martes, 4 de noviembre de 2008

SIEMPRE HAY ESPERANZA

DE SEMILLAS DE VIDA:
INCLINARTE PARA PODER REFRESCARTE

Cuentan que un hombre muy rico y orgulloso quería saber qué debía hacer para poder encontrar a Dios. Preguntó a un hombre muy sabio que vivía en las afueras del pueblo y éste le llevó a la montaña, y no le dejó beber agua en dos días. Luego le llevó a una naciente en el suelo donde nacía el río que abastecía a todo el pueblo.

El sabio le dijo:
- "Sabes que debes beber agua para sobrevivir ¿Cómo tomarías de esta agua en este momento?"
El hombre se arrodilló y bajando su cabeza bebió del agua que brotaba del suelo. El hombre sabio le dijo:
- "Es exactamente lo que debes hacer para encontrar a Dios. Dejar de la lado tu orgullo, reconocer tu necesidad de agua, o sea Dios, arrodillarte e incluso humillarte hasta llegar al suelo. Era la única forma de beber el agua que te salvaría, así mismo para salvar tu alma debes humillarte, reconocer que sin Dios no tienes salvación y humillarte. Tu recompensa será poder beber del agua que salvará tu vida."

Autor Desconocido

CONSEJOS PARA PERSONAS QUE HAN SUFRIDO GRAVES HERIDAS FÍSICAS Y EMOCIONALES

Cuando la gente llega a la conclusión de que necesita sanidad emocional y que muchos de los problemas que enfrenta son el resultado de raíces malas originadas en el pasado, con frecuencia, están ansiosos por arrancárselas para sentirse bien. Es comprensible, pero es importante dejar que el Espíritu Santo sea el que lo guíe y lo dirija en el proceso sanador. Dios ya envió a Jesucristo a la Tierra y compró tu completa sanidad. Una vez logrado eso, envió su Espíritu Santo para administrarte lo que había sido comprado con la sangre de su Hijo.

Busque solamente el consejo divino, no vaya de un lado para otro buscando el consejo de todo el mundo. Ore primero, pídale al Señor, si es su voluntad, que recurra a otro ser humano para ser aconsejado, o si Dios desea que lo consulte a Él. Con frecuencia la gente corre hacia otras personas sin seguir la guía y el liderazgo del Espíritu Santo, y eso nunca produce fruto perdurable y bueno.

Cuando tenga problemas, vaya primero a Dios antes de ir al teléfono. Ore y deje que el Señor lo guíe por medio del Espíritu Santo. Deje que Él escoja el consejero apropiado para usted. Solamente porque una persona haya pasado por lo mismo que usted está pasando, o porque es un amigo íntimo, no significa que ese individuo sea el consejero adecuado para usted.

El Espíritu Santo sabe el momento exacto. Él sabe cuándo estamos listos para hacer determinada cosa". En otras palabras, el Espíritu del Señor es el único que sabe lo que llevará ayudarle y cuándo está listo para recibir la ayuda. Puede ser que la ayuda le llegue por un libro, por un orador o por un amigo que diga justo lo que usted necesita escuchar en ese momento. O puede venirle por medio del testimonio personal o hasta puede que el mismo Señor trabaje con usted, personalmente.

Hoy puede ser el día señalado por Dios para usted, mientras lee esta nota. Si es así, Dios usará algún texto en alguna área donde usted está sufriendo actualmente. Esto puede ser el comienzo de su recuperación; el próximo paso en el proceso o hasta el toque final en su ardua lucha por sanidad.

El Espíritu Santo es amable, tierno, considerado, suave amoroso y paciente. Pero, a la vez, es poderoso y asombroso y puede hacer lo que el hombre no puede hacer por sí mismo.
Tomado del libro: “Belleza en lugar de Ceniza”
Por: Joyce Meyer, Editorial Carisma.