Soy realmente feliz?
Si uno es, o no, realmente feliz, es una de las preguntas que el ser humano suele plantearse en algún momento de la vida.
La palabra felicidad proviene del término feliz y esto quiere decir alegre, contento, satisfecho.
Es el estado de ánimo que se complace en la posesión de un bien material, afectivo o espiritual.
Si se desglosa la palabra felicidad, por un lado, se deduce que “fe” es la esperanza y confianza en lo que está por venir. Por el otro, “licidad” proviene de lícito, lo justo y razonable.
“Algunas concepciones sostienen que la felicidad implica la ausencia de dolor, depresión, ansiedad u otros estados físicos o emocionales. Pero esto nos aleja de la búsqueda, ya que implica la evitación de ciertos estados”.
Una de las desventajas de esta idea es que los trastornos en las emociones, las desilusiones y frustraciones constituyen una parte inevitable de la vida, de manera que intentar escapar de lo inevitable sólo intensificará la frustración.
“Esto puede conducir a reproches y, en consecuencia, a un aumento de la infelicidad”.
Al definir felicidad como un estado de satisfacción, realización o logros, de inmediato solemos preguntarnos: “¿Soy realmente feliz?”.
“Para responder a esta pregunta podemos tener en cuenta que la felicidad es una consecuencia de otras actividades, como pueden ser los roles que desempeñamos a lo largo de nuestra vida”.
“Es decir, la felicidad, por sí misma, no existe, sino que es una consecuencia de una vida con sentido, con dirección, con metas y objetivos”.
La felicidad no se reduce a hacer lo que nos gusta sino en gustar de lo que hacemos.
“La acción no siempre trae felicidad, pero no hay felicidad sin acción. Es decir, la felicidad se alcanza con esfuerzo, constancia, dedicación. Todo proceso requiere de perseverancia y esfuerzo”.
Por ejemplo, el nacimiento de un hijo. “Es hermoso y trae mucha felicidad pero también su crianza y educación requerirá esfuerzo y postergación”.“Lograr un título, recibirse, también implica mucha felicidad pero, en pos de este objetivo, en el camino se dejan de lado cosas, noches sin dormir, nervios, etc”.
La felicidad es generalmente transitoria, no un estado final y duradero al que se puede arribar.
“Así es que no es producida por grandes momentos de éxito, sino por pequeñas cosas que nos suceden día a día, que nos confirman que estamos en el camino correcto”.
Para ello se recomienda hacer una evaluación de nuestro día y semana.“Qué pensamos, qué hacemos, qué sentimos frecuentemente… La felicidad es la confianza en lo está por venir y el éxito es el resultado. Por ende, tenemos que buscarla”.
Ahora bien, ¿cómo se hace?
“Encontrándole sentido a nuestro actuar, a nuestro vivir diario. Para saber hacia dónde vamos y qué camino tomar, el termómetro a tener en cuenta es si, volviendo a nacer, elegiríamos lo que hoy somos/”.“Cuando hablamos de sentido es conveniente pensarlo en qué razón tiene lo que nos sucede, no quedarnos en el porqué de lo que nos ocurre, sino para qué, cuál es el propósito de lo que hoy nos toca vivir.
En qué consiste.
“La felicidad implica reconocer el bien que tengo, como puede ser el amor, el dinero, el conocimiento, la salud y desear un bien. Tiene que ver con tener un propósito, es estar direccionado, es tener orientación, visión y metas a cumplir.
“Encontrar nuestra misión en esta vida implica comenzar una búsqueda, poder conectarnos con nuestra esencia, con lo más profundo de nuestro ser, donde podamos restaurar lo dañado y amarnos sin condiciones”.
Así como el amor empieza por casa, la felicidad también comienza por casa.“Nuestra casa somos nosotros mismos. De nosotros va a partir todo lo que construyamos, los vínculos que tengamos o que deseemos tener, como la pareja, la familia, el trabajo, los hijos, amigos, etcétera”.
Cuestionamientos.
Sobre por qué puede haber personas que tengan todo para ser felices pero no se sienten de esa manera, tiene que ver con la falta de reconocimiento y valorización de los bienes.
“La felicidad no depende de los que nos rodean. Nadie puede darnos lo que no tenemos: depende de cada uno poder encontrar lo que nos hace plenos y felices cada día de nuestra vida”.
“No es cosa de otros hacernos felices sino que depende de cada uno buscar lo que hace que podamos sentirnos de esa manera”.
La felicidad no se reduce en hacer lo que nos gusta, sino en gustar de lo que hacemos. La acción no siempre trae felicidad, pero no hay felicidad sin acción. Es decir, se alcanza con esfuerzo, constancia y dedicación.
La felicidad no es el resultado de grandes momentos de éxito, sino de pequeñas cosas que nos suceden, día a día, que nos confirman que estamos en el camino correcto.
Psicóloga Karina Soledad Kees.carinakees@speedy.com.arBahía Blanca. Argentina.
sábado, 6 de marzo de 2010
viernes, 5 de marzo de 2010
REFLEXION
EL TREN DE LA VIDA
Un día, lleno de luz y brillo, leía un libro que comparaba la vida con un viaje en tren. Era una metáfora extremadamente interesante ya que interpretaba correctamente lo que quería expresar. Ella decía algo así como las siguientes humildes palabras:
Nuestra vida es como un viaje en tren, llena de embarques y desembarques, de pequeños accidentes en el camino, de sorpresas agradables, de alertas falsas y verdaderas, con algunas subidas y bajadas tristes, con subidas y bajadas de alegría.
Cuando nacemos y subimos al tren, encontramos dos personas queridas, nuestros padres, que nos harán conocer el "Gran" viaje hasta alguna parte del camino. Lamentablemente, ellos en alguna estación se bajarán para no volver a subir más. Quedaremos huérfanos de su cariño, protección y afecto. Pero a pesar de esto, nuestro viaje continuará. Conoceremos a otras interesantes personas, durante la larga travesía. Subirán nuestros hermanos, amigos y amores. Muchos de ellos sólo realizarán un corto paseo, otros estarán siempre a nuestro lado compartiendo alegrías y tristezas.
En el tren también viajarán personas que andarán de vagón en vagón para ayudar a quien lo necesite. Muchos se bajarán y dejarán recuerdos imborrables. Otros en cambio viajarán ocupando asientos, sin que nadie perciba que están allí sentados. Es curioso ver como algunos pasajeros a los que queremos, prefieren sentarse alejados de nosotros, en otros vagones. Eso nos obliga a realizar el viaje separados de ellos. Pero eso no nos impedirá, con alguna dificultad, acercarnos a ellos. Lo difícil es aceptar que a pesar de estar cerca, no podremos sentarnos juntos, pues muchas veces otras son las personas que los acompañan.
Este viaje es así, lleno de atropellos, sueños, fantasías, esperas, llegadas y partidas. Sabemos que este tren sólo realiza un viaje: el de ida. Tratemos, entonces de viajar lo mejor posible, intentando tener una buena relación con todos los pasajeros, procurando lo mejor de cada uno de ellos, recordando siempre que, en algún momento del viaje alguien puede perder sus fuerzas y deberemos entender eso. A nosotros también nos ocurrirá lo mismo seguramente. Alguien nos entenderá y ayudará.
El gran misterio de este viaje es que no sabemos en cuál estación nos tocará descender. Pero creo que será hermoso ver continuar el camino de los hijos. Separarse del amor a la vida será algo doloroso, pero tengo la esperanza de que en algún momento nos volveremos a encontrar en la estación principal y tendré la emoción de verlos llegar con mucha más experiencia de la que tenían al iniciar el viaje. Seré feliz al pensar que en algo pude colaborar para que ellos hayan crecido como buenas personas.
Ahora, en este momento, el tren disminuye la velocidad para que suban y bajen personas. Mi emoción aumenta a medida que el tren va parando. ¿Quién subirá?, ¿Quién será?. Me gustaría que tú pensaras que desembarcar del tren, no es sólo una representación del término de una historia que dos personas construyeron. Estoy feliz de ver cómo ciertas personas, como nosotros, tienen la capacidad de reconstruir para volver a empezar; y eso es señal de lucha y valentía. Saber vivir es poder obtener lo mejor de todos los pasajeros.
Agradezco a Dios porque estamos realizando este viaje juntos y a pesar de que nuestros asientos no están juntos, con seguridad el vagón es el mismo.
Autor Desconocido
Un día, lleno de luz y brillo, leía un libro que comparaba la vida con un viaje en tren. Era una metáfora extremadamente interesante ya que interpretaba correctamente lo que quería expresar. Ella decía algo así como las siguientes humildes palabras:
Nuestra vida es como un viaje en tren, llena de embarques y desembarques, de pequeños accidentes en el camino, de sorpresas agradables, de alertas falsas y verdaderas, con algunas subidas y bajadas tristes, con subidas y bajadas de alegría.
Cuando nacemos y subimos al tren, encontramos dos personas queridas, nuestros padres, que nos harán conocer el "Gran" viaje hasta alguna parte del camino. Lamentablemente, ellos en alguna estación se bajarán para no volver a subir más. Quedaremos huérfanos de su cariño, protección y afecto. Pero a pesar de esto, nuestro viaje continuará. Conoceremos a otras interesantes personas, durante la larga travesía. Subirán nuestros hermanos, amigos y amores. Muchos de ellos sólo realizarán un corto paseo, otros estarán siempre a nuestro lado compartiendo alegrías y tristezas.
En el tren también viajarán personas que andarán de vagón en vagón para ayudar a quien lo necesite. Muchos se bajarán y dejarán recuerdos imborrables. Otros en cambio viajarán ocupando asientos, sin que nadie perciba que están allí sentados. Es curioso ver como algunos pasajeros a los que queremos, prefieren sentarse alejados de nosotros, en otros vagones. Eso nos obliga a realizar el viaje separados de ellos. Pero eso no nos impedirá, con alguna dificultad, acercarnos a ellos. Lo difícil es aceptar que a pesar de estar cerca, no podremos sentarnos juntos, pues muchas veces otras son las personas que los acompañan.
Este viaje es así, lleno de atropellos, sueños, fantasías, esperas, llegadas y partidas. Sabemos que este tren sólo realiza un viaje: el de ida. Tratemos, entonces de viajar lo mejor posible, intentando tener una buena relación con todos los pasajeros, procurando lo mejor de cada uno de ellos, recordando siempre que, en algún momento del viaje alguien puede perder sus fuerzas y deberemos entender eso. A nosotros también nos ocurrirá lo mismo seguramente. Alguien nos entenderá y ayudará.
El gran misterio de este viaje es que no sabemos en cuál estación nos tocará descender. Pero creo que será hermoso ver continuar el camino de los hijos. Separarse del amor a la vida será algo doloroso, pero tengo la esperanza de que en algún momento nos volveremos a encontrar en la estación principal y tendré la emoción de verlos llegar con mucha más experiencia de la que tenían al iniciar el viaje. Seré feliz al pensar que en algo pude colaborar para que ellos hayan crecido como buenas personas.
Ahora, en este momento, el tren disminuye la velocidad para que suban y bajen personas. Mi emoción aumenta a medida que el tren va parando. ¿Quién subirá?, ¿Quién será?. Me gustaría que tú pensaras que desembarcar del tren, no es sólo una representación del término de una historia que dos personas construyeron. Estoy feliz de ver cómo ciertas personas, como nosotros, tienen la capacidad de reconstruir para volver a empezar; y eso es señal de lucha y valentía. Saber vivir es poder obtener lo mejor de todos los pasajeros.
Agradezco a Dios porque estamos realizando este viaje juntos y a pesar de que nuestros asientos no están juntos, con seguridad el vagón es el mismo.
Autor Desconocido
miércoles, 24 de febrero de 2010
Cuando empezare?
Cuando empecé a quererme perdí el miedo a decir mi verdad porque he descubierto lo bueno que es.Cuando empecé a quererme empecé a plasmar mis sentimientos en los libros y diarios. Estos agradables compañeros que hablan mi idioma. No necesitamos traducción.Cuando empecé a quererme dejé de buscar "expertos" y empecé a vivir mi vida.Cuando empecé a quererme descubrí lo que la rabia me enseña sobre la responsabilidad y lo que la arrogancia me enseña sobre la humildad, de modo que las escucho atentamente.Cuando empecé a quererme empecé a comer alimentos generados orgánicamente (a excepción de las ocasionales tortas de fruta, por supuesto).Cuando empecé a quererme estuve a gusto con las idas y venidas de la razón y de la desesperación.Cuando empecé a quererme dejé de querer tener la razón, porque esto hace que no tenerla sea intrascendente.Cuando empecé a quererme aprendí a sufrir por los golpes de la vida cuando vienen en vez de hacer de tripas corazón y cargar con ellos toda la vida.Cuando empecé a quererme me perdoné por todas aquellas veces que pensé que no había estado a la altura.Cuando empecé a quererme todo en mi interior se tranquilizó. Fue bonito. Muy bonito.Cuando empecé a quererme escuché lo que me pedía el cuerpo. Se comunica muy claramente a través de la fatiga, las sensaciones, las aversiones y los deseos.Cuando empecé a quererme dejé de tener miedo de mis miedos.Cuando empecé a quererme dejé de revivir el pasado y de preocuparme por el futuro, de modo que me mantuve en el presente donde vive la vida.Cuando empecé a quererme descubrí que la mente puede atormentarme y decepcionarme, aunque al servicio del corazón es una aliada magnífica y noble.Cuando empecé a quererme empecé a disfrutar la libertad.Cuando empecé a quererme escuché la voz interior que había en mi y escribí estas palabras...
martes, 16 de febrero de 2010
MIEDO
MIEDO
Muchas veces tenemos miedo...
Miedo de lo que podríamos no ser capaces de hacer.Miedo de lo que podrían pensar si lo intentamos.Dejamos que nuestros temores se apoderen de nuestras esperanzas.Decimos que no, cuando queremos decir que sí.Nos callamos cuando queremos gritar y gritamos con fuerza cuandodeberíamos cerrar la boca.¿Por qué?Después de todo sólo vivimos una vez.No hay tiempo de tener miedo.Entonces basta.Haz algo que nunca hiciste. Atrévete.Olvídate que te están mirando.Intenta la jugada imposible. Corre el riesgo.No te preocupes por ser aceptado.No te conformes con ser uno más.Nadie te ata. Nadie te obliga. Sé tú mismo.No tienes nada que perder y todo, todo, todo por ganar.Muchas veces creemos en el destino.Rezamos, esperamos que las cosas pasen y nos olvidamos de lo másimportante.¡Creer en nosotros mismos!.Nos conformamos en vez de arriesgarnos.Sin pensar que cada día que pasa nunca volverá.Nada está hecho.Todo depende de nuestra voluntad.De esa fuerza que nos sale de adentro.De decir "sí puedo" a cada desafío.Tenemos el poder. Cuando estamos decididos.Cuando estamos convencidos, cuando de verdad queremos algo.No hay obstáculo capaz de imponerse.Si queremos podemos llegar alto, hacer lo que sea.Sólo hay que proponérselo.Si sueñas con ser el mejor del mundo...Si sueñas con los aplausos...Si sueñas con ganar campeonatos...Despiértate!!Dentro de ti hay 206 huesos y más de 700 músculos esperando.Sólo falta tu decisión. Tus ganas de jugar como nunca.Enfréntate a tu destino.No seas sólo un espectador.Pide la pelota y créete su dueño.Exígete más y más.Vive...Corre cada día un poco más lejos.Salta cada día un poco más alto.Súmate a dar vuelta el marcador.Cuando no esperes nada de los demás.Cuando sientas que cada tanto depende de ti, se fortalecerá tuespíritu.Y poco a poco, las voces se convertirán en ovación.Tus respiros se llenarán de logros, y tu vida de sentido.Están los que usan siempre la misma ropa.Están los que llevan amuletos, los que hacen promesas,los que imploran mirando al cielo.Los que creen en supersticiones.Y están los que siguen corriendo cuando le tiemblan las piernas.Los que siguen jugando cuando se les acaba el aire.Los que siguen luchando cuando todo parece perdido.Como si cada vez fuera la última.Convencidos que la vida misma es un desafío.Sufren pero no se quejan.Porque saben que el dolor pasa. El sudor se seca. El cansancio termina.Pero hay algo que nunca desaparecerá, la satisfacción de haberlo logrado.En nuestros cuerpos corre la misma sangre.Lo que nos hace diferentes es nuestro "espíritu".La determinación de alcanzar la cima.Una cima a la que no se llega superando a los demás.Sino superándose a uno mismo.Tiempo sobra para los mediocres, pero tiempo falta para realizar tus sueños!.Y recuerda que esa fortaleza de espíritu sólo viene de Dios. Él es quien nunca falla y el que nos fortalecerá para poder librar la buena batalla.
Muchas veces tenemos miedo...
Miedo de lo que podríamos no ser capaces de hacer.Miedo de lo que podrían pensar si lo intentamos.Dejamos que nuestros temores se apoderen de nuestras esperanzas.Decimos que no, cuando queremos decir que sí.Nos callamos cuando queremos gritar y gritamos con fuerza cuandodeberíamos cerrar la boca.¿Por qué?Después de todo sólo vivimos una vez.No hay tiempo de tener miedo.Entonces basta.Haz algo que nunca hiciste. Atrévete.Olvídate que te están mirando.Intenta la jugada imposible. Corre el riesgo.No te preocupes por ser aceptado.No te conformes con ser uno más.Nadie te ata. Nadie te obliga. Sé tú mismo.No tienes nada que perder y todo, todo, todo por ganar.Muchas veces creemos en el destino.Rezamos, esperamos que las cosas pasen y nos olvidamos de lo másimportante.¡Creer en nosotros mismos!.Nos conformamos en vez de arriesgarnos.Sin pensar que cada día que pasa nunca volverá.Nada está hecho.Todo depende de nuestra voluntad.De esa fuerza que nos sale de adentro.De decir "sí puedo" a cada desafío.Tenemos el poder. Cuando estamos decididos.Cuando estamos convencidos, cuando de verdad queremos algo.No hay obstáculo capaz de imponerse.Si queremos podemos llegar alto, hacer lo que sea.Sólo hay que proponérselo.Si sueñas con ser el mejor del mundo...Si sueñas con los aplausos...Si sueñas con ganar campeonatos...Despiértate!!Dentro de ti hay 206 huesos y más de 700 músculos esperando.Sólo falta tu decisión. Tus ganas de jugar como nunca.Enfréntate a tu destino.No seas sólo un espectador.Pide la pelota y créete su dueño.Exígete más y más.Vive...Corre cada día un poco más lejos.Salta cada día un poco más alto.Súmate a dar vuelta el marcador.Cuando no esperes nada de los demás.Cuando sientas que cada tanto depende de ti, se fortalecerá tuespíritu.Y poco a poco, las voces se convertirán en ovación.Tus respiros se llenarán de logros, y tu vida de sentido.Están los que usan siempre la misma ropa.Están los que llevan amuletos, los que hacen promesas,los que imploran mirando al cielo.Los que creen en supersticiones.Y están los que siguen corriendo cuando le tiemblan las piernas.Los que siguen jugando cuando se les acaba el aire.Los que siguen luchando cuando todo parece perdido.Como si cada vez fuera la última.Convencidos que la vida misma es un desafío.Sufren pero no se quejan.Porque saben que el dolor pasa. El sudor se seca. El cansancio termina.Pero hay algo que nunca desaparecerá, la satisfacción de haberlo logrado.En nuestros cuerpos corre la misma sangre.Lo que nos hace diferentes es nuestro "espíritu".La determinación de alcanzar la cima.Una cima a la que no se llega superando a los demás.Sino superándose a uno mismo.Tiempo sobra para los mediocres, pero tiempo falta para realizar tus sueños!.Y recuerda que esa fortaleza de espíritu sólo viene de Dios. Él es quien nunca falla y el que nos fortalecerá para poder librar la buena batalla.
jueves, 17 de diciembre de 2009
Adios cochiz, te extraño ya.
Mi mascota cochiz se murio hoy al ser atropellado al cruzar la calle por un auto, jueves 17 de diciembre de 2009, no era la mejor mascota pero me encantaba su suave maullido, su ronroneo y abrazarlo cuando me lo permitìa su felpudo y calientito cuerpocito, era un gato color amarillo rayado,
miércoles, 16 de diciembre de 2009
SALVA A ALGUIEN CADA DIA
" Vivir contenta teniendo poco.
Buscar elegancia sin buscar el lujo, y lo delicado,
en lugar de lo que est谩 de moda.
聽
Ser digna y respetar, ser pudiente sin ser rica,
estudiar intensamente,
pensar tranquilamente,
hablar suavemente.
聽
Ser聽paciente escuchando a las estrellas y a los p谩jaros,
asi como a los imprudentes y a los sabios,
con el coraz贸n abierto.
聽
Tolerar todo con alegr铆a, hacer todo con bravura,
esperar por las ocasiones sin apresurarse.
En una palabra,
dejar que lo espiritual, lo sencillo y lo consciente
se haga parte de mi todo.
脡sta es mi sinfon铆a ... "
聽
- William H. Channing -
Buscar elegancia sin buscar el lujo, y lo delicado,
en lugar de lo que est谩 de moda.
聽
Ser digna y respetar, ser pudiente sin ser rica,
estudiar intensamente,
pensar tranquilamente,
hablar suavemente.
聽
Ser聽paciente escuchando a las estrellas y a los p谩jaros,
asi como a los imprudentes y a los sabios,
con el coraz贸n abierto.
聽
Tolerar todo con alegr铆a, hacer todo con bravura,
esperar por las ocasiones sin apresurarse.
En una palabra,
dejar que lo espiritual, lo sencillo y lo consciente
se haga parte de mi todo.
脡sta es mi sinfon铆a ... "
聽
- William H. Channing -
MI VIDA ERA SOLO VIDA VIENE DIOS A MI
EL MIEDO QUE PRODUCE CAMBIAR
Es increíble el miedo que produce cambiar. Claro, nos educaron con el criterio de que la estabilidad era sinónimo de madurez y de equilibrio. Quien cambia es 'inestable', inmaduro, todavía no ha crecido, porque el ideal de vida para la sociedad, es un mundo quieto. Vivir en el mismo barrio, habitar la misma casa, permanecer en el mismo colegio, tener la misma pareja, 'durar' en el mismo trabajo, escoger carrera 'para toda la vida', amarrarse a la misma ciudad y al mismo país... todos sinónimos de estabilidad. Ni qué decir de las ideas o de las creencias. Hay que tener los mismos valores, los mismos criterios, la misma mentalidad. Atreverse a innovar es como una 'locura' y es más importante permanecer que arriesgar. Nuestra sociedad valora lo estático, que 'no produce desorden', antes de romper esquemas y arriesgarse a que la vida sea diferente.
El criterio más elemental para cambiar, el más simple si se quiere, es que lo que hemos vivido, lo que hemos estudiado, lo que nos ha acompañado, donde hemos permanecido, no nos ha producido ni la paz ni la armonía esperadas.
¿Qué escoger? Arriesgarse o permanecer, he allí las alternativas.
Aclarando que muchas de las cosas que esperamos afuera no se encuentran 'afuera'. En más de una situación el cambio exterior no produce los resultados que anhelamos porque los problemas no son tan sólo geográficos, o de ambiente, o de la persona que nos acompaña, o de la ciudad o del país en el que habitamos.
Debo cambiar y arriesgarme, pero también debo manejar internamente la flexibilidad para no apegarme, para fluir, para atreverme. Es el famoso equilibrio: cambiar pero no desbordarse. Cambiar pero no precipitarse o indigestarse queriendo asumirlo todo a la vez. Ningún cambio duradero es rápido o instantáneo. Los cambios necesitan cocción. En el cambio no hay horno microondas sino fogón de leña. Porque, así sea impactante, lo que permanece quieto es porque está muerto. Lo único que no acepta cambio es la muerte. Sorprende cómo los seres humanos dicen tanto de su personalidad a través de su necesidad o resistencia a los cambios.
Hay personas 'muertas' en vida que no se atreven a cambiar ni siquiera la ruta hacia el trabajo, ni lo que comen, ni se arriesgan a vestirse diferente, a mover los muebles de la casa, o a pasar un fin de semana de otra manera. Por eso cuando no se acepta, la resistencia al cambio se convierte en enfermedad.
A las buenas o a las malas, el mundo se mueve y el cambio no consulta. ¡Simplemente se da! O me subo al carrito del cambio o el cambio me atropella.
Autor Desconocido
MI VIDA ERA SOLO VIDA
Mi vida era triste, mi vida era vacía, no había emociones, amores ni pasiones, mi vida era sólo vida, yo no vivía mi vida. Era tan sólo vida vivida, porque era vida.
Mi vida con sus problemas, mi vida con sus vivencias, así transcurría mi vida, y sólo la vivía día tras día, sin Fe ni esperanza, y siempre andaba ciego por la vida.
Hasta que vino a mi vida aquel que nos dio la vida. Él me enseñó a amar, sacó las vendas de mis ojos. Él me enseñó cómo vivir la vida y me mostró todo lo que Él nos había regalado en esta vida; la naturaleza, el mar, el amor...
Y así empecé a disfrutar la vida, desde una hoja caída en el otoño, hasta un capullo recién brotado en una linda primavera. Desde una gota de lluvia caída en un invierno crudo, hasta la rosa ya crecida en un caluroso verano.
Ahora vivo yo la vida, no es simplemente vida, vive Dios en mi vida, y yo vivo en Dios, que es Vida.
Padre Ignacio Larrañaga
Es increíble el miedo que produce cambiar. Claro, nos educaron con el criterio de que la estabilidad era sinónimo de madurez y de equilibrio. Quien cambia es 'inestable', inmaduro, todavía no ha crecido, porque el ideal de vida para la sociedad, es un mundo quieto. Vivir en el mismo barrio, habitar la misma casa, permanecer en el mismo colegio, tener la misma pareja, 'durar' en el mismo trabajo, escoger carrera 'para toda la vida', amarrarse a la misma ciudad y al mismo país... todos sinónimos de estabilidad. Ni qué decir de las ideas o de las creencias. Hay que tener los mismos valores, los mismos criterios, la misma mentalidad. Atreverse a innovar es como una 'locura' y es más importante permanecer que arriesgar. Nuestra sociedad valora lo estático, que 'no produce desorden', antes de romper esquemas y arriesgarse a que la vida sea diferente.
El criterio más elemental para cambiar, el más simple si se quiere, es que lo que hemos vivido, lo que hemos estudiado, lo que nos ha acompañado, donde hemos permanecido, no nos ha producido ni la paz ni la armonía esperadas.
¿Qué escoger? Arriesgarse o permanecer, he allí las alternativas.
Aclarando que muchas de las cosas que esperamos afuera no se encuentran 'afuera'. En más de una situación el cambio exterior no produce los resultados que anhelamos porque los problemas no son tan sólo geográficos, o de ambiente, o de la persona que nos acompaña, o de la ciudad o del país en el que habitamos.
Debo cambiar y arriesgarme, pero también debo manejar internamente la flexibilidad para no apegarme, para fluir, para atreverme. Es el famoso equilibrio: cambiar pero no desbordarse. Cambiar pero no precipitarse o indigestarse queriendo asumirlo todo a la vez. Ningún cambio duradero es rápido o instantáneo. Los cambios necesitan cocción. En el cambio no hay horno microondas sino fogón de leña. Porque, así sea impactante, lo que permanece quieto es porque está muerto. Lo único que no acepta cambio es la muerte. Sorprende cómo los seres humanos dicen tanto de su personalidad a través de su necesidad o resistencia a los cambios.
Hay personas 'muertas' en vida que no se atreven a cambiar ni siquiera la ruta hacia el trabajo, ni lo que comen, ni se arriesgan a vestirse diferente, a mover los muebles de la casa, o a pasar un fin de semana de otra manera. Por eso cuando no se acepta, la resistencia al cambio se convierte en enfermedad.
A las buenas o a las malas, el mundo se mueve y el cambio no consulta. ¡Simplemente se da! O me subo al carrito del cambio o el cambio me atropella.
Autor Desconocido
MI VIDA ERA SOLO VIDA
Mi vida era triste, mi vida era vacía, no había emociones, amores ni pasiones, mi vida era sólo vida, yo no vivía mi vida. Era tan sólo vida vivida, porque era vida.
Mi vida con sus problemas, mi vida con sus vivencias, así transcurría mi vida, y sólo la vivía día tras día, sin Fe ni esperanza, y siempre andaba ciego por la vida.
Hasta que vino a mi vida aquel que nos dio la vida. Él me enseñó a amar, sacó las vendas de mis ojos. Él me enseñó cómo vivir la vida y me mostró todo lo que Él nos había regalado en esta vida; la naturaleza, el mar, el amor...
Y así empecé a disfrutar la vida, desde una hoja caída en el otoño, hasta un capullo recién brotado en una linda primavera. Desde una gota de lluvia caída en un invierno crudo, hasta la rosa ya crecida en un caluroso verano.
Ahora vivo yo la vida, no es simplemente vida, vive Dios en mi vida, y yo vivo en Dios, que es Vida.
Padre Ignacio Larrañaga
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