miércoles, 11 de agosto de 2010

LA NEUROSIS

LA NEUROSIS

La neurosis es una alteración mental caracterizada por la presencia de una alto grado de ansiedad. El miedo y las obsesiones, relacionadas con factores conflictivos personales o ambientales, dominan al afectado y le provocan un verdadero sufrimiento psíquico. Si bien es cierto que todas las personas sufren miedos y obsesiones en mayor o menor medida, la mayor parte de la gente consigue dominarlos sin que afecten demasiado su actividad diaria ni su estructura mental. No obstante en algunas personas la ansiedad adquiere una intensidad considerable y llega a marcar sus pensamientos y su comportamiento. Existe cierta predisposición a sufrir una neurosis en las personas hipersensibles, con una emotividad superior a la normal, por lo general con un acusado sentido de culpabilidad, y que se sienten muy afectadas por las tensiones emocionales y por los hechos impactantes, como disgustos, peleas o accidentes, o por hechos o circunstancias banales a las que ellas otorgan mayor importancia de la que en realidad tienen y que les causan una fuerte alteración emocional. Una neurosis se desarrolla en una persona debido a situaciones o hechos que crean en ella fuertes tensiones emocionales. Está comprobado que la emotividad exagerada se puede adquirir a través de la educación de unos padres también muy emotivos. El individuo crece y se educa en un ambiente familiar propenso a las reacciones neuróticas ante situaciones tensas o emotivas y desarrolla de este modo una personalidad potencialmente neurótica, que se desencadenará en una fuerte tensión emocional. Existen diferentes tipos de neurosis, como un miedo desproporcionada a determinadas situaciones, miedo a la oscuridad, a los espacios abiertos, a los lugares cerrados; también miedo a algunos animales. La persona afectada cree padecer enfermedades imaginarias, muestra una fatiga y debilidad crónica, una irritabilidad continuada y se preocupa de un modo obsesivo por su salud, más allá de todo razonamiento.

Casi todas las personas tienen un comportamiento neurótico en algún aspecto de su conducta: el orden o la limpieza exagerados, la preocupación excesiva por la salud o la alimentación, la tendencia a preocuparse, y a polarizar la atención en ciertos hechos o circunstancias. El problema se presenta cuando la neurosis alcanza tal grado de desarrollo que imposibilita a la persona para realizar los actos cotidianos más habituales, o bien cuando compromete su relación y convivencia con otras personas.

SÍNTOMAS DE UNA PERSONA EQUILIBRADA Y UNA PERSONA NEURÓTICA

La persona equilibrada acepta las penas, desdichas, calamidades y contrariedades de la vida con calma y serenidad.
La persona neurótica estalla con arranques de ira a la menor contrariedad.

La persona equilibrada se siente demasiado ocupada en la vida para dedicar el tiempo a lamentarse.
La persona neurótica vive quejándose de sí misma y de los demás. Su vida es una sinfonía de lamentos.

La persona equilibrada se siente contenta de estar viviendo.
La persona neurótica siente un deseo sutil de desaparecer.

La persona equilibrada es flexible, sabe comprender a los demás y no convierte en tragedia los pequeños contratiempos de la vida. La persona neurótica agranda los problemas en su imaginación y vive condenando o juzgando a los otros en su entendimiento; viendo mala voluntad en todas partes donde muchas veces lo que hay es debilidad.
La persona equilibrada sabe manejar sus impulsos.
La persona neurótica no sabe controlar sus impulsos, y comete muchas imprudencias. La persona equilibrada sabe que el pasado ya no cambiará y no pierde tiempo. Y respecto al futuro no se afana, vive su presente y deja que el pasado lo perdone la misericordia de Dios.
La persona neurótica quema muchas energías recordando con amargura sucesos negativos del pasado. Se hiere fácilmente. Es hipersensible.
La persona equilibrada tiene paciencia y aguanta las dificultades y las cosas difíciles, sabe cómo soportarlas y mejorarlas; su madurez le enseña que el caminar hacia el éxito está lleno de espinas y obstáculos.
La persona neurótica vive disgustada por todo lo que sucede contrario a sus planes, no acepta con paz lo que falta en su personalidad o su temperamento.

La persona equilibrada tiene un sano sentido del humor, sabe que lo importante no es que no llueva, sino que el agua no se meta por el cuello; por eso, abre el paraguas de la paciencia y acepta las críticas de los demás como algo constructivo que lo lleva a superarse.
La persona neurótica no tiene sentido del humor. Cree que cuando la gente a su alrededor se ríe, se está burlando de ella.

Tema preparado por el Grupo Semillas de Vida

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