sábado, 1 de septiembre de 2007

Exito, Catarsis, En busca de la Excelencia

El Éxito
Reír mucho y a menudo; ganarse el respeto de las per­sonas inteligentes y el aprecio de los niños; merecer el elogio de los críticos sinceros y mostrarse tolerante con las traiciones de los falsos amigos; saber apreciar la belleza y hallar lo mejor en el prójimo; dejar un mundo algo mejor, bien sea por medio de un hijo sano, de un rincón de jardín o de una condición social redimida; saber que al menos una vida ha alentado más libremente gracias a la nuestra: eso es haber triunfado.
Ralph Waldo Emerson

Algunas definiciones:
Deja Vu: es sentir que reconoces un lugar en el que nunca has estado, relacionado con la reencarnación.
Catarsis: es tal despertar espiritual a los poderes del universo, estado de relajación, confianza.
Un paradigma no es más que un modo de ver una cir­cunstancia o la vida en general. Algunas personas ven el vaso de la vida medio vacío. Los optimistas lo ven medio lleno. Inter­pretan la misma circunstancia de manera distinta porque han adoptado un paradigma distinto. Un paradigma es, básicamen­te, la lente a través de la cual ves los acontecimientos de la vida, tanto externos como internos.

Tomado del libro de Antony Robbins "Poder sin límites".
¿Se ha preguntado usted alguna vez en qué pueden coincidir un Spielberg y un Springsteen? ¿Qué tenían John F. Kennedy y Martin Luther King para concitar la lealtad de tantas personas y conmoverlas de una manera tan honda?

¿Qué es lo que distingue de las masas a Ted Turner y Tina Turner? ¿En qué se parece Pete Rose a Ronald Reagan? Todos ellos se han mostrado capaces de actuar coherentemente y con eficacia en orden a la realización de sus sueños. ¿Y por qué perseveran, día tras día, poniendo todo su ser en todo lo que hacen? Muchos son los factores que contribuyen a la explicación, naturalmente. Pero creo que cabe condensarlos en siete rasgos fundamentales que les sirven de impulso para hacer lo necesario para triunfar. Éstos son los siete mecanismos activadores básicos que pueden garantizarle éxito también a usted:
Rasgo número uno: ¡La pasión! Todas esas personas han descubierto una razón que las consume, les da energía, casi las obsesiona, y las impulsa a obrar, a progresar, a destacar. Es la locomotora que tira del tren de su éxito poniendo en juego sus más hondas capacidades. Es la pasión lo que hace que Pete Rose siga lanzándose todavía en plancha, cuando llega a la segunda base, como si fuese un recién seleccionado en su primer partido de primera división de béisbol. La pasión que pone un Lee Iacocca en lo que hace es lo que le distingue de tantos otros. Es la pasión lo que impulsa a los investigadores en informática que invierten años en crear una innovación capaz de llevar a hombres y mujeres al espacio y hacerles regresar sanos y salvos. Por pasión, uno madruga y trabaja hasta altas horas de la noche. Pasión es lo que quiere hallar la gente en sus relaciones; la pasión da vigor a la existencia y le confiere savia y sentido. No se alcanza la grandeza sin una pasión por ser y hacer algo grande; no importa si las aspiraciones son las de un atleta o las de un científico, las de un padre de familia o las de un hombre de negocios. En el capítulo 11 descubriremos cómo desatar esa fuerza interior mediante el poder de los objetivos.
Rasgo número dos: ¡La fe! Todas las doctrinas religiosas de este planeta nos hablan del poder de la fe y de las creencias de la humanidad. Son las creencias lo que distingue principalmente a quienes destacan en algo grande de quienes fracasan, ya que nuestra fe en lo que somos y podemos llegar a ser determina con bastante exactitud lo que seremos. Si creemos en la magia, tendremos una vida mágica; si creemos que en la vida predominan las limitaciones, nos habremos puesto límites muy reales. Lo posible es aquello que nosotros creamos verdadero, posible o real. En este libro se le facilitará a usted un método especial y científico para modificar con rapidez su sistema de creencias, de manera que le ayude a lograr sus objetivos más deseados. Muchas personas tienen la pasión, pero al haberse reducido a unos límites estrechos en virtud de lo que creen ser ellas mismas y de cómo valoran sus posibilidades, nunca llegan a emprender las acciones que les permitirían convertir sus sueños en realidades. En los capítulos 4 y 5 veremos lo que son los sistemas de creencias y cómo utilizarlas.
La pasión y la fe se combinan para dar el «combustible», el impulso que lleva a la excelencia. Pero no basta con el impulso, como tampoco no basta cargar de combustible un cohete y enviarlo a ciegas hacia los cielos. Además de esa fuerza, se necesita un sentido, una noción inteligente de progresión lógica. Para dar en nuestro blanco necesitamos también el siguiente rasgo.
Rasgo número tres: ¡La estrategia! La estrategia es la manera de organizar los recursos. Cuando Steven Spielberg decidió convertirse en cineasta, se trazó la línea que le conduciría hacia el mundo que deseaba conquistar. Se imaginó lo que necesitaba aprender, a quién le convenía conocer y lo que debía hacerse. Tuvo la pasión y la fe, pero también la estrategia necesaria para que estos factores desarrollaran su potencial máximo. Ronald Reagan ha desarrollado ciertas estrategias de comunicación que suele aplicar con gran constancia hasta obtener los resultados que busca. Todo gran artista del espectáculo, político, padre de familia o patrono sabe que para triunfar no basta con los recursos; es preciso utilizarlos del modo más eficaz. Buscar una estrategia equivale a admitir que el talento y la ambición, por sobresalientes que sean, siempre necesitan encontrar un camino bien orientado.

Uno puede abrir una puerta derribándola, o descubrir que no estaba echada la llave. En los capítulos 7 y 8 veremos qué estrategias conducen a la excelencia.
Rasgo número cuatro: ¡La claridad de los valores! Cuando pensamos en lo que ha engrandecido a muchos países se nos ocurren cosas tales como el patriotismo y el orgullo, la tolerancia y el amor a la libertad. Esos son valores: los juicios fundamentales de orden ético, moral y práctico que formulamos acerca de lo que realmente importa. Los valores son sistemas de creencias que nos sirven especialmente para juzgar lo que está bien y lo que está mal en nuestras vidas; son nuestros juicios acerca de lo que vale la pena. Muchas personas no tienen una noción clara de lo que es importante para ellas. A menudo los individuos hacen cosas por las que luego se sienten descontentos de sí mismos, sencillamente porque no tienen claro lo que inconscientemente creen que está bien para ellos y para los demás. Cuando contemplamos a los grandes triunfadores vemos que casi siempre son personas con un gran sentido de lo que fundamentalmente les importa en realidad. Pensemos en Ronald Reagan, John F. Kennedy, Martin Luther King o Jane Fonda. Son personas cuyas visiones difieren mucho, pero que coinciden en poseer un fundamento moral básico, un sentido de lo que son y de por qué hacen lo que hacen. Una comprensión clara de los valores es una de las claves más exigentes, y al propio tiempo más gratificantes, para alcanzar la excelencia. Ampliaremos estas consideraciones en el capítulo 18.
Como probablemente habrá observado el lector, todos estos rasgos se alimentan e influyen mutuamente. ¿Tiene la pasión algo que ver con las creencias? Sí, naturalmente. Cuanto más convencidos estemos de que podemos realizar algo, más recursos, por lo general, estaremos dispuestos a invertir en su consecución. Ahora bien, ¿basta la fe, por sí sola, para alcanzar la excelencia? Es un buen comienzo, pero si confía usted en ver salir el sol y se plantea como estrategia para alcanzar ese objetivo la de echar a correr hacia el oeste, es probable que choque con algunas dificultades. Y nuestras estrategias para el triunfo, ¿se ven afectadas en algún sentido por nuestros valores? Desde luego. En el supuesto de que la estrategia planteada le exigiese hacer cosas contrarias a sus creencias inconscientes sobre lo que está bien o mal para su vida, no funcionará, por bien concebida que estuviese. Esto lo vemos a menudo en aquellas personas que empiezan a triunfar, pero acaban por sabotear su propio éxito. En estos casos, el problema estaba en un conflicto interno entre los valores individuales y la estrategia seguida para alcanzar el éxito.
De la misma manera, las cuatro cosas que hemos considerado hasta aquí son inseparables del rasgo número cinco.
Rasgo número cinco: ¡La energía! La energía puede ser la entrega total y jubilosa de un Bruce Springsteen o de una Tina Turner. O el dinamismo empresarial de un Donald Trump o un Steve Jobs. O bien la vitalidad de un Ronald Reagan o una Katherine Hepburn. A la excelencia difícilmente se llega paseando a ritmo demasiado sosegado. Los triunfadores se apoderan de las oportunidades y les dan forma. Viven como obsesionados por las maravillosas ocasiones de cada día, convencidos de que lo único que no le sobra a nadie es el tiempo. En el mundo son muchos los que tienen una pasión en la que creen a ciegas, y conocen la estrategia que les permitiría satisfacerla, y tienen un orden claro de valores, pero simplemente carecen de la vitalidad física que necesitarían para actuar como ellos saben. El triunfo a lo grande es inseparable de la energía física, intelectual y psíquica que se necesita para sacar el máximo de nuestras posibilidades. En los capítulos 9 y 10 aprenderemos y aplicaremos los útiles o instrumentos que nos aseguran un aumento inmediato de nuestra vibración física.
Rasgo número seis: ¡Poder de adhesión! Casi todos los triunfadores tienen en común una extraordinaria capacidad de adhesión, es decir un talento para conectar y establecer
relaciones con las demás personas, cualesquiera que sean sus irígenes sociales y sus creencias. No digo que no pueda darse a veces un genio solitario, inventor de algo capaz de cambiar el mundo; pero si el genio se pasa toda la vida en confinamiento solitario, habrá triunfado en un aspecto pero fracasado en otros muchos. Los grandes triunfadores (los Kennedy, los King, los Reagan, los Gandhi...) tienen siempre la cualidad de crear lazos que les unen con millones de contemporáneos. El mayor triunfo no sucede en los escenarios del mundo, sino en los repliegues íntimos del corazón. Y en el fondo, todos deseamos establecer relaciones duraderas de afecto con otros, pues sin ellas cualquier éxito o cualquier excelencia nos parecerían huecos y vacíos. En el capítulo 13 profundizaremos esta cuestión.
Rasgo número siete: ¡Maestría en las comunicaciones! Es el tema esencial de este libro. El modo en que nos comunicamos con otros, y el modo en que nos comunicamos con nosotros mismos, determinan en último término la calidad de nuestra vida. Las personas que tienen éxito son las que han aprendido a aceptar cualquier desafío que les presente la vida y a comunicar esa experiencia consigo mismos de tal manera que logran cambiar las cosas a mejor. Las personas que fracasan se resignan ante las adversidades de la vida y las asumen como limitaciones. Las gentes que conforman y moldean nuestras existencias y nuestras culturas son también maestros en comunicarse con los demás. En todos ellos hallamos la capacidad de transmitir una visión, una búsqueda, una alegría o una misión. El dominio de las comunicaciones es lo que hace a los grandes padres, los grandes artistas, los grandes políticos y los grandes maestros. En casi todos los capítulos de este libro nos veremos obligados a tratar de la comunicación de un modo u otro, por lo que representa como puente capaz de vencer separaciones, construcción de nuevos caminos y difusión de nuevas visiones.

Frase del día:
Pasa algo curioso en la vida: cuando uno se niega a aceptar nada que no sea lo mejor, muy a menudo lo consigue.W. SOMERSET MAUGHAM

Tema: Los Mantras
La palabra mantra proviene del sánscrito man, que significa
mente, y tra, que tiene el sentido de protección, y también de
instrumento. Los mantras son recursos para proteger a nuestra
mente contra los ciclos improductivos de pensamiento y acción.
Aparte de sus aspectos vibracionales benéficos, los mantras
sirven para enfocar y sosegar la mente. Al concentrarse en la
repetición del sonido, todos los demás pensamientos se
desvanecen poco a poco hasta que la mente queda clara y
tranquila.

Tipos de mantras
El mantra suele ser una palabra o grupo de palabras, aunque
también puede ser eficaz una salmodia de tonos musicales
abstractos. Aunque existen algunos que vienen utilizándose
desde hace siglos para lograr determinados efectos, nadie nos
impide crear nuestros propios mantras, como en el caso de las
afirmaciones.
Bija Mantra - Sonido Raíz
Según la metafísica hindú todo está hecho de sonido, y cada
cosa contiene una representación simbólica de las pautas de
energía que la componen; eso es el sonido "semilla" o raíz,
bija mantra. La intención de estos mantras es la de poner a la
persona que lo pronuncia en resonancia con el objeto cuyo
sonido raíz ha invocado. De esta forma, mediante enl
conocimiento de los bija mantras se obtiene un dominio sobre
la esencia de las cosas, permitiendo crear, destruir o alterar
de diversas maneras. Por ejemplo, cada chakra tiene su sonido
raíz asociado, que según se dice, contiene toda su esencia, y
por consiguiente todos los secretos del chakra. Teniendo en
cuenta que cada chakra guarda correspondencia con su elemento,
resulta que los sonidos raíz proporcionan acceso a las
cualidades de tal elemento:
Tierra: Mulhadara: LAM
Agua: Swadhisthana: VAM
Fuego: Manipura: RAM
Aire: Anahata: YAM
Éter: Vishuda: HAM
Ajna: OM
Sahasrara: N (nasal)

Mantras tradicionales
Existen miles de invocaciones y mantras de las diversas
culturas y religiones de todo el mundo. En algunos se observa
una semejanza de ritmo y entonación que nos hacen pensar en un
origen común y por lo mismo, en largos ciclos de utilización
que le otorgan el poder propio de la repetición inmemorial,
aunque el valor más profundo de un mantra tiene que ver con lo
que nosotros invertimos en él.
AOM: El gran sonido primordia, el sonido originario a partir
del cual se creó el universo, el sonido de todos los sonidos
juntos.
OM AH HUM: Tres sílabas de gran poder, que se utilizan para
las finalidades siguientes: a) purificar la atmósfera antes de
emprender un ritual o una meditación; b) trasmutar una ofrenda
material en su contrapartida espiritual.
OM MANI PADME HUM: Significa "la joya del loto que reside
dentro" Mani Padme representa la joya del loto, la sabiduría
esencial que incardina las enseñanzas budistas, la esencia
divina, mientras que Hum representa la realidad sin límites
encarnada dentro de los límites del ser individual. ASí Hum
une lo individual con lo universal.
YO SOY EL QUE SOY: Esta versión en nuestro idioma tiende
también a unir lo individual con lo universal.
OM KLIM CRISTAVE NAMA HA: Significa "en el nombre del todo que
mi presencia crísitica venga a mí".
OM NAMAH SHIVAYA: Significa "en el nombre de Shiva". Es uno de
los muchos mantras que invocan nombres de divinidades.
NAMY HO REN GE KYO: Este mantra japonés tiene un significado
similar al anterior.

Afirmaciones
Una afirmación expresada en forma de mantra, surte poderosos
efectos, ya que en cualquier idioma, las palabras son una
forma de estructuración interna del objeto aludido. Por
ejemplo: "Estoy seguro, estoy aquí"; "Soy fuerte, soy capaz";
"Soy feliz, "La vida es amor y armonía"; "Yo soy la pureza que
Dios creo"...

¿Cómo funcionan?
Los mantras emplean los mismos canales subliminales que la
música y los anuncios publicitarios, aunque con intenciones
mucho más benéficas. No es necesario intelectualizar el
"significado" o la simbología del mantra para que su sonido
ejerza sus efectos sobre nosotros. El ritmo sonoro funcionará
en el plano incosnciente y acabará por saturar los
pensamientos conscientes, lo cual a su vez, afectará a los
ritmos. De hecho, parte de la magia del mantra consiste en que
no se debe reflexionar sobre su sentido, pues sólo así
trascenderemos los aspectos fragmentarios de la mente
consciente y percibiremos la unidad subyacente.

¿Cómo se utilizan?
Pronunciados en voz alta o interiormente de forma rítmica y
repetitiva.
Algunas tradiciones hindúes utilizan un mapala, una especie de
rosario con 108 cuentas para recitar cada mantra en ciclos
exactos al alba y a la puesta del sol.
Amma y otros maestros espirituales nos aconsejan recitarlos
también cada que nuestra mente no esté concentrada en un
trabajo que requiera toda nuestra atención, para mantener
nuestra mente limpia y purificar nuestro entorno evitando los
pensamientos impuros, las divagaciones y la falta de
concentración.
Anodea Judith dice que pronunciado en voz alta durante algunos
minutos a primera hora de la mañana, "un mantra eficaz queda
reverberando en silencio, mentalmente, durante toda la
jornada, y deja en nosotros la impronta de la vibración, la
imagen y el significado. Se cree que con cada eco, el mantra
centúa la magia sobre la textura de lo corporal así como de lo
mental, en el sentido de promover la armonía y el orden. La
actividad adopta un nuevo ritmo; todo baila a la cadencia del
mantra. Si lo elegimos rápido, nos servirá para generar
energía y vencer la desidia. Si recurrimos a un mantra lento,
nos ayudará a obtener durante todo el día un estado de
relajación y de calma".

Lo más importante del mantra es que es una forma, entre otras
cosas, de liberar y armonizar la energía vital o prana. Por
ejemplo, cuando los cristianos repiten la oración llamada
ROSARIO, que consiste en conjuntos de AVEMARÍAS y
Padrenuestros, están sencilla y profundamente, realizando un
mantra. Concentran su energía y la sacan a la luz, logrando un
efecto.

Comentarios: Buen fin de semana! Les recomiendo el yoga, como ejercicio, no como forma de vida, te proporciona una mejor condición física mediante los ejercicios de estiramiento, la meditación es buena, te tranquiliza, imaginar un bosque lleno de pinos inmensos con un lago, o una playa con la arena blanca con un precioso mar azul como el que tenemos en la Riviera Maya a quièn no relaja, yo tomé varios años yoga, pero siempre como amateur, es un ejercicio con posturas algo extrañas, pero que ayudan a las artículaciones a mantenerse en forma, si incluye la meditación en la famosa postura de flor de loto, pero llegar a ser un yogui en el concepto que se nos ha inculcado ya son palabras mayores.