domingo, 14 de octubre de 2007

Primer caníbal en la Historia Policíaca en México

Zepeda, el poeta caníbal

La poesía y el hambre suelen ir juntas, pero nada indica que el cultivo de la lírica desemboque en el canibalismo. José Luis Calva Zepeda se trabajaba la métrica y la rima para seducir a mujeres que luego asesinaba. La policía mexicana le adjudica tres muertes y sospecha de él en otras cinco. Cuando fue detenido en su piso de la capital, salteaba en la sartén -aderezada con ajo y especias- una pierna de Alejandra, la que había sido su novia. En el refrigerador, el otro muslo y parte de un brazo; en una caja de cereales, los huesos; el resto del cuerpo, en un armario.
Los ripios encontrados en el domicilio muestran que el psicópata había creado, verso a verso y golpe a golpe, una historia de terror de la que acabaría siendo protagonista. Los opúsculos de José Zepeda (así firmaba), egocéntricos y narcisistas, relatan sus tormentosas experiencias con mujeres que supuestamente lo abandonaron. A Alejandra la enamoró con sus escritos y con el envío de una rosa diaria, «hasta dejar de amarla». Soledad, madre de la infeliz, nunca terminó de confiar en aquel sujeto: «Aléjate de ese hombre, no me gusta y me da mala espina», le advirtió sin éxito.
Junto a un joven desconocido, al que ahora se busca, el autoproclamado poeta, pintor y periodista frecuentaba los fines de semana los recoletos barrios de Condesa y Coyoacán, donde vendía los poemas y cuentos románticos -amor y terror- que él mismo editaba. Y hace unos meses se le vio ensayando una obra de teatro donde encarnaba a la Parca, guadaña en la mano.
Psiquiatras y criminólogos se apresuran en escudriñar la mente del psicópata (infancia difícil, homosexualidad encubierta..., lo típico), admirador confeso de Anthony Hopkins por su Hannibal Lecter en «El silencio de los corderos». Con la máscara de cuero que inmortalizara al monstruo creado por Thomas Harris, se retrató Zepeda para ilustrar la portada de una de sus premonitorias obritas. Se titulaba «Instintos caníbales».
Policías y fiscales lo consideran un asesino en serie, que logró evadir a la justicia cambiando de residencia. Se le atribuyen las muertes de Alejandra, Verónica (otra supuesta novia) y una prostituta. Los investigadores elaboran patrones de las protagonistas de sus relatos, para compararlos con otras cinco mujeres que presuntamente también fueron víctimas de Zepeda desde 2004. En su prontuario criminal hay antecedentes por robo con violencia y abuso sexual.
En el prólogo de «Instintos caníbales», escribía: «Dedico estas palabras a la creación más grande del universo, que soy yo».
POR MANUEL M. CASCANTE
REUTERS

La generación Next
Publicado en Diario de Yucatán. 14-10-2007.
Gaby Vargas

¡Cómo disfruté su libro! Un día, mi querido amigo Andrés Roemer se encontró con la palabra “no”.Era un “no” pronunciado por la mujer que amaba, por la que estaba perdidamente enamorado y por la que se creía correspondido. Bueno, pues un buen día la “súper mujer” simplemente le dijo “next”. Así como ese espectacular al que hace referencia Andrés y que lo deja perplejo: “El mejor hombre es el siguiente… Soy totalmente Palacio”.“No sólo vivimos en una época en la cual 'el mejor hombre es el que sigue', sino que el mejor amigo, la mejor relación, el mejor trabajo, la mejor ternura, el mejor juguete, el mejor teléfono, el mejor momento, la mejor vida… todo lo bueno es lo que sigue: next”.Verdaderamente dolido —por lo que capto en sus palabras—, decidió, a manera de catarsis, explorar y compartir con nosotros toda una investigación simpática y profunda sobre cuál es su visión acerca de cómo vivimos hoy. Con mezcla de asombro, pena ajena y propia, veo reflejada la manera de pensar y vivir de un sector de nuestra sociedad en el que imperan el consumo y el qué dirán, en el que se utiliza el “shopping” como terapia, se padecen dietas y gula, se nos ofrece todo y nada simultáneamente, y, como dice Andrés, hemos aprendido a posponer y a celebrar lo que sigue como respuesta a la frustración y la confrontación. La pregunta clave que encuentro en el libro es la que enfrenta nuestra generación: ¿Por qué si hoy tenemos más que nunca somos menos felices y plenos? Los ciudadanos de hoy tenemos cada vez más de todo, excepto felicidad. Andrés nos invita a imaginarnos que una bisabuela nos visita del más allá. ¿Con qué se encuentra? ¿Cómo nos ve? Su reporte, al regresar, diría: “La generación Next tiene tanto de lo que las generaciones previas carecieron, son más saludables, disfrutan de incontables comodidades modernas y poseen una mejor formación profesional; empero, no tienen otros elementos básicos para la felicidad, como sostener relaciones estables, sentido de comunidad, un tránsito aceptable hacia la adultez, y amor comprometido hacia la pareja”. En el libro hay frases lapidarias: “El exceso nos ha hecho escasos en esencia”. Ouuch! “El estatus aumenta tu identidad, te ofrece ser alguien”. “El cambio más notable de esta generación constituye una desconexión entre sexo y envolvimiento emocional”.“Aburrirse es un pecado capital”. “La expresión romántica del amor hasta que la muerte nos separe está definitivamente pasada de moda, kitch, proscrita”.No. Un imperativo de la generación Next es el resultado de una experiencia de dolor y desamor. Nos describe la generación Next, que es intolerante a los “losers” (perdedores), a lo que no es “cool”, a los “nerds”, a los cursis, a los que se clavan en pensar, sentir y ser complejos. Reflexión Roemer nos proporciona datos duros que invitan a reflexionar: “La cantidad de niños que toma medicamentos para mejorar su estado de ánimo se ha triplicado entre 1987 y 1996. En la Universidad de Kansas, el número de estudiantes tratados por depresión se duplicó entre 1988 y 2001, y el número de suicidas se triplicó. En México, no tenemos registros estadísticos sobre esto, pero es claro que la confusión y el síntoma es igual de latente”.En fin. Cada página nos da algo en qué pensar y, a manera de comerciales de televisión, para no dejar de pertenecer y de apelar a la generación Next, Roemer nos salpica los trancazos con las maravillosas y legendarias ilustraciones de Charlie Brown de Schulz. Te lo recomiendo.