sábado, 13 de agosto de 2011

de reporte Indigo


¿Quieres ser rico o solo tener dinero?

La riqueza es más que solo dinero. Está disponible para todos, pero debe interesarte, debes creer en ella, debes saber con toda claridad si en verdad quieres recibirla.
Por Indigo Staff 13/08/2011 - 1 comentario Categoría: Actualidad
Por C.P.C. y M.I. Jose Mario Rizo Rivas
Si quieres ser rico, primero debes saber y definir qué es ser rico para ti mismo y qué implicaciones tiene para tu vida. Sobre todo, debes saber cómo manejar el dinero y tener conciencia de cómo manejas tus recursos, cuántos activos obtienes constantemente y cuánto te queda para que lo puedas heredar a tu descendencia.
Pregúntate: ¿Qué es para ti la riqueza? ¿Estás contento con lo tienes y con lo que has logrado? ¿Has utilizado todos los talentos y capacidades que se te han dado? ¿Eres feliz? ¿Qué te hace falta?
Alguna vez me planteé estas preguntas y me puse a pensar en ellas durante un tiempo intentando responderlas. Como resultado de estas reflexiones, obtuve mi definición personal de riqueza, la cual quisiera compartir hoy con ustedes independientemente de que cada uno tenga su propio concepto.
El objetivo es que todos nos preguntemos si aquello que estamos siguiendo es la verdadera riqueza.
Estar contentos con lo que tenemos, es ser ricos. Hay quienes son felices en la adversidad y quienes son desgraciados en medio de las riquezas. Todo depende de la actitud con que soportamos desgracias y del modo que utilizamos las riquezas.
Así que el bienestar no proviene de las muchas riquezas, sino de las pocas necesidades. Piénsalo.
Cuando compramos una mascota y nos informamos de lo que necesita, encontramos que sus necesidades son realmente pocas. Si le damos más de lo que es necesario, enferma y muere. ¿Por qué no aplicamos este principio básico a nosotros mismos?
He pensado que jamás estimamos las ventajas de una vida sencilla. Me refiero a que para determinar la posibilidad de vivir, fijamos el mínimo de nuestras rentas, honorarios o salario, y estimamos que es imposible vivir con un ingreso menor.
Muchos han llegado hasta el suicidio porque creen insuficientes sus recursos materiales para vivir. Y ese mínimo que causó su desesperación, pudo haber sido suficiente para contentar a muchas personas de pretensiones más simples.
Creo entonces, que si existe algún rico que viva contento, es porque ha aprendido a estar contento, no por ser rico.
Sin duda que el dinero puede contribuir para que alcancemos alguna dicha, pero es por esta razón que solo debemos considerarlo como un medio y no como un fin.
Por eso vemos como un error muy frecuente el querer acumular el dinero de modo tal que para obtenerlo agotemos nuestra vida.
Sin duda, el hombre que trabaja y se afana sin descanso durante los mejores años de su vida, con la esperanza de reunir suficiente dinero para retirarse de los negocios y hacer de sus últimos años un eterno día de fiesta, quizá descanse hasta el sepulcro, al que bajará prematuramente. La naturaleza no puede ser forzada impunemente.
La riqueza no se trata de gastar nuestra vida movidos por estímulos ambiciosos, lo que es una tarea vana, ya que agotamos nuestros cuerpos por exceso de trabajo, por dormir poco, por comer mal, y por no procurar hacer actividades para mantenerlo saludable.
Por eso, únicamente debemos buscar el dinero que podamos disfrutar, pues aunque fuéramos mil veces más ricos no podríamos multiplicar en igual proporción nuestras necesidades, nuestros placeres, ni nuestro tiempo.
Además, debemos estar conscientes que con el dinero no podríamos adquirir talento, afectos, salud, vida, ni tantas otras cosas que deseamos y que nos producen satisfacción y felicidad.
La imaginación
Lo que nos hace felices o desgraciados no es la riqueza ni la miseria, sino la imaginación. La pobreza tiende a promover el éxito; la riqueza, todo lo contrario. Quien lo dude, que se fije en los que han crecido siendo ricos y qué multitud de ellos han caído, y cuántos han alcanzado éxito a pesar de su pobreza.
La abundancia disminuye la imaginación y tranquiliza todo esfuerzo. El gato deja de perseguir a los ratones en cuanto se le da abundante carne de comer. Otro tanto sucede con los hombres: con pocas y honorables excepciones, solo trabajamos “duro”, cuando nos vemos precisados a hacerlo.
Además, las riquezas heredadas, en la mayoría de los casos, vuelven inútiles a sus poseedores; inútiles para sí mismos y para los demás, pues disminuyen las aspiraciones, las ambiciones y los deseos de superación.
Aprendamos a estar contentos con lo que tengamos. Abandonemos toda ambición irrazonable y solo busquemos los grandes ideales.
Una casa tranquila, flores cultivadas por nosotros mismos, unos cuantos libros escogidos, llenos de la inspiración del genio; unos pocos amigos, merecedores de que se les quiera y capaces de apreciarnos; muchos placeres sanos, que no traigan consigo sufrimientos ni penas; devoción por lo bueno, y una religión sencilla, sin misterios, llena de confianza, amor y esperanza: Esta es la verdadera riqueza, porque mientras más vacía tiene el hombre la cabeza, más llenos necesita sus bolsillos.
En el progreso del mundo, llegará el día en que no tengamos que depender de muebles suntuosos, lujosas vajillas, ni costosos decorados. El carácter se enriquecerá tanto en el desarrollo ascendente del mundo, que no importará el precio de lo que nos rodee, no importa que costoso sea, solo formará una insignificante porción de los cimientos de nuestra vida.
Así que nuestros mejores esfuerzos sean, no para acumular riquezas, sino para ganar independencia.
Piensa en que mientras más tenemos, más queremos. Quien tiene asegurado un mejor mañana, es quien más se preocupa por su subsistencia y la de sus descendientes, por su presente y por su porvenir; y es la dama que más trajes tiene la que se desvela pensando qué se pondrá mañana; y el que tiene mejor despensa, quien más se preocupa por lo que comerá al día siguiente.
Concluyo pensando en que no debe llamarse rico al que puede perder sus bienes al día siguiente por quiebra, incendio, robo o cualquier otro accidente.
Solamente es rico el hombre de carácter; éste lleva sus riquezas consigo y las retendrá aún cuando pierda cuanto objeto material haya poseído.
Si quieres saber realmente en qué enfocar tu mente y tus decretos de intención, te voy a decir de forma breve y concisa lo que muchos gurús, profetas y filósofos te dicen en cientos de tomos. Esto es ser rico de carácter, no le des vueltas. NO HAY MAYOR RIQUEZA. Velo tu mismo:
Se rico en tu interior: Cultiva tu creatividad, ahí está tu espíritu. Disfruta cualquier arte: lee, escribe, ve al teatro, sueña despierto, escucha música, dibuja, conversa. Ten fe en algo superior a ti, cree en tus valores, en tus ideales, en Dios; pídele mucho, pero agradécele aún más.
Se rico en trascender: El poder hacer un cambio en tus hijos, en las personas, en la sociedad, en tus allegados simplemente no tiene precio. Saber que fuiste importante para otros y que ayudaste grandemente a otro ser humano produce una satisfacción tan grande que si no la has sentido definitivamente tienes cierto grado de “pobreza”.
Se rico en dinero: El dinero no es tu enemigo, no te equivoques, pero no te hace rico por sí mismo, es más bien un vehículo para lograr objetivos más trascendentes. Tú no quieres $200 mil para comprarte un auto, quieres transportarte seguro y cómodo. Tú no quieres $100 mil para pagar la escuela, quieres una buena educación para tus hijos. El dinero ofrece bienestar y ayuda a los demás. El dinero afecta para bien tu vida si lo sabes usar.
Se rico en salud: Come bien, duerme a tus horas, haz ejercicio (pero en verdad hazlo, no te engañes a ti mismo con actividades esporádicas), se aseado y siéntate en una posición correcta. De nada te va a servir el dinero si tu cuerpo o mente están enfermos.
Se rico en conocimiento: Estudia, abre tu mente a ideas nuevas. Conoce lo que piensan los demás. Cultívate y aprende sobre materias diferentes a las de tu trabajo. Se esférico, no cuadrado.
Se rico en familia y amigos: Realmente, ¿eres un buen amigo?, ¿eres una buena madre?, ¿dedicas tiempo a tus seres queridos? Se abundante en amabilidad y cortesía. No seas egoísta y vanidoso. Entre más grande es tu ego, menos amor das y por ende, menos amor recibes.
Mientras más vacía tiene el hombre la cabeza, más llenos necesita sus bolsillos.
La riqueza consiste mucho más en el disfrute que en la posesión, dice Aristóteles.
Aprendamos a estar contentos con lo que tenemos.
Abandonemos toda ambición irracional y solo busquemos los grandes ideales. Una casa tranquila; flores cultivadas por nosotros mismos; unos cuantos libros escogidos, llenos de la inspiración del genio; unos pocos amigos, merecedores de que se les quiera y capaces de apreciarnos; muchos placeres sanos, que no traigan consigo sufrimientos ni penas; devoción por lo bueno, y una religión sencilla, sin misterios, llena de confianza, amor y esperanza.
Esta es la verdadera riqueza.