, en forma de deseos, ilusiones,
esperanzas o temores. Nos acompañan luego durante
nuestros actos, produciendo placer, disgusto, diversión
o aburrimiento. Y surgen también cuando los hemos
concluido, haciendo que nos invadan sentimientos de
tristeza, satisfacción, ánimo, remordimiento o angustia.
Sin embargo, este asunto, de vital importancia en
educación, en muchos casos abandonado a su suerte. La
confusa impresión de que los sentimientos son una
realidad innata, inexorable, oscura, misteriosa,
irracional y ajena a nuestro control, ha provocado un
considerable desinterés por su educación. Pero la
realidad es que los sentimientos son influenciables,
moldeables, y si la familia y la escuela no empeñan en
ello, será el entorno social quien se encargue de
hacerlo.
Todos contamos con la posibilidad de conducir en
bastante grado los sentimientos propios o los ajenos.
Con ello cuenta quien trata de enamorar a una persona, o
de convencerle de algo, o de venderle cualquier cosa.
Desde muy pequeños, aprendimos a controlar nuestras
emociones y a también un poco las de los demás. El
marketing, la publicidad, la retórica, siempre han
buscado cambiar los sentimientos del oyente. Todo esto
lo sabemos, y aún así seguimos pensando muchas veces que
los sentimientos difícilmente pueden educarse. Y decimos
que las personas son tímidas o desvergonzadas, generosas
o envidiosas, depresivas o exaltadas, cariñosas o frías,
optimistas o pesimistas, como si fuera algo que responde
casi sólo a una inexorable naturaleza.
Es cierto que las disposiciones sentimentales tienen una
componente innata, cuyo alcance resulta difícil de
precisar. Pero sabemos también la importancia de la
primera educación infantil, del fuerte influjo de la
familia, de la escuela, de la cultura en que se vive.
Las disposiciones sentimentales pueden modelarse
bastante. Hay malos y buenos sentimientos, y los
sentimientos favorecen unas acciones y entorpecen otras,
y por tanto favorecen o entorpecen una vida digna,
iluminada por una guía moral, coherente con un proyecto
personal que nos engrandece. La envidia, el egoísmo, la
agresividad, la crueldad, la desidia, son ciertamente
carencias de virtud, pero también son carencias de una
adecuada educación de los correspondientes sentimientos,
y son carencias que quebrantan notablemente las
posibilidades de una vida feliz.
Educar los sentimientos es algo importante, seguramente
más que enseñar matemáticas o inglés. ¿Quién se ocupa de
hacerlo? Es triste ver tantas vidas arruinadas por la
carcoma silenciosa e implacable de la mezquindad
afectiva. La pregunta es ¿a qué modelo sentimental
debemos aspirar? ¿cómo encontrarlo, comprenderlo, y
después educar y educarse en él? Es un asunto
importante, cercano, estimulante y complejo.
Conocimiento propio
Tales de Mileto, aquel pensador de la antigua Grecia que
es considerado como el primer filósofo conocido de todos
los tiempos, escribió hace 2.600 años que la cosa más
difícil del mundo es conocernos a nosotros mismos, y la
más fácil hablar mal de los demás.
Y en el templo de Delfos podía leerse aquella famosa
inscripción socrática —gnosei seauton: conócete a ti
mismo—, que recuerda una idea parecida.
Conocerse bien a uno mismo representa un primer e
importante paso para lograr ser artífice de la propia
vida, y quizá por eso se ha planteado como un gran reto
para el hombre a lo largo de los siglos.
Conviene preguntarse con cierta frecuencia (y buscando
la objetividad): ¿cómo es mi carácter? Porque es
sorprendente lo beneficiados que resultamos en los
juicios que hacen nuestros propios ojos. Casi siempre
somos absueltos en el tribunal de nuestro propio
corazón, aplicando la ley de nuestros puntos de vista,
dejando la exigencia para los demás. Incluso en los
errores más evidentes encontramos fácilmente multitud de
atenuantes, de eximentes, de disculpas, de
justificaciones.
Si somos así, y parecemos ciegos para nuestros propios
defectos, ¿cómo se puede mejorar? Mejoraremos procurando
conocernos. Mejoraremos escuchando de buen grado la
crítica constructiva que nos vayan haciendo con
cualquier ocasión. Pero a eso se aprende sólo cuando uno
es capaz de decirse a sí mismo las cosas, cuando es
capaz de cantarle las verdades a uno mismo. Procura
conocer cuáles son tus defectos dominantes. Procura
sujetar esa pasión desordenada que sobresale de entre
las demás, pues así es más fácil después vencer las
restantes.
Para uno, su vicio capital será la búsqueda permanente
de la comodidad, porque huye del trabajo con verdadero
terror; para otro, quizá su mal genio o su amor propio
exagerado, o su testarudez; para un tercero, a lo mejor
su principal problema es la superficialidad o la
frivolidad de sus planteamientos. Piénsalo. Cada uno de
tus defectos es un foco de deterioro de tu carácter. Si
no los vences a tiempo, si no les pones coto, te puede
salir mal la partida de la vida.
Quizá lo que hace más delicada la formación del carácter
es precisamente el hecho de que se trata de una tarea
que requiere años, decenas de años. Ésa es su principal
dificultad.
Toth comparaba este trabajo a la formación de un cristal
a partir de una disolución saturada que se va desecando.
Las moléculas van ordenándose lentamente conforme a unas
misteriosas leyes, en un proceso que puede durar horas,
meses, o muchos años. Los cristales se van haciendo cada
vez mayores y constituyendo formas geométricas
perfectas, según su naturaleza..., siempre que, claro
está, ningún agente externo estorbe la marcha de ese
lento y delicado proceso de cristalización. Porque un
estorbo puede hacer que acabe, en vez de en un magnífico
cristal, en una simple agregación de pequeños cristales
contrahechos.
Puede ser ése el principal error de muchos jóvenes, o
quizá de sus padres. Pensar que aquellos reiterados
estorbos en el camino de la delicada cristalización de
su espíritu eran algo sin importancia. Y cuando
advirtieron que habían cuajado en un carácter torcido y
contrahecho, poco remedio quedaba ya.
¿Hay entonces en el carácter cosas que no tienen
remedio? Siempre estamos a tiempo de reconducir
cualquier situación. Ninguna, por terrible que fuera,
determina un callejón sin salida. Pero no debe ignorarse
que hay tropiezos que dejan huella, que suponen todo un
trecho equivocado cuesta abajo que hay que desandar
penosamente.
Piensa en esas malas costumbres, en esa terquedad que
cuando eras niño resultaba graciosa y ahora se ha vuelto
más espinosa y más dura. Piensa en cómo dominas tu
genio, en cómo soportas la contrariedad. Piensa si no
eres un cardo. Porque cardos surgen en todas las almas y
es cuestión de saber eliminarlos cuando aún están
tiernos. Esa solicitud y esa lucha continua es la
educación.
Procura ver las cosas buenas de los demás, que siempre
hay. Y cuando veas defectos, o algo que te parece a ti
que son defectos, piensa si no los hay —esos mismos—
también en tu vida. Porque a veces vemos:
a un quejica que se queja de que los demás se quejan;
a un charlatán agotador que protesta porque otro habla
demasiado;
a uno que es muy individualista en el fútbol y luego se
queja de que no le pasan el balón;
que recrimina agriamente los errores a sus compañeros y
luego resulta que él falla más que nadie;
al típico personaje irascible que se rasga las
vestiduras ante el mal genio de los demás.
¿Por qué? Quizá sea efectivamente porque —no se sabe en
virtud de qué misteriosa tendencia— proyectamos en los
demás nuestros propios defectos.
El conocimiento propio también es muy útil para aprender
a tratar a los demás. Hay, por ejemplo, padres
impacientes a quienes con frecuencia se les escuchan
frases como "le he dicho a esta criatura por lo menos
cuarenta veces que..., y no hay manera". Y cabría
preguntarse: bien, pero ¿y tú? ¿No te sucede a ti que te
has propuesto también cuarenta veces muchas cosas que
luego nunca logras hacer?
¿No podemos entonces exigir nada a los hijos porque
nosotros somos peor que ellos...? No, por supuesto. Pero
cuando alguien es consciente de sus propios defectos, la
tarea de educar se ve muchas veces como una tarea que
tiene bastante de compañerismo. Y se celebra el triunfo
del otro y se sabe disculpar y disimular la derrota,
porque se confía en que le llegarán también tiempos de
victoria. Por eso no viene mal tener en la cabeza
nuestros fallos y nuestros errores a la hora de
corregir, para saber conjugar bien la exigencia con la
comprensión.
Sentimientos de insatisfacción
Se dice que los dinosaurios se extinguieron porque
evolucionaron por un camino equivocado: mucho cuerpo y
poco cerebro, grandes músculos y poco conocimiento.
Algo parecido amenaza al hombre que desarrolla en exceso
su atención hacia el éxito material, mientras su cabeza
y su corazón quedan cada vez más vacíos y anquilosados.
Quizá gozan de un alto nivel de vida, poseen notables
cualidades, y todo parece apuntar a que deberían
sentirse muy dichosos; sin embargo, cuando se ahonda en
sus verdaderos sentimientos, con frecuencia se descubre
que se sienten profundamente insatisfechos. Y la primera
paradoja es que ellos mismos muchas veces no saben
explicar bien por qué motivo.
En algunos casos, esa insatisfacción proviene de una
dinámica de consumo poco moderado. Llega un momento en
que comprueban que el afán por poseer y disfrutar cada
día de más cosas sólo se aplaca fugazmente con su logro,
y ven cómo de inmediato se presentan nuevas
insatisfacciones ante tantas otras cosas que aún no se
poseen. Es una especie de tiranía (que ciertas modas y
usos sociales facilitan que uno mismo se imponga), y
hace falta una buena dosis de sabiduría de la vida para
no caer en esa trampa (o para salir de ella), y evitarse
así mucho sufrimiento inútil.
En otras personas, la insatisfacción proviene de la
mezquindad de su corazón. Aunque a veces les cueste
reconocerlo, se sienten avergonzadas de la vida que
llevan, y si profundizan un poco en su interior,
descubren muchas cosas que les hacen sentirse a disgusto
consigo mismas (y eso les lleva con frecuencia a
maltratar a los demás, por aquello de que quien la tiene
tomada consigo mismo, la acaba tomando con los demás).
En cambio, quien ha sabido seguir un camino de honradez
y de verdad, desoyendo las mil justificaciones que
siempre parecen encubrir cualquier claudicación (“lo
hace todo el mundo”, “se trata sólo de una pequeña
concesión excepcional”, “no hago daño a nadie”, etc.),
quien logra mantener la rectitud y rechazar esas
justificaciones, se sentirá habitualmente satisfecho,
porque no hay nada más ingrato que convivir con uno
mismo cuando se es un ser mezquino.
Otras veces, la insatisfacción se debe a algún
sentimiento de inferioridad. Otras, tiene su origen en
la incapacidad para lograr dominarse a uno mismo, como
sucede a esas personas que son arrolladas por sus
propios impulsos de cólera o agresividad, por la
inmoderación en la comida o la bebida, etc., y después,
una vez recobrado el control, se asombran, se
arrepienten y sienten un profundo rechazo de sí mismas.
También las manías son una fuente de sentimientos de
insatisfacción. Si se deja que arraiguen, pueden llegar
a convertirse en auténticas fijaciones que dificultan
llevar una vida psicológicamente sana. Además, si no se
es capaz de afrontarlas y superarlas, con el tiempo
tienden a extenderse y multiplicarse.
Algo parecido podría decirse de las personas que viven
dominadas por sentimientos relacionados con la soledad,
de los que suele costar bastante salir, unas veces por
una actitud orgullosa (que les impide afrontar el
aislamiento que padecen y se resisten a aceptar que
estén realmente solas), otras porque no saben adónde
acudir para ampliar su entorno de amistades, y otras
porque les falta talento para relacionarse.
Incluso personas con una intensa vida social también
pueden sentirse a veces muy solas e insatisfechas: quizá
porque su exuberante actividad puede ser superficial y
encubrir una soledad mal resuelta; o porque sus
contactos y relaciones pueden estar mantenidos casi
exclusivamente por interés; o porque son personas de
fama o de éxito, y perciben ese trato social como poco
personal, o como adulación; etc. Y también puede suceder
lo contrario, y una soledad puede ser sólo aparente: hay
personas que creen importar poco a los demás, y un buen
día sufren algo más extraordinario y se sorprenden de la
cantidad de personas que les ofrecen su ayuda (la
satisfacción que sienten entonces da una idea de la
importancia de estar cerca de quien pasa por un momento
de mayor dificultad).
En cualquier caso, saber de dónde provienen los
sentimientos de insatisfacción es decisivo para
abordarlos con acierto y así gobernar con eficacia la
propia vida afectiva.
Repertorio emocional
Para establecer una relación positiva con los demás, y
poder así decirse las cosas de forma fluida y sin
acritud, es preciso cultivar toda una serie de
capacidades destinadas a combatir la negatividad y a
establecer una relación no defensiva con los demás.
El principal obstáculo es que probablemente en nuestro
interior tenemos grabadas unas respuestas emocionales
negativas que no es fácil cambiar de la noche a la
mañana. Por eso hemos de poner esfuerzo en
familiarizarnos con respuestas emocionales más
positivas, de modo que, con el tiempo, las vayamos
evocando de forma más natural y espontánea, en la medida
que las incorporemos más a nuestro repertorio emocional.
Algunos ejemplos de esas capacidades emocionales pueden
ser los siguientes:
Tranquilizarse a uno mismo, pues al enfadamos perdemos
bastante de nuestra capacidad de escuchar, pensar y
hablar con claridad, y la excitación del enfado tiende a
generar un enfado mayor si uno no se da un tiempo muerto
hasta lograr tranquilizarse.
Desintoxicarse de pensamientos negativos hipercríticos,
que suelen ser los principales desencadenantes de
conflictos. Cuando logramos darnos cuenta de que nos
embargan pensamientos de ese tipo, y nos decidimos a
hacerles frente, el problema suele estar ya casi
resuelto.
Escuchar y hablar de modo que nuestras palabras no
despierten la defensividad del interlocutor, es decir,
que no las perciba como críticas u hostiles. De modo
análogo, hemos de esforzarnos en escuchar a los demás
sin interpretar como un ataque lo que quizá es una
simple queja o una observación bienintencionada.
Detectar temas, momentos o situaciones de
hipersensibilidad. Si observamos una actitud de
defensividad en una determinada persona, será una
manifestación clara de que el tema que se está tratando
reviste importancia para ella (y que por tanto conviene
andarse con especial tacto), o que en ese momento está
alterada por algo, o que hay alguna razón por la que
nuestra relación con esa persona se ha dañado, en poco o
en mucho. Por ejemplo, si observamos que le ha
contrariado que interrumpamos una explicación suya,
podemos terciar, sin acritud, diciendo: "perdona, que te
he interrumpido; di lo que ibas a decir".
Centrarse en los temas, sin enredarse en detalles nimios
o en cuestiones colaterales que entorpecen el diálogo.
No derivar hacia el ataque personal. Siempre es mejor,
por ejemplo, decir un "me ha molestado que llegues tarde
y no me hayas avisado", que soltar un "eres un
desconsiderado y un egoísta".
Disculparnos cuando advirtamos que nos hemos equivocado,
y asumir con sencillez la responsabilidad que nos
corresponda por nuestros errores.
Procurar reflejar el estado emocional del interlocutor.
Si, por ejemplo, alguien nos expresa una queja o una
preocupación que le cuesta manifestar, hemos de procurar
reflejar que nos hacemos cargo de lo que siente en ese
momento.
Ser generosos en el reconocimiento de los méritos de los
demás, y no escamotear, cuando sea oportuno, los elogios
razonables que destaquen y alaben explícitamente las
cualidades del otro.
Control de la preocupación
Por lo general, la espiral de la preocupación, y con
ella, la de la ansiedad, entorpece de tal modo el
funcionamiento intelectual que pueden llegar a disminuir
seriamente su rendimiento personal.
Bastantes estudiantes, por ejemplo, son muy proclives a
preocuparse y caer en estados de ansiedad, y esto afecta
negativamente a sus resultados académicos.
Mientras, a otros, el estado de preocupación, por
ejemplo ante un examen, estimula su intensidad en el
estudio, y gracias a eso logran un rendimiento mucho
mayor.
Ésa es la cuestión que conviene analizar: por qué a unos
les estimula y a otros les paraliza.
Según unos amplios estudios realizados por Richard
Alpert, la diferencia entre unos y otros está en la
forma de abordar esa sensación de inquietud que les
invade ante la inminencia de un examen. A unos, la misma
excitación y el interés por hacer bien el examen les
lleva a prepararse y a estudiar con más seriedad; en
otros casos, sin embargo, cuando se trata de personas
ansiosas, sus pensamientos negativos (del estilo de «no
seré capaz de aprobar», «se me dan mal este tipo de
exámenes», «no sirvo para las matemáticas», etc.)
sabotean sus esfuerzos, y la excitación interfiere con
el discurso mental necesario para el estudio y enturbia
después su claridad también durante la realización del
examen.
Las preocupaciones que tiene una persona mientras hace
un examen reducen los recursos mentales disponibles para
hacerlo bien. En ese sentido, si estamos demasiado
preocupados por suspender, dispondremos de mucha menos
atención para discurrir sobre lo que nos han preguntado
y expresar una respuesta adecuada. Es así como las
preocupaciones acaban convirtiéndose en profecías
autocumplidas que conducen al fracaso.
En cambio, quienes controlan sus emociones pueden
utilizar esa ansiedad anticipatoria —ante la cercanía de
un examen, o de dar una conferencia, o de acudir a una
entrevista importante— para motivarse a sí mismos,
prepararse adecuadamente y, en consecuencia, hacerlo
mejor.
Se trata de encontrar un punto medio —volvemos aquí de
nuevo a la necesidad de un equilibrio— entre la ansiedad
y la apatía, pues el exceso de ansiedad lastra el
esfuerzo por hacerlo bien, pero la ausencia completa de
ansiedad —en el sentido de indolencia, se entiende—
genera apatía y desmotivación.
Por eso, un cierto entusiasmo —incluso algo de euforia
en algunas ocasiones— resulta muy positivo en la mayoría
de las tareas humanas, sobre todo para las de tipo más
creativo. Pero cuando la euforia crece demasiado o se
descontrola, se convierte en un estado en el que la
agitación socava toda capacidad de pensar de un modo lo
suficientemente coherente como para que las ideas fluyan
con acierto y realismo.
Los estados de ánimo positivos aumentan la capacidad de
pensar con flexibilidad y sensatez ante cuestiones
complejas, y hacen más fácil encontrar soluciones a los
problemas, tanto de tipo especulativo como de relaciones
humanas. Por eso, una forma de ayudar a alguien a
abordar con acierto sus problemas es procurar que se
sienta alegre y optimista. Las personas bienhumoradas
gozan de una predisposición que les lleva a pensar de
una forma más abierta y positiva, y gracias a eso poseen
una capacidad de tomar decisiones notablemente mejor.
Los estados de ánimo negativos, en cambio, sesgan
nuestros recuerdos en una dirección negativa, haciendo
más probable que nos retiremos hacia decisiones más
apocadas, temerosas y suspicaces.
Empatía
Es la hora del recreo en la guardería y un grupo de
niños está corriendo por el patio. Varios tropiezan, y
uno de ellos se hace daño en una rodilla y comienza a
llorar. Todos los demás siguen con sus juegos, sin
prestarle atención..., excepto Roger.
Roger se detiene junto a él, le observa, espera a que se
calme un poco, y después se agacha, frota con la mano su
propia rodilla y comenta, con un tono comprensivo y
conciliador: "¡vaya, yo también me he hecho daño!"
Esta escena es observada por un equipo investigador que
dirigen Tomas Hatch y Howard Gardner, en una escuela
norteamericana.
Al parecer, Roger tiene una extraordinaria habilidad
para reconocer los sentimientos de sus compañeros de
guardería y para establecer un contacto rápido y amable
con ellos. Fue el único que se dio cuenta del estado y
el sufrimiento de su compañero, y también fue el único
que trató de consolarle, aunque sólo pudiera ofrecerle
su propio dolor: un gesto que denota una habilidad
especial para las relaciones humanas y que, en el caso
de un preescolar, augura la presencia de un conjunto de
talentos que irán floreciendo a lo largo de su vida.
Al término de su estudio sobre el comportamiento
infantil en la escuela, estos investigadores propusieron
una serie de habilidades que reflejan el talento social
de una persona:
Capacidad de liderazgo, es decir, de movilizar y
coordinar los esfuerzos de un grupo de personas. Es una
capacidad que se apunta ya en el patio del colegio,
cuando en el recreo surge un niño o una niña —siempre
los hay— que decide a qué jugarán, y cómo; y que pronto
acaba siendo reconocido por todos como líder del grupo.
Capacidad de negociar soluciones, o sea, de mediar entre
las personas para evitar la aparición de conflictos o
para solucionar los ya existentes. Son los niños
—también los hay siempre— que suelen resolver las
pequeñas disputas que se producen en el patio de recreo.
Capacidad de establecer conexiones personales, esto es,
de dominar el sutil arte de las relaciones humanas que
requieren la amistad, el amor o el trabajo en equipo. Es
la habilidad que acabamos de señalar en Roger: son esos
niños que saben llevarse bien con todos, que saben
reconocer el estado emocional de los demás, y que suelen
ser por ello muy queridos por sus compañeros.
Capacidad de análisis social, es decir, de detectar e
intuir los sentimientos, motivos e intereses de las
personas. Son los niños que desde muy pronto se sitúan
sobre cómo son los demás compañeros o profesores, y
demuestran una intuición muy notable.
El conjunto de esas habilidades —que, insistimos, son al
tiempo innatas y adquiridas— constituye la materia prima
de la inteligencia interpersonal, y es el ingrediente
fundamental del encanto, del éxito social y del carisma
personal. Habilidades que reportan una indudable ventaja
en la vida familiar, en la amistad, en el mundo laboral
o en muchos otros ámbitos de la existencia.
Como ha señalado Daniel Goleman, esas personas
socialmente inteligentes saben controlar la expresión de
sus emociones, conectan más fácilmente con los demás,
captan enseguida sus reacciones y sentimientos, y
gracias a eso pueden reconducir o resolver los
conflictos que aparecen siempre en cualquier interacción
humana. Muchos son también líderes naturales, que saben
expresar los sentimientos colectivos latentes y guiar a
un grupo hacia el logro de sus objetivos. Son, en
cualquier caso, el tipo de personas con quienes a los
demás les gusta estar porque hacen siempre aportaciones
constructivas y transmiten buen humor y sentido
positivo.
Capacidad de demorar la gratificación
En la década de los sesenta, Walter Mischel llevó a cabo
desde la Universidad de Stanford una investigación con
preescolares de cuatro años de edad, a los que planteaba
un sencillo dilema: «Ahora debo marcharme y regresaré
dentro de veinte minutos. Si quieres, puedes tomarte
esta chocolatina, pero si esperas a que yo vuelva, te
daré dos.»
Aquel dilema resultó ser un auténtico desafío para los
chicos de esa edad. Se planteaba en ellos un fuerte
debate interior: la lucha entre el impulso a tomarse la
chocolatina y el deseo de contenerse para lograr más
adelante un objetivo mejor.
Era una lucha entre el deseo primario y el autocontrol,
entre la gratificación y su demora. Una lucha de
indudable trascendencia en la vida de cualquier persona,
pues no puede olvidarse que tal vez no hay habilidad
psicológica más esencial que la capacidad de resistir el
impulso. Resistir el impulso es el fundamento de
cualquier tipo de autocontrol emocional, puesto que toda
emoción supone un deseo de actuar, y es evidente que no
siempre ese deseo será oportuno.
El caso es que Walter Mischel llevó a cabo su estudio, y
efectuó un seguimiento de esos mismos chicos durante más
de quince años.
En la primera prueba, comprobó que aproximadamente dos
tercios de esos niños de cuatro años de edad fueron
capaces de esperar lo que seguramente les pareció una
eternidad, hasta que volvió el experimentador. Pero
otros, más impulsivos, se abalanzaron sobre la
chocolatina a los pocos segundos de quedarse solos en la
habitación.
Además de comprobar lo diferente que era entre unos y
otros la capacidad de demorar la gratificación y, por
tanto, el autocontrol emocional, una de las cosas que
más llamó la atención al equipo de experimentadores fue
el modo en que aquellos chicos soportaron la espera:
volverse para no ver la chocolatina, cantar o jugar para
entretenerse, o incluso intentar dormirse.
Pero lo más sorprendente vino unos cuantos años después,
cuando pudieron comprobar que la mayor parte de los
chicos y chicas que en su infancia habían logrado
resistir aquella espera, luego en su adolescencia eran
notablemente más emprendedores, equilibrados y
sociables.
Aquel estudio comparativo revelaba que —en términos de
conjunto— quienes en su momento superaron la prueba de
la chocolatina fueron luego, diez o doce años después,
personas mucho menos proclives a desmoralizarse, más
resistentes a la frustración, y más decididos y
constantes.
Como es natural, no es que el futuro esté ya
predeterminado para cada persona desde su nacimiento,
entre otras cosas porque no puede olvidarse que a los
cuatro años se ha recibido ya mucha educación. Hay, sin
duda, toda una herencia genética, un temperamento innato
que influye bastante, pero no es ése el factor
principal. Un niño de cuatro años puede haber aprendido
a ser obediente o desobediente, disciplinado o
caprichoso, ordenado o desordenado, como bien puede
atestiguar, por ejemplo, cualquier padre o madre de
familia, o cualquier persona que trabaje en un
preescolar.
Es indudable que el tipo de educación que había recibido
cada uno de esos chicos influyó sin duda decisivamente
en el resultado de aquella prueba de las chocolatinas.
Por eso, más que alentar oscuros determinismos ya
cerrados desde la infancia, o viejas tesis conductistas,
lo que aquella investigación vino a resaltar es cómo las
aptitudes que despuntan tempranamente en la infancia
suelen florecer más adelante, en la adolescencia o en la
vida adulta, dando lugar a un amplio abanico de
capacidades emocionales: la capacidad de controlar los
impulsos y demorar la gratificación, aprendida con
naturalidad desde la primera infancia, constituye una
facultad fundamental, tanto para cursar una carrera como
para ser una persona honrada o tener buenos amigos.
Es cierto que, en aquella prueba de las chocolatinas,
habría sido quizá más acertado proponer una prueba que
destacara esa capacidad de demorar la gratificación de
un modo más positivo, menos material. En todo caso,
sirve para mostrar cómo los chicos de cuatro años poseen
ya importantes capacidades emocionales (como percibir la
conveniencia de reprimir un impulso, o saber desviar su
atención de la tentación presente), y que educarles en
esas capacidades será de gran ayuda para su desarrollo
futuro.
La capacidad de resistir los impulsos, demorando o
eludiendo una gratificación para alcanzar otras metas
—ya sea aprobar un examen, levantar una empresa o
mantener unos principios éticos—, constituye una parte
esencial del gobierno de uno mismo. Y todo lo que en la
tarea de educación —o de autoeducación— pueda hacerse
por estimular esa capacidad será de una gran
trascendencia.
Frases de Confucio...
Cuando veas a un hombre bueno, trata de imitarlo;
cuando veas a un hombre malo, examínate a ti mismo.
Lo que quiere el sabio lo busca en sí mismo; el vulgo,
lo busca en los demás.
Perdónaselo todo a quien nada se perdona a sí mismo.
El hombre que al llegar a los cuarenta no se ha dado a
conocer no es digno de que se le mire con respeto
El hombre superior piensa siempre en la virtud; el
hombre vulgar piensa en la comodidad
La virtud nunca se queda sola: aquel que la posee
tendrá vecinos
Saber lo que es justo y no hacerlo es la peor de las
cobardías
En un país bien gobernado debe inspirar verguenza la
pobreza. En un país mal gobernado debe inspirar
verguenza la riqueza
Lo que más se necesita para aprender es un espíritu
humilde
Mejor que el hombre que sabe lo que es justo es el
hombre que ama lo justo.
Los defectos de un hombre se adecuan siempre a su tipo
de mente. Observa sus defectos y conocerás sus
virtudes.
Aprender sin reflexionar es malgastar la energía
Yo no procuro conocer las preguntas; procuro conocer
las respuestas.
Aprende a vivir y sabrás morir bien.
El hombre que ha cometido un error y no lo corrige
comete otro error mayor.
Entristécete no porque los hombres no te conozcan,
sino porque tú no conoces a los hombres.
Un erudito que no sea serio no inspirará respeto, y
su sabiduría, por lo tanto, carecerá de estabilidad
Los vicios vienen como pasajeros, nos visitan como
huéspedes y se quedan como amos.
Quien volviendo a hacer el camino viejo aprende el
nuevo, puede considerarse un maestro.
Un caballero se avergüenza de que sus palabras sean
mejores que sus actos.
Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás.
Así te ahorrarás disgustos.
La naturaleza hace que los hombres nos parezcamos unos
a otros y nos juntemos; la educación hace que seamos
diferentes y que nos alejemos.
Donde hay educación no hay distinción de clases.
Debes tener siempre fría la cabeza, caliente el
corazón y larga la mano.
No debes quejarte de la nieve en el tejado de tu
vecino cuando también cubre el umbral de tu casa.
Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces
entonces estás peor que antes.
Aprender sin pensar es inútil. Pensar sin aprender,
peligroso.
El mal no está en tener faltas, sino en no tratar de
enmendarlas.
Es posible conseguir algo luego de tres horas de
pelea, pero es seguro que se podrá conseguir con
apenas tres palabras impregnadas de afecto.
Cada cosa tiene su belleza, pero no todos pueden
verla.
El hombre superior es persistente en el camino cierto
y no sólo persistente.
Oír o leer sin reflexionar es una ocupación inútil.
La mujer es lo más corruptor y lo más corruptible que
hay en el mundo.
Se puede quitar a un general su ejército, pero no a un
hombre su voluntad.
¿Uno que no sepa gobernarse a sí mismo, cómo sabrá
gobernar a los demás?.
Gobernar es rectificar.
Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo
que no se sabe; he aquí el verdadero saber.
Lo que quiere el sabio, lo busca en sí mismo; el
vulgo, lo busca en los demás.
Sólo los sabios más excelentes, y los necios más
acabados, son incomprensibles.
Trabaja en impedir delitos para no necesitar castigos.
Cuando veáis a un hombre sabio, pensad en igualar sus
virtudes. Cuando veáis un hombre desprovisto de
virtud, examinaos vosotros mismos.
Un hombre de virtuosas palabras no es siempre un
hombre virtuoso.
Un hombre sin virtud no puede morar mucho tiempo en la
adversidad, ni tampoco en la felicidad; pero el hombre
virtuoso descansa en la virtud, y el hombre sabio la
ambiciona.
Sólo el virtuoso es competente para amar u odiar a los
hombres.
La virtud no habita en la soledad: debe tener vecinos.
El lenguaje artificioso y la conducta aduladora rara
vez acompañan a la virtud.
Sin no conoces todavía la vida, ¿cómo puede ser
posible conocer la muerte?
Los hombres se distinguen menos por sus cualidades
naturales que por la cultura que ellos mismos se
proporcionan. Los únicos que no cambian son los sabios
de primer orden y los completamente idiotas.
La naturaleza humana es buena y la maldad es
esencialmente antinatural.
El tipo más noble de hombre tiene una mente amplia y
sin prejuicios. El hombre inferior es prejuiciado y
carece de una mente amplia.
Una casa será fuerte e indestructible cuando esté
sostenida por estas cuatro columnas: padre valiente,
madre prudente, hijo obediente, hermano complaciente.
Estudia el pasado si quieres pronosticar el futuro.
Es más fácil apoderarse del comandante en jefe de un ejército que despojar a un miserable de su libertad
He sabido que cada año, sólo en Francia, se fugan de sus
casas cien mil adolescentes, y cincuenta mil intentan
suicidarse. Los estragos de las drogas —blandas, duras,
naturales o de diseño— son conocidos y lamentados por
todos. Parece como si las conductas adictivas fueran
casi el único refugio a la desolación de muchos jóvenes.
La gente mueve la cabeza horrorizada y piensa que casi
nada se puede hacer, que son los signos de los tiempos,
un destino inexorable y ciego.
Sin embargo, se pueden hacer muchas cosas. Y una de
ellas, muy importante, es educar mejor los sentimientos.
El sentimiento no tiene por qué ser un sentimentalismo
vaporoso, blandengue y azucarado. El sentimiento es una
poderosa realidad humana, que es preciso educar, pues no
en vano los sentimientos son los que con más fuerza
habitualmente nos impulsan a actuar.
Los sentimientos nos acompañan siempre, atemperándonos o
destemplándonos. Aparecen siempre en el origen de
nuestro actuar, en forma de deseos, ilusiones,
esperanzas o temores. Nos acompañan luego durante
nuestros actos, produciendo placer, disgusto, diversión
o aburrimiento. Y surgen también cuando los hemos
concluido, haciendo que nos invadan sentimientos de
tristeza, satisfacción, ánimo, remordimiento o angustia.
Sin embargo, este asunto, de vital importancia en
educación, en muchos casos abandonado a su suerte. La
confusa impresión de que los sentimientos son una
realidad innata, inexorable, oscura, misteriosa,
irracional y ajena a nuestro control, ha provocado un
considerable desinterés por su educación. Pero la
realidad es que los sentimientos son influenciables,
moldeables, y si la familia y la escuela no empeñan en
ello, será el entorno social quien se encargue de
hacerlo.
Todos contamos con la posibilidad de conducir en
bastante grado los sentimientos propios o los ajenos.
Con ello cuenta quien trata de enamorar a una persona, o
de convencerle de algo, o de venderle cualquier cosa.
Desde muy pequeños, aprendimos a controlar nuestras
emociones y a también un poco las de los demás. El
marketing, la publicidad, la retórica, siempre han
buscado cambiar los sentimientos del oyente. Todo esto
lo sabemos, y aún así seguimos pensando muchas veces que
los sentimientos difícilmente pueden educarse. Y decimos
que las personas son tímidas o desvergonzadas, generosas
o envidiosas, depresivas o exaltadas, cariñosas o frías,
optimistas o pesimistas, como si fuera algo que responde
casi sólo a una inexorable naturaleza.
Es cierto que las disposiciones sentimentales tienen una
componente innata, cuyo alcance resulta difícil de
precisar. Pero sabemos también la importancia de la
primera educación infantil, del fuerte influjo de la
familia, de la escuela, de la cultura en que se vive.
Las disposiciones sentimentales pueden modelarse
bastante. Hay malos y buenos sentimientos, y los
sentimientos favorecen unas acciones y entorpecen otras,
y por tanto favorecen o entorpecen una vida digna,
iluminada por una guía moral, coherente con un proyecto
personal que nos engrandece. La envidia, el egoísmo, la
agresividad, la crueldad, la desidia, son ciertamente
carencias de virtud, pero también son carencias de una
adecuada educación de los correspondientes sentimientos,
y son carencias que quebrantan notablemente las
posibilidades de una vida feliz.
Educar los sentimientos es algo importante, seguramente
más que enseñar matemáticas o inglés. ¿Quién se ocupa de
hacerlo? Es triste ver tantas vidas arruinadas por la
carcoma silenciosa e implacable de la mezquindad
afectiva. La pregunta es ¿a qué modelo sentimental
debemos aspirar? ¿cómo encontrarlo, comprenderlo, y
después educar y educarse en él? Es un asunto
importante, cercano, estimulante y complejo.
Conocimiento propio
Tales de Mileto, aquel pensador de la antigua Grecia que
es considerado como el primer filósofo conocido de todos
los tiempos, escribió hace 2.600 años que la cosa más
difícil del mundo es conocernos a nosotros mismos, y la
más fácil hablar mal de los demás.
Y en el templo de Delfos podía leerse aquella famosa
inscripción socrática —gnosei seauton: conócete a ti
mismo—, que recuerda una idea parecida.
Conocerse bien a uno mismo representa un primer e
importante paso para lograr ser artífice de la propia
vida, y quizá por eso se ha planteado como un gran reto
para el hombre a lo largo de los siglos.
Conviene preguntarse con cierta frecuencia (y buscando
la objetividad): ¿cómo es mi carácter? Porque es
sorprendente lo beneficiados que resultamos en los
juicios que hacen nuestros propios ojos. Casi siempre
somos absueltos en el tribunal de nuestro propio
corazón, aplicando la ley de nuestros puntos de vista,
dejando la exigencia para los demás. Incluso en los
errores más evidentes encontramos fácilmente multitud de
atenuantes, de eximentes, de disculpas, de
justificaciones.
Si somos así, y parecemos ciegos para nuestros propios
defectos, ¿cómo se puede mejorar? Mejoraremos procurando
conocernos. Mejoraremos escuchando de buen grado la
crítica constructiva que nos vayan haciendo con
cualquier ocasión. Pero a eso se aprende sólo cuando uno
es capaz de decirse a sí mismo las cosas, cuando es
capaz de cantarle las verdades a uno mismo. Procura
conocer cuáles son tus defectos dominantes. Procura
sujetar esa pasión desordenada que sobresale de entre
las demás, pues así es más fácil después vencer las
restantes.
Para uno, su vicio capital será la búsqueda permanente
de la comodidad, porque huye del trabajo con verdadero
terror; para otro, quizá su mal genio o su amor propio
exagerado, o su testarudez; para un tercero, a lo mejor
su principal problema es la superficialidad o la
frivolidad de sus planteamientos. Piénsalo. Cada uno de
tus defectos es un foco de deterioro de tu carácter. Si
no los vences a tiempo, si no les pones coto, te puede
salir mal la partida de la vida.
Quizá lo que hace más delicada la formación del carácter
es precisamente el hecho de que se trata de una tarea
que requiere años, decenas de años. Ésa es su principal
dificultad.
Toth comparaba este trabajo a la formación de un cristal
a partir de una disolución saturada que se va desecando.
Las moléculas van ordenándose lentamente conforme a unas
misteriosas leyes, en un proceso que puede durar horas,
meses, o muchos años. Los cristales se van haciendo cada
vez mayores y constituyendo formas geométricas
perfectas, según su naturaleza..., siempre que, claro
está, ningún agente externo estorbe la marcha de ese
lento y delicado proceso de cristalización. Porque un
estorbo puede hacer que acabe, en vez de en un magnífico
cristal, en una simple agregación de pequeños cristales
contrahechos.
Puede ser ése el principal error de muchos jóvenes, o
quizá de sus padres. Pensar que aquellos reiterados
estorbos en el camino de la delicada cristalización de
su espíritu eran algo sin importancia. Y cuando
advirtieron que habían cuajado en un carácter torcido y
contrahecho, poco remedio quedaba ya.
¿Hay entonces en el carácter cosas que no tienen
remedio? Siempre estamos a tiempo de reconducir
cualquier situación. Ninguna, por terrible que fuera,
determina un callejón sin salida. Pero no debe ignorarse
que hay tropiezos que dejan huella, que suponen todo un
trecho equivocado cuesta abajo que hay que desandar
penosamente.
Piensa en esas malas costumbres, en esa terquedad que
cuando eras niño resultaba graciosa y ahora se ha vuelto
más espinosa y más dura. Piensa en cómo dominas tu
genio, en cómo soportas la contrariedad. Piensa si no
eres un cardo. Porque cardos surgen en todas las almas y
es cuestión de saber eliminarlos cuando aún están
tiernos. Esa solicitud y esa lucha continua es la
educación.
Procura ver las cosas buenas de los demás, que siempre
hay. Y cuando veas defectos, o algo que te parece a ti
que son defectos, piensa si no los hay —esos mismos—
también en tu vida. Porque a veces vemos:
a un quejica que se queja de que los demás se quejan;
a un charlatán agotador que protesta porque otro habla
demasiado;
a uno que es muy individualista en el fútbol y luego se
queja de que no le pasan el balón;
que recrimina agriamente los errores a sus compañeros y
luego resulta que él falla más que nadie;
al típico personaje irascible que se rasga las
vestiduras ante el mal genio de los demás.
¿Por qué? Quizá sea efectivamente porque —no se sabe en
virtud de qué misteriosa tendencia— proyectamos en los
demás nuestros propios defectos.
El conocimiento propio también es muy útil para aprender
a tratar a los demás. Hay, por ejemplo, padres
impacientes a quienes con frecuencia se les escuchan
frases como "le he dicho a esta criatura por lo menos
cuarenta veces que..., y no hay manera". Y cabría
preguntarse: bien, pero ¿y tú? ¿No te sucede a ti que te
has propuesto también cuarenta veces muchas cosas que
luego nunca logras hacer?
¿No podemos entonces exigir nada a los hijos porque
nosotros somos peor que ellos...? No, por supuesto. Pero
cuando alguien es consciente de sus propios defectos, la
tarea de educar se ve muchas veces como una tarea que
tiene bastante de compañerismo. Y se celebra el triunfo
del otro y se sabe disculpar y disimular la derrota,
porque se confía en que le llegarán también tiempos de
victoria. Por eso no viene mal tener en la cabeza
nuestros fallos y nuestros errores a la hora de
corregir, para saber conjugar bien la exigencia con la
comprensión.
Sentimientos de insatisfacción
Se dice que los dinosaurios se extinguieron porque
evolucionaron por un camino equivocado: mucho cuerpo y
poco cerebro, grandes músculos y poco conocimiento.
Algo parecido amenaza al hombre que desarrolla en exceso
su atención hacia el éxito material, mientras su cabeza
y su corazón quedan cada vez más vacíos y anquilosados.
Quizá gozan de un alto nivel de vida, poseen notables
cualidades, y todo parece apuntar a que deberían
sentirse muy dichosos; sin embargo, cuando se ahonda en
sus verdaderos sentimientos, con frecuencia se descubre
que se sienten profundamente insatisfechos. Y la primera
paradoja es que ellos mismos muchas veces no saben
explicar bien por qué motivo.
En algunos casos, esa insatisfacción proviene de una
dinámica de consumo poco moderado. Llega un momento en
que comprueban que el afán por poseer y disfrutar cada
día de más cosas sólo se aplaca fugazmente con su logro,
y ven cómo de inmediato se presentan nuevas
insatisfacciones ante tantas otras cosas que aún no se
poseen. Es una especie de tiranía (que ciertas modas y
usos sociales facilitan que uno mismo se imponga), y
hace falta una buena dosis de sabiduría de la vida para
no caer en esa trampa (o para salir de ella), y evitarse
así mucho sufrimiento inútil.
En otras personas, la insatisfacción proviene de la
mezquindad de su corazón. Aunque a veces les cueste
reconocerlo, se sienten avergonzadas de la vida que
llevan, y si profundizan un poco en su interior,
descubren muchas cosas que les hacen sentirse a disgusto
consigo mismas (y eso les lleva con frecuencia a
maltratar a los demás, por aquello de que quien la tiene
tomada consigo mismo, la acaba tomando con los demás).
En cambio, quien ha sabido seguir un camino de honradez
y de verdad, desoyendo las mil justificaciones que
siempre parecen encubrir cualquier claudicación (“lo
hace todo el mundo”, “se trata sólo de una pequeña
concesión excepcional”, “no hago daño a nadie”, etc.),
quien logra mantener la rectitud y rechazar esas
justificaciones, se sentirá habitualmente satisfecho,
porque no hay nada más ingrato que convivir con uno
mismo cuando se es un ser mezquino.
Otras veces, la insatisfacción se debe a algún
sentimiento de inferioridad. Otras, tiene su origen en
la incapacidad para lograr dominarse a uno mismo, como
sucede a esas personas que son arrolladas por sus
propios impulsos de cólera o agresividad, por la
inmoderación en la comida o la bebida, etc., y después,
una vez recobrado el control, se asombran, se
arrepienten y sienten un profundo rechazo de sí mismas.
También las manías son una fuente de sentimientos de
insatisfacción. Si se deja que arraiguen, pueden llegar
a convertirse en auténticas fijaciones que dificultan
llevar una vida psicológicamente sana. Además, si no se
es capaz de afrontarlas y superarlas, con el tiempo
tienden a extenderse y multiplicarse.
Algo parecido podría decirse de las personas que viven
dominadas por sentimientos relacionados con la soledad,
de los que suele costar bastante salir, unas veces por
una actitud orgullosa (que les impide afrontar el
aislamiento que padecen y se resisten a aceptar que
estén realmente solas), otras porque no saben adónde
acudir para ampliar su entorno de amistades, y otras
porque les falta talento para relacionarse.
Incluso personas con una intensa vida social también
pueden sentirse a veces muy solas e insatisfechas: quizá
porque su exuberante actividad puede ser superficial y
encubrir una soledad mal resuelta; o porque sus
contactos y relaciones pueden estar mantenidos casi
exclusivamente por interés; o porque son personas de
fama o de éxito, y perciben ese trato social como poco
personal, o como adulación; etc. Y también puede suceder
lo contrario, y una soledad puede ser sólo aparente: hay
personas que creen importar poco a los demás, y un buen
día sufren algo más extraordinario y se sorprenden de la
cantidad de personas que les ofrecen su ayuda (la
satisfacción que sienten entonces da una idea de la
importancia de estar cerca de quien pasa por un momento
de mayor dificultad).
En cualquier caso, saber de dónde provienen los
sentimientos de insatisfacción es decisivo para
abordarlos con acierto y así gobernar con eficacia la
propia vida afectiva.
Repertorio emocional
Para establecer una relación positiva con los demás, y
poder así decirse las cosas de forma fluida y sin
acritud, es preciso cultivar toda una serie de
capacidades destinadas a combatir la negatividad y a
establecer una relación no defensiva con los demás.
El principal obstáculo es que probablemente en nuestro
interior tenemos grabadas unas respuestas emocionales
negativas que no es fácil cambiar de la noche a la
mañana. Por eso hemos de poner esfuerzo en
familiarizarnos con respuestas emocionales más
positivas, de modo que, con el tiempo, las vayamos
evocando de forma más natural y espontánea, en la medida
que las incorporemos más a nuestro repertorio emocional.
Algunos ejemplos de esas capacidades emocionales pueden
ser los siguientes:
Tranquilizarse a uno mismo, pues al enfadamos perdemos
bastante de nuestra capacidad de escuchar, pensar y
hablar con claridad, y la excitación del enfado tiende a
generar un enfado mayor si uno no se da un tiempo muerto
hasta lograr tranquilizarse.
Desintoxicarse de pensamientos negativos hipercríticos,
que suelen ser los principales desencadenantes de
conflictos. Cuando logramos darnos cuenta de que nos
embargan pensamientos de ese tipo, y nos decidimos a
hacerles frente, el problema suele estar ya casi
resuelto.
Escuchar y hablar de modo que nuestras palabras no
despierten la defensividad del interlocutor, es decir,
que no las perciba como críticas u hostiles. De modo
análogo, hemos de esforzarnos en escuchar a los demás
sin interpretar como un ataque lo que quizá es una
simple queja o una observación bienintencionada.
Detectar temas, momentos o situaciones de
hipersensibilidad. Si observamos una actitud de
defensividad en una determinada persona, será una
manifestación clara de que el tema que se está tratando
reviste importancia para ella (y que por tanto conviene
andarse con especial tacto), o que en ese momento está
alterada por algo, o que hay alguna razón por la que
nuestra relación con esa persona se ha dañado, en poco o
en mucho. Por ejemplo, si observamos que le ha
contrariado que interrumpamos una explicación suya,
podemos terciar, sin acritud, diciendo: "perdona, que te
he interrumpido; di lo que ibas a decir".
Centrarse en los temas, sin enredarse en detalles nimios
o en cuestiones colaterales que entorpecen el diálogo.
No derivar hacia el ataque personal. Siempre es mejor,
por ejemplo, decir un "me ha molestado que llegues tarde
y no me hayas avisado", que soltar un "eres un
desconsiderado y un egoísta".
Disculparnos cuando advirtamos que nos hemos equivocado,
y asumir con sencillez la responsabilidad que nos
corresponda por nuestros errores.
Procurar reflejar el estado emocional del interlocutor.
Si, por ejemplo, alguien nos expresa una queja o una
preocupación que le cuesta manifestar, hemos de procurar
reflejar que nos hacemos cargo de lo que siente en ese
momento.
Ser generosos en el reconocimiento de los méritos de los
demás, y no escamotear, cuando sea oportuno, los elogios
razonables que destaquen y alaben explícitamente las
cualidades del otro.
Control de la preocupación
Por lo general, la espiral de la preocupación, y con
ella, la de la ansiedad, entorpece de tal modo el
funcionamiento intelectual que pueden llegar a disminuir
seriamente su rendimiento personal.
Bastantes estudiantes, por ejemplo, son muy proclives a
preocuparse y caer en estados de ansiedad, y esto afecta
negativamente a sus resultados académicos.
Mientras, a otros, el estado de preocupación, por
ejemplo ante un examen, estimula su intensidad en el
estudio, y gracias a eso logran un rendimiento mucho
mayor.
Ésa es la cuestión que conviene analizar: por qué a unos
les estimula y a otros les paraliza.
Según unos amplios estudios realizados por Richard
Alpert, la diferencia entre unos y otros está en la
forma de abordar esa sensación de inquietud que les
invade ante la inminencia de un examen. A unos, la misma
excitación y el interés por hacer bien el examen les
lleva a prepararse y a estudiar con más seriedad; en
otros casos, sin embargo, cuando se trata de personas
ansiosas, sus pensamientos negativos (del estilo de «no
seré capaz de aprobar», «se me dan mal este tipo de
exámenes», «no sirvo para las matemáticas», etc.)
sabotean sus esfuerzos, y la excitación interfiere con
el discurso mental necesario para el estudio y enturbia
después su claridad también durante la realización del
examen.
Las preocupaciones que tiene una persona mientras hace
un examen reducen los recursos mentales disponibles para
hacerlo bien. En ese sentido, si estamos demasiado
preocupados por suspender, dispondremos de mucha menos
atención para discurrir sobre lo que nos han preguntado
y expresar una respuesta adecuada. Es así como las
preocupaciones acaban convirtiéndose en profecías
autocumplidas que conducen al fracaso.
En cambio, quienes controlan sus emociones pueden
utilizar esa ansiedad anticipatoria —ante la cercanía de
un examen, o de dar una conferencia, o de acudir a una
entrevista importante— para motivarse a sí mismos,
prepararse adecuadamente y, en consecuencia, hacerlo
mejor.
Se trata de encontrar un punto medio —volvemos aquí de
nuevo a la necesidad de un equilibrio— entre la ansiedad
y la apatía, pues el exceso de ansiedad lastra el
esfuerzo por hacerlo bien, pero la ausencia completa de
ansiedad —en el sentido de indolencia, se entiende—
genera apatía y desmotivación.
Por eso, un cierto entusiasmo —incluso algo de euforia
en algunas ocasiones— resulta muy positivo en la mayoría
de las tareas humanas, sobre todo para las de tipo más
creativo. Pero cuando la euforia crece demasiado o se
descontrola, se convierte en un estado en el que la
agitación socava toda capacidad de pensar de un modo lo
suficientemente coherente como para que las ideas fluyan
con acierto y realismo.
Los estados de ánimo positivos aumentan la capacidad de
pensar con flexibilidad y sensatez ante cuestiones
complejas, y hacen más fácil encontrar soluciones a los
problemas, tanto de tipo especulativo como de relaciones
humanas. Por eso, una forma de ayudar a alguien a
abordar con acierto sus problemas es procurar que se
sienta alegre y optimista. Las personas bienhumoradas
gozan de una predisposición que les lleva a pensar de
una forma más abierta y positiva, y gracias a eso poseen
una capacidad de tomar decisiones notablemente mejor.
Los estados de ánimo negativos, en cambio, sesgan
nuestros recuerdos en una dirección negativa, haciendo
más probable que nos retiremos hacia decisiones más
apocadas, temerosas y suspicaces.
Empatía
Es la hora del recreo en la guardería y un grupo de
niños está corriendo por el patio. Varios tropiezan, y
uno de ellos se hace daño en una rodilla y comienza a
llorar. Todos los demás siguen con sus juegos, sin
prestarle atención..., excepto Roger.
Roger se detiene junto a él, le observa, espera a que se
calme un poco, y después se agacha, frota con la mano su
propia rodilla y comenta, con un tono comprensivo y
conciliador: "¡vaya, yo también me he hecho daño!"
Esta escena es observada por un equipo investigador que
dirigen Tomas Hatch y Howard Gardner, en una escuela
norteamericana.
Al parecer, Roger tiene una extraordinaria habilidad
para reconocer los sentimientos de sus compañeros de
guardería y para establecer un contacto rápido y amable
con ellos. Fue el único que se dio cuenta del estado y
el sufrimiento de su compañero, y también fue el único
que trató de consolarle, aunque sólo pudiera ofrecerle
su propio dolor: un gesto que denota una habilidad
especial para las relaciones humanas y que, en el caso
de un preescolar, augura la presencia de un conjunto de
talentos que irán floreciendo a lo largo de su vida.
Al término de su estudio sobre el comportamiento
infantil en la escuela, estos investigadores propusieron
una serie de habilidades que reflejan el talento social
de una persona:
Capacidad de liderazgo, es decir, de movilizar y
coordinar los esfuerzos de un grupo de personas. Es una
capacidad que se apunta ya en el patio del colegio,
cuando en el recreo surge un niño o una niña —siempre
los hay— que decide a qué jugarán, y cómo; y que pronto
acaba siendo reconocido por todos como líder del grupo.
Capacidad de negociar soluciones, o sea, de mediar entre
las personas para evitar la aparición de conflictos o
para solucionar los ya existentes. Son los niños
—también los hay siempre— que suelen resolver las
pequeñas disputas que se producen en el patio de recreo.
Capacidad de establecer conexiones personales, esto es,
de dominar el sutil arte de las relaciones humanas que
requieren la amistad, el amor o el trabajo en equipo. Es
la habilidad que acabamos de señalar en Roger: son esos
niños que saben llevarse bien con todos, que saben
reconocer el estado emocional de los demás, y que suelen
ser por ello muy queridos por sus compañeros.
Capacidad de análisis social, es decir, de detectar e
intuir los sentimientos, motivos e intereses de las
personas. Son los niños que desde muy pronto se sitúan
sobre cómo son los demás compañeros o profesores, y
demuestran una intuición muy notable.
El conjunto de esas habilidades —que, insistimos, son al
tiempo innatas y adquiridas— constituye la materia prima
de la inteligencia interpersonal, y es el ingrediente
fundamental del encanto, del éxito social y del carisma
personal. Habilidades que reportan una indudable ventaja
en la vida familiar, en la amistad, en el mundo laboral
o en muchos otros ámbitos de la existencia.
Como ha señalado Daniel Goleman, esas personas
socialmente inteligentes saben controlar la expresión de
sus emociones, conectan más fácilmente con los demás,
captan enseguida sus reacciones y sentimientos, y
gracias a eso pueden reconducir o resolver los
conflictos que aparecen siempre en cualquier interacción
humana. Muchos son también líderes naturales, que saben
expresar los sentimientos colectivos latentes y guiar a
un grupo hacia el logro de sus objetivos. Son, en
cualquier caso, el tipo de personas con quienes a los
demás les gusta estar porque hacen siempre aportaciones
constructivas y transmiten buen humor y sentido
positivo.
Capacidad de demorar la gratificación
En la década de los sesenta, Walter Mischel llevó a cabo
desde la Universidad de Stanford una investigación con
preescolares de cuatro años de edad, a los que planteaba
un sencillo dilema: «Ahora debo marcharme y regresaré
dentro de veinte minutos. Si quieres, puedes tomarte
esta chocolatina, pero si esperas a que yo vuelva, te
daré dos.»
Aquel dilema resultó ser un auténtico desafío para los
chicos de esa edad. Se planteaba en ellos un fuerte
debate interior: la lucha entre el impulso a tomarse la
chocolatina y el deseo de contenerse para lograr más
adelante un objetivo mejor.
Era una lucha entre el deseo primario y el autocontrol,
entre la gratificación y su demora. Una lucha de
indudable trascendencia en la vida de cualquier persona,
pues no puede olvidarse que tal vez no hay habilidad
psicológica más esencial que la capacidad de resistir el
impulso. Resistir el impulso es el fundamento de
cualquier tipo de autocontrol emocional, puesto que toda
emoción supone un deseo de actuar, y es evidente que no
siempre ese deseo será oportuno.
El caso es que Walter Mischel llevó a cabo su estudio, y
efectuó un seguimiento de esos mismos chicos durante más
de quince años.
En la primera prueba, comprobó que aproximadamente dos
tercios de esos niños de cuatro años de edad fueron
capaces de esperar lo que seguramente les pareció una
eternidad, hasta que volvió el experimentador. Pero
otros, más impulsivos, se abalanzaron sobre la
chocolatina a los pocos segundos de quedarse solos en la
habitación.
Además de comprobar lo diferente que era entre unos y
otros la capacidad de demorar la gratificación y, por
tanto, el autocontrol emocional, una de las cosas que
más llamó la atención al equipo de experimentadores fue
el modo en que aquellos chicos soportaron la espera:
volverse para no ver la chocolatina, cantar o jugar para
entretenerse, o incluso intentar dormirse.
Pero lo más sorprendente vino unos cuantos años después,
cuando pudieron comprobar que la mayor parte de los
chicos y chicas que en su infancia habían logrado
resistir aquella espera, luego en su adolescencia eran
notablemente más emprendedores, equilibrados y
sociables.
Aquel estudio comparativo revelaba que —en términos de
conjunto— quienes en su momento superaron la prueba de
la chocolatina fueron luego, diez o doce años después,
personas mucho menos proclives a desmoralizarse, más
resistentes a la frustración, y más decididos y
constantes.
Como es natural, no es que el futuro esté ya
predeterminado para cada persona desde su nacimiento,
entre otras cosas porque no puede olvidarse que a los
cuatro años se ha recibido ya mucha educación. Hay, sin
duda, toda una herencia genética, un temperamento innato
que influye bastante, pero no es ése el factor
principal. Un niño de cuatro años puede haber aprendido
a ser obediente o desobediente, disciplinado o
caprichoso, ordenado o desordenado, como bien puede
atestiguar, por ejemplo, cualquier padre o madre de
familia, o cualquier persona que trabaje en un
preescolar.
Es indudable que el tipo de educación que había recibido
cada uno de esos chicos influyó sin duda decisivamente
en el resultado de aquella prueba de las chocolatinas.
Por eso, más que alentar oscuros determinismos ya
cerrados desde la infancia, o viejas tesis conductistas,
lo que aquella investigación vino a resaltar es cómo las
aptitudes que despuntan tempranamente en la infancia
suelen florecer más adelante, en la adolescencia o en la
vida adulta, dando lugar a un amplio abanico de
capacidades emocionales: la capacidad de controlar los
impulsos y demorar la gratificación, aprendida con
naturalidad desde la primera infancia, constituye una
facultad fundamental, tanto para cursar una carrera como
para ser una persona honrada o tener buenos amigos.
Es cierto que, en aquella prueba de las chocolatinas,
habría sido quizá más acertado proponer una prueba que
destacara esa capacidad de demorar la gratificación de
un modo más positivo, menos material. En todo caso,
sirve para mostrar cómo los chicos de cuatro años poseen
ya importantes capacidades emocionales (como percibir la
conveniencia de reprimir un impulso, o saber desviar su
atención de la tentación presente), y que educarles en
esas capacidades será de gran ayuda para su desarrollo
futuro.
La capacidad de resistir los impulsos, demorando o
eludiendo una gratificación para alcanzar otras metas
—ya sea aprobar un examen, levantar una empresa o
mantener unos principios éticos—, constituye una parte
esencial del gobierno de uno mismo. Y todo lo que en la
tarea de educación —o de autoeducación— pueda hacerse
por estimular esa capacidad será de una gran
trascendencia.
Frases de Confucio...
Cuando veas a un hombre bueno, trata de imitarlo;
cuando veas a un hombre malo, examínate a ti mismo.
Lo que quiere el sabio lo busca en sí mismo; el vulgo,
lo busca en los demás.
Perdónaselo todo a quien nada se perdona a sí mismo.
El hombre que al llegar a los cuarenta no se ha dado a
conocer no es digno de que se le mire con respeto
El hombre superior piensa siempre en la virtud; el
hombre vulgar piensa en la comodidad
La virtud nunca se queda sola: aquel que la posee
tendrá vecinos
Saber lo que es justo y no hacerlo es la peor de las
cobardías
En un país bien gobernado debe inspirar verguenza la
pobreza. En un país mal gobernado debe inspirar
verguenza la riqueza
Lo que más se necesita para aprender es un espíritu
humilde
Mejor que el hombre que sabe lo que es justo es el
hombre que ama lo justo.
Los defectos de un hombre se adecuan siempre a su tipo
de mente. Observa sus defectos y conocerás sus
virtudes.
Aprender sin reflexionar es malgastar la energía
Yo no procuro conocer las preguntas; procuro conocer
las respuestas.
Aprende a vivir y sabrás morir bien.
El hombre que ha cometido un error y no lo corrige
comete otro error mayor.
Entristécete no porque los hombres no te conozcan,
sino porque tú no conoces a los hombres.
Un erudito que no sea serio no inspirará respeto, y
su sabiduría, por lo tanto, carecerá de estabilidad
Los vicios vienen como pasajeros, nos visitan como
huéspedes y se quedan como amos.
Quien volviendo a hacer el camino viejo aprende el
nuevo, puede considerarse un maestro.
Un caballero se avergüenza de que sus palabras sean
mejores que sus actos.
Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás.
Así te ahorrarás disgustos.
La naturaleza hace que los hombres nos parezcamos unos
a otros y nos juntemos; la educación hace que seamos
diferentes y que nos alejemos.
Donde hay educación no hay distinción de clases.
Debes tener siempre fría la cabeza, caliente el
corazón y larga la mano.
No debes quejarte de la nieve en el tejado de tu
vecino cuando también cubre el umbral de tu casa.
Si ya sabes lo que tienes que hacer y no lo haces
entonces estás peor que antes.
Aprender sin pensar es inútil. Pensar sin aprender,
peligroso.
El mal no está en tener faltas, sino en no tratar de
enmendarlas.
Es posible conseguir algo luego de tres horas de
pelea, pero es seguro que se podrá conseguir con
apenas tres palabras impregnadas de afecto.
Cada cosa tiene su belleza, pero no todos pueden
verla.
El hombre superior es persistente en el camino cierto
y no sólo persistente.
Oír o leer sin reflexionar es una ocupación inútil.
La mujer es lo más corruptor y lo más corruptible que
hay en el mundo.
Se puede quitar a un general su ejército, pero no a un
hombre su voluntad.
¿Uno que no sepa gobernarse a sí mismo, cómo sabrá
gobernar a los demás?.
Gobernar es rectificar.
Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo
que no se sabe; he aquí el verdadero saber.
Lo que quiere el sabio, lo busca en sí mismo; el
vulgo, lo busca en los demás.
Sólo los sabios más excelentes, y los necios más
acabados, son incomprensibles.
Trabaja en impedir delitos para no necesitar castigos.
Cuando veáis a un hombre sabio, pensad en igualar sus
virtudes. Cuando veáis un hombre desprovisto de
virtud, examinaos vosotros mismos.
Un hombre de virtuosas palabras no es siempre un
hombre virtuoso.
Un hombre sin virtud no puede morar mucho tiempo en la
adversidad, ni tampoco en la felicidad; pero el hombre
virtuoso descansa en la virtud, y el hombre sabio la
ambiciona.
Sólo el virtuoso es competente para amar u odiar a los
hombres.
La virtud no habita en la soledad: debe tener vecinos.
El lenguaje artificioso y la conducta aduladora rara
vez acompañan a la virtud.
Sin no conoces todavía la vida, ¿cómo puede ser
posible conocer la muerte?
Los hombres se distinguen menos por sus cualidades
naturales que por la cultura que ellos mismos se
proporcionan. Los únicos que no cambian son los sabios
de primer orden y los completamente idiotas.
La naturaleza humana es buena y la maldad es
esencialmente antinatural.
El tipo más noble de hombre tiene una mente amplia y
sin prejuicios. El hombre inferior es prejuiciado y
carece de una mente amplia.
Una casa será fuerte e indestructible cuando esté
sostenida por estas cuatro columnas: padre valiente,
madre prudente, hijo obediente, hermano complaciente.
Estudia el pasado si quieres pronosticar el futuro.
Es más fácil apoderarse del comandante en jefe de un ejército que despojar a un miserable de su libertad
jueves, 30 de agosto de 2007
Amar o Depender
Aristócratas y adinerados señores habían llegado de todas
partes para ofrecer sus maravillosos regalos; joyas, tierras,
ejércitos y tronos conformaban los obsequios para conquistar a
tan especial criatura.
Entre los candidatos se encontraba un joven plebeyo, que no
tenía más riquezas que amor y perseverancia. Cuando le llegó
el momento de hablar, le dijo:
- "Princesa, te he amado toda mi vida. Como soy un hombre
pobre y no tengo tesoros para darte, te ofrezco mi sacrificio
como prueba de amor: estaré cien días sentado bajo tu
ventana, sin más alimentos que la lluvia y sin más ropas que
las que llevo puestas. Ése es mi dote".
La princesa, conmovida por semejante gesto de amor, decidió
aceptar y le dijo al joven plebeyo:
- "Tendrás tu oportunidad: si pasas la prueba, me
desposarás".
Así pasaron las horas y los días. El pretendiente estuvo
sentado, soportando los vientos, la nieve y las noches
heladas. Sin pestañear, con la vista fija en el balcón de su
amada, el valiente vasallo siguió firme en su empeño, sin
desfallecer un momento. De vez en cuando la cortina de la
ventana real dejaba traslucir la esbelta figura de la
princesa, la cual con un noble gesto y una sonrisa, aprobaba
la faena. Todo iba a las mil maravillas. Incluso algunos
optimistas habían comenzado a planear los festejos.
Al llegar el día noventa y nueve, los pobladores de la zona
habían salido a animar al próximo monarca. Todo era alegría y
jolgorio, hasta que de pronto, cuando faltaba una hora para
cumplirse el plazo, ante la mirada atónita de los asistentes y
la perplejidad de la infanta, el joven se levantó y sin dar
explicación alguna, se alejó lentamente del lugar.
Unas semanas después, mientras deambulaba por un solitario
camino, un niño de la comarca alcanzó al joven plebeyo y le
preguntó:
- "Qué fue lo te que ocurrió?, estabas a un paso de lograr
la meta. ¿Por qué perdiste esa oportunidad?. ¿Por qué te
retiraste?".
Con profunda consternación y algunas lágrimas mal disimuladas,
el joven plebeyo contestó en voz baja:
- "No me ahorró ni un día de sufrimiento, ni siquiera una
hora. No merecía mi amor".
Autor Desconocido
¿AMAR O DEPENDER?
El merecimiento no siempre es egolatría, sino dignidad.
Cuando damos lo mejor de nosotros mismos a otra persona,
cuando decidimos compartir la vida, cuando abrimos nuestro
corazón de par en par y desnudamos el alma hasta el último
rincón, cuando perdemos la vergüenza, cuando los secretos
dejan de serlo, al menos merecemos comprensión.
Que se menosprecie, ignore o desconozca fríamente el amor que
regalamos a manos llenas es desconsideración o, en el mejor de
los casos, ligereza. Cuando amamos a alguien que además de no
correspondernos desprecia nuestro amor y nos hiere, estamos en
el lugar equivocado. Esa persona no se hace merecedora del
afecto que le prodigamos.
La situación es clara: si no me siento bien recibido en algún
lugar, empaco y me voy. Nadie se quedaría tratando de agradar
y disculpándose por no ser como a la otra persona le gustaría
que fuera. No hay vuelta de hoja. En cualquier relación de
pareja que tengas, no te merece quien no te ame, y menos aún,
quien te lastime. Y si alguien te hiere reiteradamente sin
"mala intención", puede que te merezca pero no te conviene.
LA PERSONALIDAD DESTRUCTIVA Y EL AMOR
Aunque parezca irracional, hay personas que están
predispuestas a tener relaciones destructivas.
Consistentemente, una y otra vez, se involucran en relaciones
dañinas de donde salen mal libradas. Algunos dicen que es
masoquismo, otros que se debe a una baja autoestima, y hay
quienes sostienen que el objetivo de la personalidad
autodestructiva es demostrar que: realmente no son "queridos".
Las personas que se autocastigan en el amor, muestran una
evidente contradicción: de un lado quieren dejar de sufrir,
pero al mismo tiempo reinciden en relaciones tormentosas
similares a las anteriores. La razón les dice que no, pero el
corazón les dice que sí.
La personalidad autodestructiva, se caracteriza afectivamente
por: mantener relaciones interpersonales de subordinación (el
otro es más importante que yo), poca valoración de los logros
personales (lo que yo hago no es tan importante), baja
autoestima, tendencia a emparejarse con personas explotadoras,
asumen el papel de víctimas, suelen ser poco asertivas y
apenas experimentan placer por sus vidas. Tienen tendencia a
sabotear su propia vida interior.
Detrás de esta manera de ser, las personas esconden una gran
dependencia emocional y un afán de hallar a alguien mejor, que
pueda aportarles lo que ellas no tienen. Por eso idealizan a
las parejas, y se fascinan con personas muy seguras de sí
mismas. Crean veneración por personas autosuficientes. La
admiración se transforma en culto, el amor en pleitesía, y el
intercambio afectivo (que debería ser recíproco) se vuelve
desigual, desequilibrado, inclinado en su contra. La
glorificación de la pareja los transporta al más allá, negando
el más acá.
Lo curioso es que la gran mayoría de estas personas, terminan
con personas manipuladoras o explotadoras, donde el débil
refuerza al más fuerte, y éste se crece más y más, hasta
aplastar al subyugado. ¿"Por qué siempre mis parejas terminan
aprovechándose de mí"?, ¿"Por qué soy tan de malas"?. Quizás
no sea el azar, quizás buscamos el complementario y se nos va
la mano. Querer una pareja dominante para compensar la propia
debilidad, es sin lugar a dudas peligroso. Vivir a la sombra
del compañero afectivo puede llevar a la pérdida de la
identidad personal. Además, es imposible asumir una posición
de subordinación, sin lastimar el ego y caer en la degradación
del yo.
La personalidad autodestructiva es ajena a la felicidad. Las
personas que la poseen, se conforman con el dolor hasta
considerarlo normal, y creen que el sufrimiento es el costo
ineludible que deben pagar para sentirse amadas. La única
manera de superar la mala costumbre de autocastigarse en el
amor, es aceptarse como uno es, con lo bueno y lo malo, sin
quejas, ni oscuras compensaciones. Las buenas relaciones
afectivas son aquellas donde buscamos personas similares a
nosotros, sin idealizarlas. Personas de igual a igual con
afectos recíprocos, dejando de lado la absurda idea de tener
que sentirme mal, para sentirme bien.
Tomado del libro: ¿Amar o Depender?
Autor: Walter Riso. Psicólogo
Nacido en Italia, criado en Argentina y residenciado desde
hace 20 años en Medellín-Colombia
LA SOLTERIA
"Más de cuatro años de su vida gastaron Laura y
Eduardo en un noviazgo; estudiaron juntos. Fué como sí hubieran agotado
los temas de conversación que tenían en la universidad, para entrar en
una competencia profesional que, lejos de dar trascendencia a su
relación, marcaba territorios incompatibles.
Finalmente, Eduardo confesó que cuando se dió
cuenta de que su noviazgo le reclamaba mas formalidad, tuvo miedo de
continuar, porque necesitaba tiempo para saber si Laura era la mujer con
quien realmente deseaba pasar el resto de su vida".
Su caso es el de cada vez mas parejas "modernas"
que huyen de la responsabilidad como del demonio incluso cuando ya tienen
todo preparado para la boda. Quizás no supieron nunca que el
verdadero amor no se traduce en "sentir bonito" cuando se esta frente a la
pareja y que tampoco significa: "estar de acuerdo en todo lo que se
hace", porque cuando realmente se ama a alguien se adquiere el
COMPROMISO MORAL de ayudarlo respetuosamente a ser mejor, a que crezca como ser humano en todos los aspectos.
Cuando los jóvenes sueñan con encontrar al
príncipe azul o a la super-mujer para ser felices siempre, tendrán que
plantearse con toda seriedad si no están esquizofrénicos, porque un mundo así
solo se da en las letras o en las telenovelas, donde navegamos a
merced de la imaginación del autor, pero no en el mundo, donde el Creador
ha dispuesto para los hombres la felicidad y el sufrimiento, los
logros y los fracasos, la aceptación y el rechazo, y la lucha constante
y permanente, desde que nacemos hasta que dejamos de respirar.
Hace poco llego a mis manos una información de
Cimac, en la que Martha Celia Herrera, psicoterapeuta del Centro de
Interdisciplina Conductuales, asegura que las mujeres aun hoy conservan la
expectativa de encontrar a un hombre maduro, productivo, estable, rico,
inteligente, paternal, que cambie pañales, que las acompañe al
pediatra, que sepa preparar papillas que sea una excelente pareja, tierno,
que externe sus emociones, que no pida relaciones intimas cuando ella está
enojada, que sea empático.
Ellos, entre tanto, buscan a la mujer de sus sueños: productiva,
inteligente, excelente anfitriona, que desee uno o dos hijos cuando el lo
decida, que no pida dinero, que sea autosuficiente, independiente y
autónoma, que colabore en la economía familiar y que cuide a los niños,
que lave, planche, cocine y tenga bien arreglada la casa, además de que
se dé tiempo para cuidar su apariencia, que siempre esté super delgada,
que sea vea sexy,etc, etc.
La doctora Herrera dice que con la revolución sexual y e feminismo
se rompió el equilibrio tradicional entre el papel que correspondía a los
hombres y el que estaba destinado a las mujeres. Los vrones se asustan
frente a las mujeres que compiten con ellos en su espacio laboral y que a
menudo están mas calificadas que ellos, y esa amenaza a veces se extiende
al campo sentimental. Influye también que se dividieron los roles, pero
nunca quedaron delineados. Ahora la mujer tiene mas actividades que
antes, porque debe estudiar, trabajar y atender a su familia, hecho que
resulta desconcertante para todos.
Las expectativas femeninas y las masculinas son irreales y poco
objetivas. Muchos ni siquiera son capaces de expresar lo que esperan del
otro. Yo no soy psicoterapeuta, pero se que en la vida nada es mágico ni
gratuito. Los hombres y las mujeres hemos sido siempre los mismos, aunque
las circunstancias han cambiado y, en este renglón, no tan positivamente
como seria deseable. Hoy queremos que todo sea fácil y desechable, pero
eso no es posible en las personas. Nadie esta ya hecho; la vida entera no
nos alcanza a veces para irnos moldeando según nuestras metas y
proyectos.
De la misma manera dos seres inacabados, que tendrían que estar
conscientes de que van a esculpirse juntos durante toda la vida. Anhelar
un príncipe azul o una súper mujer junto a nosotros NO es un PECADO, pero
si puede llegar a convertirse en un obstáculo para ser felices al lado de
un ser humano de carne y hueso, con potencialidades y miserias que, como
nosotros, necesita comprensión y verdadero amor para perfeccionarse poco
a poco. Si hoy tantas relaciones se rompen después de un tiempo de
tratarse en su noviazgo, es precisamente porque no estamos dispuestos a
trabajar para forjar una relación sana, sincera, basada en el verdadero
amor, que no es solo romanticismo, sino prueba constante de fidelidad,
comunicación, respeto y de humanidad.
Curiosamente, la doctora Herrera concluye que, mientras estudian
licenciaturas, maestrías y doctorados, hombres y mujeres no se dan tiempo
para "habilitarse en pareja", para hablar de si mismos. Todo eso se queda
guardado y, cuando cumplen 30 años o más deciden tener un compañero,
suponen que, como por arte de magia,contarán con habilidades que no
desarrollaron, porque nunca se dieron tiempo para hacerlo. Para relacionarse con otra persona hay que estar dispuesto a negociar, a manejar enojos, a discutir -no pelear- porque aunque existan puntos de vista diferentes, es posible conseguir objetivos
que satisfagan a los dos, dice la doctora. Pero eso cuesta. Quizás el
problema radica en que nadie desea comprometerse a entablar la lucha por
lograrlo. Demasiado egoísmo. Diría yo. Cada día son mas las mujeres
y hombres, profesionistas, independientes, inteligentes y de éxito,
que ven pasar los años sin encontrar pareja. Personas, de todas las
clases sociales se encuentran frente al mismo problema.
Son Solteros y Solteras, se han quedado atrapados(as)
en un espacio dentro de la sociedad actual, muy limitado en cuanto a
diversiones y actividades, y se les dificulta mucho encontrar
personas en su misma situación, ya no se diga para casarse, sino simplemente
para acompañarse y entablar una buena amistad. Ya no existe la palabra
"solteron(a)" y su imagen ha cambiado 180 grados, ya no es el hombre o
la mujer gris, amargada, vestido como fraile o monja (según sea el
caso); ahora son seres impecables, atractivos(as), de muy buen carácter. Que
van supliendo la juventud con personalidad y desarrollo intelectual.
Que hay demasiadas mujeres y pocos hombres es
una idea que se escucha todos los días, y que ha llegado a penetrar
profundo en la conciencia de las mujeres de todos los estratos sociales.
Este punto se dá como un hecho, apoyado en estadísticas generalmente
falsas o bastante caprichosas. A un numero determinado de mujeres les
corresponde un numero equivalente de hombres, a diferencia de la idea común de
que por cada hombre hay cinco o seis mujeres.
Pero la soledad no es exclusiva de aquellas personas que son
solteras. Hay mujeres que aun estando rodeadas de mucha
gente llegan a sentirse muy solas, y a sufrir de carencias afectivas.
También entre mujeres y hombres casadas(os), que comparten su vida con
su pareja, es frecuente encontrar "solas acompañadas". Para poder amar
verdaderamente hay que renunciar a creer que ese sentimiento es el fin de
la soledad, y estar dispuestos a aceptar dos soledades, la del otro y la
propia.
Y es que amor es confesar: Si, yo te amo como tu eres... aunque no respondas a mis sueños y a mis esperanzas, tu realidad me dá mucho mas regocijo que mis sueños..."
A MIS AMIGOS :
A mis amigos que son....SOLTEROS: El amor es como
una mariposa. Mientras más lo persigues más te evade. Pero si lo dejas
volar, regresará a ti cuando menos lo esperes. El amor puede hacerte
feliz, pero muchas veces duele, pero el amor sólo es especial cuando se
lo entregas a alguien que realmente se lo merece. Así que tómate tu
tiempo y elige lo mejor.
A mis amigos que son......NO TAN SOLTEROS.- El
amor no es convertirse en la "persona perfecta" para alguien. Es
encontrar a alguien que te ayude a ser la mejor persona que puedas ser.
A mis amigos que...... SÓLO QUIEREN VIVIR UN MOMENTO
O USAR A LAS PERSONAS, PARA SENTIRSE MEJOR: Nunca digas "Te Quiero", si
no te importa. Nunca hables de sentimientos si en verdad no los sientes.
Nunca toques una vida si pretendes, romper un corazón. Nunca mires a
los ojos cuando todo lo que haces es mentir. Lo más cruel que un hombre le
puede hacer a una mujer es dejarla que se enamore cuando él no tiene la
intención de corresponderle y esto es para ambas partes....
A mis amigos que son....CASADOS: El amor no es "tu
culpa", el amor dá libertad de acción y de pensar, la monotonía se
desintegra con pasión, imaginación, comunicación y mucho respeto, el amor no
es: gracias por aguantarme, el amor no es mantener la relación por los
hijos, el amor es de pareja no de familia ni de hijos, el amor es respeto
mutuo, confianza, fidelidad, la verdadera medida de la compatibilidad no son
los años que han pasado juntos, pero sí que tan buenos son el uno para el
otro.
A mis amigos que....TIENEN EL CORAZÓN DESTROZADO:
Los corazones rotos duran tanto y como uno desea y cortan tan
profundamente como los dejas continuar. El desafío no es como sobrevivir a un
corazón roto, sino aprender de ellos.
A mis amigos que.......TIENEN MIEDO DE CONFESAR:
El amor duele cuando terminas con alguien. Duele mucho más cuando
alguien rompe contigo. Pero el amor duele más cuando la persona que has
amado no tiene idea de como te sientes.
A mis amigos que......TODAVÍA ESTÁN AGUANTANDO: Una
cosa triste de la vida es cuando conoces a alguien y te enamoras, sólo para
encontrar al final que nunca funcionó y que has perdido años de tu vida
en alguien que no valía la pena. Si el o ella no vale la pena ahora, el o
ella no valdrá la pena en un año o en 10 años. Déjalo ir.....
A TODOS ....... MIS AMIGOS: Mi deseo para ustedes
es un hombre o mujer cuyo amor sea honesto, fuerte, maduro, que
nunca cambie, enriquecedor, protector, animado, recompensante y nada
egoísta.
¡Se Feliz!
Desconozco el autor.
Este artículo fué publicado en msn.com el mes pasado:
La "era de las solteronas", cosa del pasado
* La mujer que opta por vivir sola no es una amargada ni una
libertaria
* Es un exitoso grupo minoritario en México pero con tendencia
a crecer, en especial en los países industrializados
México, 23 May (Notimex).- Con o sin pareja en su pasado
reciente, con o sin hijos ahora, las "solas" por elección
desde hace varios años han enterrado "la era de las
solteronas" al convertirse en un grupo minoritario, sin duda,
pero con alto poder adquisitivo.
"Las solas no son una pandilla, ni un clan, ni una generación
específica. Son una actitud. Son plurales y con mentes
abiertas", escribe María Antonieta Barragán en su libro
"Solterías: elección o circunstancia. Un nuevo estilo de vida
se impone en el Siglo XXI".
"Estamos ante un nuevo estilo de vida; una tendencia que
empieza a presentarse con mayor nitidez y velocidad en los
países desarrollados y, de forma incipiente, en otras
latitudes del mundo", como América Latina, continúa la también
investigadora en su texto.
El fenómeno, primordialmente urbano, que destacan las
investigaciones citadas por Barragán en su obra (Editorial
Norma) ilustra que, al parecer,"la mujer se atrevió a consumir
la "sopa" en solitario y no es tan insípida como se la habían
pintado".
En México, las "solas" son una minoría (en un país de 100
millones de habitantes, a fines del Siglo XX, 7.5 millones de
mujeres entre 20 y 59 años declararon no tener marido), pero
los expertos aseguran que la opción es parte de una tendencia
que crece en el mundo.
Y aunque México sea un país tradicionalista, ya no es un
secreto que para muchas mexicanas, vivir sola no quiere decir
sentirse sola, ser solitaria o aislarse. La definición incluye
una activa vida personal, un alto nivel profesional y muchos
viajes, narra Barragán.
No son amargadas, ni feministas, ni exhiben un comportamiento
libertario. Sólo buscan una pareja en un terreno igualitario y
un espacio independiente. Son pioneras de una nueva época en
la historia de la profesionista, aunque por ahora sean
ignoradas.
"Como son varios Méxicos los que existen, estas mujeres se
mueven en el ámbito intelectual y universitario", explica a
Notimex la autora, cuyo libro incluye, además de importantes
estudios estadunidenses y europeos, las experiencias directas
de 10 "solas" de entre 30 y 48 años.
Es cierto: en las estadísticas oficiales los hogares
encabezados por mujeres aparecen como "unipersonales" y
"monoparentales". Pero el estilo de vida de las "solas" se ha
filtrado, poco a poco, en el esquema tradicional de los
hogares y las familias. "La sociedad mexicana no las rechaza,
no las condena pero las omite," relata la también académica en
su texto que cita "¿Nuevas familias para un nuevo siglo?", una
novedosa investigación de la CEPAL, que analiza el tema y lo
ubica en la modernidad de la región.
Si en América Latina el fenómeno es de crecimiento lento, la
tendencia en los países desarrollados parece imparable e
indica que las mujeres están apostando por el control de su
vida y a una autonomía económica sin por ello rechazar la
compañía masculina.
La falta de tiempo e incomunicación de las grandes urbes, la
preocupación de la mujer por estabilizarse en el mundo
laboral, el aumento en las separaciones y divorcios son
algunas de las razones que explican el aumento en el número de
"solas", según los expertos.
En Madrid, la capital española, suponen ser el 50 por ciento
de la población, mientras que en Berlín, considerada su meca
en Europa, son ya el 25 por ciento, un grupo codiciado por la
industria, que ve en ellas un auténtico filón de potenciales
consumidores. En efecto, el mercado de Estados Unidos y
Europa ha registrado el fenómeno. Las ofertas para "singles"
se multiplican. La gran diferencia entre unos y otros se mide
en términos económicos: menos cargas familiares, más dinero
para gastar.
Según datos del departamento de estudios del salón "Single-Ind
Life", los "singles" en España son hombres y mujeres, de entre
30 y 45 años, que disponen de ingresos mensuales 40 por ciento
superiores a los de la media de personas casadas en su franja
de edad.
Ante las quejas de estos consumidores, quienes se lamentaron
de que los productos de consumo diario favorecen a familias
numerosas, Carrefour y El Corte Inglés empezaron a ofertar
artículos en formatos pequeños, como bandejas con dos filetes
y batidos en "monodosis".
Las cadenas en México, en cambio, aún están muy lejos de
reconocer estas demandas. "El mercado desconoce ese poder
adquisitivo pues no ha madurado lo suficiente como para
capitalizarlo", concluye la especialista.
Glup¡, tendré mas cuidado con la selección de los temas, a mi me pareció positivo, quizás habría que leer el libro completo, gracias por el comentario Carolus.
Aristócratas y adinerados señores habían llegado de todas
partes para ofrecer sus maravillosos regalos; joyas, tierras,
ejércitos y tronos conformaban los obsequios para conquistar a
tan especial criatura.
Entre los candidatos se encontraba un joven plebeyo, que no
tenía más riquezas que amor y perseverancia. Cuando le llegó
el momento de hablar, le dijo:
- "Princesa, te he amado toda mi vida. Como soy un hombre
pobre y no tengo tesoros para darte, te ofrezco mi sacrificio
como prueba de amor: estaré cien días sentado bajo tu
ventana, sin más alimentos que la lluvia y sin más ropas que
las que llevo puestas. Ése es mi dote".
La princesa, conmovida por semejante gesto de amor, decidió
aceptar y le dijo al joven plebeyo:
- "Tendrás tu oportunidad: si pasas la prueba, me
desposarás".
Así pasaron las horas y los días. El pretendiente estuvo
sentado, soportando los vientos, la nieve y las noches
heladas. Sin pestañear, con la vista fija en el balcón de su
amada, el valiente vasallo siguió firme en su empeño, sin
desfallecer un momento. De vez en cuando la cortina de la
ventana real dejaba traslucir la esbelta figura de la
princesa, la cual con un noble gesto y una sonrisa, aprobaba
la faena. Todo iba a las mil maravillas. Incluso algunos
optimistas habían comenzado a planear los festejos.
Al llegar el día noventa y nueve, los pobladores de la zona
habían salido a animar al próximo monarca. Todo era alegría y
jolgorio, hasta que de pronto, cuando faltaba una hora para
cumplirse el plazo, ante la mirada atónita de los asistentes y
la perplejidad de la infanta, el joven se levantó y sin dar
explicación alguna, se alejó lentamente del lugar.
Unas semanas después, mientras deambulaba por un solitario
camino, un niño de la comarca alcanzó al joven plebeyo y le
preguntó:
- "Qué fue lo te que ocurrió?, estabas a un paso de lograr
la meta. ¿Por qué perdiste esa oportunidad?. ¿Por qué te
retiraste?".
Con profunda consternación y algunas lágrimas mal disimuladas,
el joven plebeyo contestó en voz baja:
- "No me ahorró ni un día de sufrimiento, ni siquiera una
hora. No merecía mi amor".
Autor Desconocido
¿AMAR O DEPENDER?
El merecimiento no siempre es egolatría, sino dignidad.
Cuando damos lo mejor de nosotros mismos a otra persona,
cuando decidimos compartir la vida, cuando abrimos nuestro
corazón de par en par y desnudamos el alma hasta el último
rincón, cuando perdemos la vergüenza, cuando los secretos
dejan de serlo, al menos merecemos comprensión.
Que se menosprecie, ignore o desconozca fríamente el amor que
regalamos a manos llenas es desconsideración o, en el mejor de
los casos, ligereza. Cuando amamos a alguien que además de no
correspondernos desprecia nuestro amor y nos hiere, estamos en
el lugar equivocado. Esa persona no se hace merecedora del
afecto que le prodigamos.
La situación es clara: si no me siento bien recibido en algún
lugar, empaco y me voy. Nadie se quedaría tratando de agradar
y disculpándose por no ser como a la otra persona le gustaría
que fuera. No hay vuelta de hoja. En cualquier relación de
pareja que tengas, no te merece quien no te ame, y menos aún,
quien te lastime. Y si alguien te hiere reiteradamente sin
"mala intención", puede que te merezca pero no te conviene.
LA PERSONALIDAD DESTRUCTIVA Y EL AMOR
Aunque parezca irracional, hay personas que están
predispuestas a tener relaciones destructivas.
Consistentemente, una y otra vez, se involucran en relaciones
dañinas de donde salen mal libradas. Algunos dicen que es
masoquismo, otros que se debe a una baja autoestima, y hay
quienes sostienen que el objetivo de la personalidad
autodestructiva es demostrar que: realmente no son "queridos".
Las personas que se autocastigan en el amor, muestran una
evidente contradicción: de un lado quieren dejar de sufrir,
pero al mismo tiempo reinciden en relaciones tormentosas
similares a las anteriores. La razón les dice que no, pero el
corazón les dice que sí.
La personalidad autodestructiva, se caracteriza afectivamente
por: mantener relaciones interpersonales de subordinación (el
otro es más importante que yo), poca valoración de los logros
personales (lo que yo hago no es tan importante), baja
autoestima, tendencia a emparejarse con personas explotadoras,
asumen el papel de víctimas, suelen ser poco asertivas y
apenas experimentan placer por sus vidas. Tienen tendencia a
sabotear su propia vida interior.
Detrás de esta manera de ser, las personas esconden una gran
dependencia emocional y un afán de hallar a alguien mejor, que
pueda aportarles lo que ellas no tienen. Por eso idealizan a
las parejas, y se fascinan con personas muy seguras de sí
mismas. Crean veneración por personas autosuficientes. La
admiración se transforma en culto, el amor en pleitesía, y el
intercambio afectivo (que debería ser recíproco) se vuelve
desigual, desequilibrado, inclinado en su contra. La
glorificación de la pareja los transporta al más allá, negando
el más acá.
Lo curioso es que la gran mayoría de estas personas, terminan
con personas manipuladoras o explotadoras, donde el débil
refuerza al más fuerte, y éste se crece más y más, hasta
aplastar al subyugado. ¿"Por qué siempre mis parejas terminan
aprovechándose de mí"?, ¿"Por qué soy tan de malas"?. Quizás
no sea el azar, quizás buscamos el complementario y se nos va
la mano. Querer una pareja dominante para compensar la propia
debilidad, es sin lugar a dudas peligroso. Vivir a la sombra
del compañero afectivo puede llevar a la pérdida de la
identidad personal. Además, es imposible asumir una posición
de subordinación, sin lastimar el ego y caer en la degradación
del yo.
La personalidad autodestructiva es ajena a la felicidad. Las
personas que la poseen, se conforman con el dolor hasta
considerarlo normal, y creen que el sufrimiento es el costo
ineludible que deben pagar para sentirse amadas. La única
manera de superar la mala costumbre de autocastigarse en el
amor, es aceptarse como uno es, con lo bueno y lo malo, sin
quejas, ni oscuras compensaciones. Las buenas relaciones
afectivas son aquellas donde buscamos personas similares a
nosotros, sin idealizarlas. Personas de igual a igual con
afectos recíprocos, dejando de lado la absurda idea de tener
que sentirme mal, para sentirme bien.
Tomado del libro: ¿Amar o Depender?
Autor: Walter Riso. Psicólogo
Nacido en Italia, criado en Argentina y residenciado desde
hace 20 años en Medellín-Colombia
LA SOLTERIA
"Más de cuatro años de su vida gastaron Laura y
Eduardo en un noviazgo; estudiaron juntos. Fué como sí hubieran agotado
los temas de conversación que tenían en la universidad, para entrar en
una competencia profesional que, lejos de dar trascendencia a su
relación, marcaba territorios incompatibles.
Finalmente, Eduardo confesó que cuando se dió
cuenta de que su noviazgo le reclamaba mas formalidad, tuvo miedo de
continuar, porque necesitaba tiempo para saber si Laura era la mujer con
quien realmente deseaba pasar el resto de su vida".
Su caso es el de cada vez mas parejas "modernas"
que huyen de la responsabilidad como del demonio incluso cuando ya tienen
todo preparado para la boda. Quizás no supieron nunca que el
verdadero amor no se traduce en "sentir bonito" cuando se esta frente a la
pareja y que tampoco significa: "estar de acuerdo en todo lo que se
hace", porque cuando realmente se ama a alguien se adquiere el
COMPROMISO MORAL de ayudarlo respetuosamente a ser mejor, a que crezca como ser humano en todos los aspectos.
Cuando los jóvenes sueñan con encontrar al
príncipe azul o a la super-mujer para ser felices siempre, tendrán que
plantearse con toda seriedad si no están esquizofrénicos, porque un mundo así
solo se da en las letras o en las telenovelas, donde navegamos a
merced de la imaginación del autor, pero no en el mundo, donde el Creador
ha dispuesto para los hombres la felicidad y el sufrimiento, los
logros y los fracasos, la aceptación y el rechazo, y la lucha constante
y permanente, desde que nacemos hasta que dejamos de respirar.
Hace poco llego a mis manos una información de
Cimac, en la que Martha Celia Herrera, psicoterapeuta del Centro de
Interdisciplina Conductuales, asegura que las mujeres aun hoy conservan la
expectativa de encontrar a un hombre maduro, productivo, estable, rico,
inteligente, paternal, que cambie pañales, que las acompañe al
pediatra, que sepa preparar papillas que sea una excelente pareja, tierno,
que externe sus emociones, que no pida relaciones intimas cuando ella está
enojada, que sea empático.
Ellos, entre tanto, buscan a la mujer de sus sueños: productiva,
inteligente, excelente anfitriona, que desee uno o dos hijos cuando el lo
decida, que no pida dinero, que sea autosuficiente, independiente y
autónoma, que colabore en la economía familiar y que cuide a los niños,
que lave, planche, cocine y tenga bien arreglada la casa, además de que
se dé tiempo para cuidar su apariencia, que siempre esté super delgada,
que sea vea sexy,etc, etc.
La doctora Herrera dice que con la revolución sexual y e feminismo
se rompió el equilibrio tradicional entre el papel que correspondía a los
hombres y el que estaba destinado a las mujeres. Los vrones se asustan
frente a las mujeres que compiten con ellos en su espacio laboral y que a
menudo están mas calificadas que ellos, y esa amenaza a veces se extiende
al campo sentimental. Influye también que se dividieron los roles, pero
nunca quedaron delineados. Ahora la mujer tiene mas actividades que
antes, porque debe estudiar, trabajar y atender a su familia, hecho que
resulta desconcertante para todos.
Las expectativas femeninas y las masculinas son irreales y poco
objetivas. Muchos ni siquiera son capaces de expresar lo que esperan del
otro. Yo no soy psicoterapeuta, pero se que en la vida nada es mágico ni
gratuito. Los hombres y las mujeres hemos sido siempre los mismos, aunque
las circunstancias han cambiado y, en este renglón, no tan positivamente
como seria deseable. Hoy queremos que todo sea fácil y desechable, pero
eso no es posible en las personas. Nadie esta ya hecho; la vida entera no
nos alcanza a veces para irnos moldeando según nuestras metas y
proyectos.
De la misma manera dos seres inacabados, que tendrían que estar
conscientes de que van a esculpirse juntos durante toda la vida. Anhelar
un príncipe azul o una súper mujer junto a nosotros NO es un PECADO, pero
si puede llegar a convertirse en un obstáculo para ser felices al lado de
un ser humano de carne y hueso, con potencialidades y miserias que, como
nosotros, necesita comprensión y verdadero amor para perfeccionarse poco
a poco. Si hoy tantas relaciones se rompen después de un tiempo de
tratarse en su noviazgo, es precisamente porque no estamos dispuestos a
trabajar para forjar una relación sana, sincera, basada en el verdadero
amor, que no es solo romanticismo, sino prueba constante de fidelidad,
comunicación, respeto y de humanidad.
Curiosamente, la doctora Herrera concluye que, mientras estudian
licenciaturas, maestrías y doctorados, hombres y mujeres no se dan tiempo
para "habilitarse en pareja", para hablar de si mismos. Todo eso se queda
guardado y, cuando cumplen 30 años o más deciden tener un compañero,
suponen que, como por arte de magia,contarán con habilidades que no
desarrollaron, porque nunca se dieron tiempo para hacerlo. Para relacionarse con otra persona hay que estar dispuesto a negociar, a manejar enojos, a discutir -no pelear- porque aunque existan puntos de vista diferentes, es posible conseguir objetivos
que satisfagan a los dos, dice la doctora. Pero eso cuesta. Quizás el
problema radica en que nadie desea comprometerse a entablar la lucha por
lograrlo. Demasiado egoísmo. Diría yo. Cada día son mas las mujeres
y hombres, profesionistas, independientes, inteligentes y de éxito,
que ven pasar los años sin encontrar pareja. Personas, de todas las
clases sociales se encuentran frente al mismo problema.
Son Solteros y Solteras, se han quedado atrapados(as)
en un espacio dentro de la sociedad actual, muy limitado en cuanto a
diversiones y actividades, y se les dificulta mucho encontrar
personas en su misma situación, ya no se diga para casarse, sino simplemente
para acompañarse y entablar una buena amistad. Ya no existe la palabra
"solteron(a)" y su imagen ha cambiado 180 grados, ya no es el hombre o
la mujer gris, amargada, vestido como fraile o monja (según sea el
caso); ahora son seres impecables, atractivos(as), de muy buen carácter. Que
van supliendo la juventud con personalidad y desarrollo intelectual.
Que hay demasiadas mujeres y pocos hombres es
una idea que se escucha todos los días, y que ha llegado a penetrar
profundo en la conciencia de las mujeres de todos los estratos sociales.
Este punto se dá como un hecho, apoyado en estadísticas generalmente
falsas o bastante caprichosas. A un numero determinado de mujeres les
corresponde un numero equivalente de hombres, a diferencia de la idea común de
que por cada hombre hay cinco o seis mujeres.
Pero la soledad no es exclusiva de aquellas personas que son
solteras. Hay mujeres que aun estando rodeadas de mucha
gente llegan a sentirse muy solas, y a sufrir de carencias afectivas.
También entre mujeres y hombres casadas(os), que comparten su vida con
su pareja, es frecuente encontrar "solas acompañadas". Para poder amar
verdaderamente hay que renunciar a creer que ese sentimiento es el fin de
la soledad, y estar dispuestos a aceptar dos soledades, la del otro y la
propia.
Y es que amor es confesar: Si, yo te amo como tu eres... aunque no respondas a mis sueños y a mis esperanzas, tu realidad me dá mucho mas regocijo que mis sueños..."
A MIS AMIGOS :
A mis amigos que son....SOLTEROS: El amor es como
una mariposa. Mientras más lo persigues más te evade. Pero si lo dejas
volar, regresará a ti cuando menos lo esperes. El amor puede hacerte
feliz, pero muchas veces duele, pero el amor sólo es especial cuando se
lo entregas a alguien que realmente se lo merece. Así que tómate tu
tiempo y elige lo mejor.
A mis amigos que son......NO TAN SOLTEROS.- El
amor no es convertirse en la "persona perfecta" para alguien. Es
encontrar a alguien que te ayude a ser la mejor persona que puedas ser.
A mis amigos que...... SÓLO QUIEREN VIVIR UN MOMENTO
O USAR A LAS PERSONAS, PARA SENTIRSE MEJOR: Nunca digas "Te Quiero", si
no te importa. Nunca hables de sentimientos si en verdad no los sientes.
Nunca toques una vida si pretendes, romper un corazón. Nunca mires a
los ojos cuando todo lo que haces es mentir. Lo más cruel que un hombre le
puede hacer a una mujer es dejarla que se enamore cuando él no tiene la
intención de corresponderle y esto es para ambas partes....
A mis amigos que son....CASADOS: El amor no es "tu
culpa", el amor dá libertad de acción y de pensar, la monotonía se
desintegra con pasión, imaginación, comunicación y mucho respeto, el amor no
es: gracias por aguantarme, el amor no es mantener la relación por los
hijos, el amor es de pareja no de familia ni de hijos, el amor es respeto
mutuo, confianza, fidelidad, la verdadera medida de la compatibilidad no son
los años que han pasado juntos, pero sí que tan buenos son el uno para el
otro.
A mis amigos que....TIENEN EL CORAZÓN DESTROZADO:
Los corazones rotos duran tanto y como uno desea y cortan tan
profundamente como los dejas continuar. El desafío no es como sobrevivir a un
corazón roto, sino aprender de ellos.
A mis amigos que.......TIENEN MIEDO DE CONFESAR:
El amor duele cuando terminas con alguien. Duele mucho más cuando
alguien rompe contigo. Pero el amor duele más cuando la persona que has
amado no tiene idea de como te sientes.
A mis amigos que......TODAVÍA ESTÁN AGUANTANDO: Una
cosa triste de la vida es cuando conoces a alguien y te enamoras, sólo para
encontrar al final que nunca funcionó y que has perdido años de tu vida
en alguien que no valía la pena. Si el o ella no vale la pena ahora, el o
ella no valdrá la pena en un año o en 10 años. Déjalo ir.....
A TODOS ....... MIS AMIGOS: Mi deseo para ustedes
es un hombre o mujer cuyo amor sea honesto, fuerte, maduro, que
nunca cambie, enriquecedor, protector, animado, recompensante y nada
egoísta.
¡Se Feliz!
Desconozco el autor.
Este artículo fué publicado en msn.com el mes pasado:
La "era de las solteronas", cosa del pasado
* La mujer que opta por vivir sola no es una amargada ni una
libertaria
* Es un exitoso grupo minoritario en México pero con tendencia
a crecer, en especial en los países industrializados
México, 23 May (Notimex).- Con o sin pareja en su pasado
reciente, con o sin hijos ahora, las "solas" por elección
desde hace varios años han enterrado "la era de las
solteronas" al convertirse en un grupo minoritario, sin duda,
pero con alto poder adquisitivo.
"Las solas no son una pandilla, ni un clan, ni una generación
específica. Son una actitud. Son plurales y con mentes
abiertas", escribe María Antonieta Barragán en su libro
"Solterías: elección o circunstancia. Un nuevo estilo de vida
se impone en el Siglo XXI".
"Estamos ante un nuevo estilo de vida; una tendencia que
empieza a presentarse con mayor nitidez y velocidad en los
países desarrollados y, de forma incipiente, en otras
latitudes del mundo", como América Latina, continúa la también
investigadora en su texto.
El fenómeno, primordialmente urbano, que destacan las
investigaciones citadas por Barragán en su obra (Editorial
Norma) ilustra que, al parecer,"la mujer se atrevió a consumir
la "sopa" en solitario y no es tan insípida como se la habían
pintado".
En México, las "solas" son una minoría (en un país de 100
millones de habitantes, a fines del Siglo XX, 7.5 millones de
mujeres entre 20 y 59 años declararon no tener marido), pero
los expertos aseguran que la opción es parte de una tendencia
que crece en el mundo.
Y aunque México sea un país tradicionalista, ya no es un
secreto que para muchas mexicanas, vivir sola no quiere decir
sentirse sola, ser solitaria o aislarse. La definición incluye
una activa vida personal, un alto nivel profesional y muchos
viajes, narra Barragán.
No son amargadas, ni feministas, ni exhiben un comportamiento
libertario. Sólo buscan una pareja en un terreno igualitario y
un espacio independiente. Son pioneras de una nueva época en
la historia de la profesionista, aunque por ahora sean
ignoradas.
"Como son varios Méxicos los que existen, estas mujeres se
mueven en el ámbito intelectual y universitario", explica a
Notimex la autora, cuyo libro incluye, además de importantes
estudios estadunidenses y europeos, las experiencias directas
de 10 "solas" de entre 30 y 48 años.
Es cierto: en las estadísticas oficiales los hogares
encabezados por mujeres aparecen como "unipersonales" y
"monoparentales". Pero el estilo de vida de las "solas" se ha
filtrado, poco a poco, en el esquema tradicional de los
hogares y las familias. "La sociedad mexicana no las rechaza,
no las condena pero las omite," relata la también académica en
su texto que cita "¿Nuevas familias para un nuevo siglo?", una
novedosa investigación de la CEPAL, que analiza el tema y lo
ubica en la modernidad de la región.
Si en América Latina el fenómeno es de crecimiento lento, la
tendencia en los países desarrollados parece imparable e
indica que las mujeres están apostando por el control de su
vida y a una autonomía económica sin por ello rechazar la
compañía masculina.
La falta de tiempo e incomunicación de las grandes urbes, la
preocupación de la mujer por estabilizarse en el mundo
laboral, el aumento en las separaciones y divorcios son
algunas de las razones que explican el aumento en el número de
"solas", según los expertos.
En Madrid, la capital española, suponen ser el 50 por ciento
de la población, mientras que en Berlín, considerada su meca
en Europa, son ya el 25 por ciento, un grupo codiciado por la
industria, que ve en ellas un auténtico filón de potenciales
consumidores. En efecto, el mercado de Estados Unidos y
Europa ha registrado el fenómeno. Las ofertas para "singles"
se multiplican. La gran diferencia entre unos y otros se mide
en términos económicos: menos cargas familiares, más dinero
para gastar.
Según datos del departamento de estudios del salón "Single-Ind
Life", los "singles" en España son hombres y mujeres, de entre
30 y 45 años, que disponen de ingresos mensuales 40 por ciento
superiores a los de la media de personas casadas en su franja
de edad.
Ante las quejas de estos consumidores, quienes se lamentaron
de que los productos de consumo diario favorecen a familias
numerosas, Carrefour y El Corte Inglés empezaron a ofertar
artículos en formatos pequeños, como bandejas con dos filetes
y batidos en "monodosis".
Las cadenas en México, en cambio, aún están muy lejos de
reconocer estas demandas. "El mercado desconoce ese poder
adquisitivo pues no ha madurado lo suficiente como para
capitalizarlo", concluye la especialista.
PENSAMIENTOS DE PAULO COELHO
"El gran objetivo del ser humano es comprender el amor total. El amor no está en el otro, está dentro de nosotros mismos: nosotros lo despertamos. Pero para que despierte necesitamos del otro. El universo sólo tiene sentido cuando tenemos con quien compartir nuestras emociones" "No se le puede decir a la primavera: "Ojalá que llegue pronto y que dure bastante"... Sólo se le puede decir: "Ven, bendíceme con tu esperanza y quédate todo lo que quieras"... "Puedo escoger entre ser una víctima del mundo o un aventurero en busca de su tesoro. Todo es cuestión de cómo ver la vida" "...Nadie pierde a nadie porque nadie posee a nadie. Esa es la verdadera experiencia de la libertad: Tener lo más importante del mundo sin poseerlo..." "Si busco el amor verdadero antes tengo que cansarme de los amores mediocres que encuentre..." "Aquel que ama no depende del acto sexual para sentirse bien. Dos personas que están juntas y que se quieren, tienen que sincronizar sus manecillas con paciencia y con perseverancia, con juegos y representaciones "teatrales", hasta entender que hacer el amor es mucho más que un encuentro: Es un "abrazo" de las partes genitales. Todo tiene importancia. Una persona que vive intensamente su vida goza todo el tiempo y no echa de menos el sexo. Cuando practica el sexo es por abundancia, porque el vaso de vino está tan lleno que desborda naturalmente, porque es absolutamente inevitable, porque acepta la llamada de la vida, porque en ese momento, sólo en ese momento, consigue perder el control"
"El gran objetivo del ser humano es comprender el amor total. El amor no está en el otro, está dentro de nosotros mismos: nosotros lo despertamos. Pero para que despierte necesitamos del otro. El universo sólo tiene sentido cuando tenemos con quien compartir nuestras emociones" "No se le puede decir a la primavera: "Ojalá que llegue pronto y que dure bastante"... Sólo se le puede decir: "Ven, bendíceme con tu esperanza y quédate todo lo que quieras"... "Puedo escoger entre ser una víctima del mundo o un aventurero en busca de su tesoro. Todo es cuestión de cómo ver la vida" "...Nadie pierde a nadie porque nadie posee a nadie. Esa es la verdadera experiencia de la libertad: Tener lo más importante del mundo sin poseerlo..." "Si busco el amor verdadero antes tengo que cansarme de los amores mediocres que encuentre..." "Aquel que ama no depende del acto sexual para sentirse bien. Dos personas que están juntas y que se quieren, tienen que sincronizar sus manecillas con paciencia y con perseverancia, con juegos y representaciones "teatrales", hasta entender que hacer el amor es mucho más que un encuentro: Es un "abrazo" de las partes genitales. Todo tiene importancia. Una persona que vive intensamente su vida goza todo el tiempo y no echa de menos el sexo. Cuando practica el sexo es por abundancia, porque el vaso de vino está tan lleno que desborda naturalmente, porque es absolutamente inevitable, porque acepta la llamada de la vida, porque en ese momento, sólo en ese momento, consigue perder el control"
De "Once minutos" de Paulo Coelho.
"El amor es el único medio de alcanzar el mundo espiritual y que nos transfigura, porque cuando amamos queremos ser mejores de lo que somos." "Cuando alguien encuentra su camino no puede tener miedo. Tiene que tener el coraje suficiente para dar pasos errados. Sus decepciones, las derrotas, el desánimo, son herramientas que el Universo utiliza para mostrar el camino...
FRASE DEL DIA
FRASE DEL DIA
La inteligencia no radica en cuanto sabes, si no en lo bien que sabes aplicar lo poco que sabes. I n o
Comentarios personales:Glup¡, tendré mas cuidado con la selección de los temas, a mi me pareció positivo, quizás habría que leer el libro completo, gracias por el comentario Carolus.
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