HAGAMOS QUE NUESTRA ESPERA SEA CORRECTA
Primero esperé crecer. Quería ser grande, y no pude disfrutar de ser pequeño. Después esperé el amor de mi vida, y cuando llegó, no me di cuenta de que ese era. Me alejé de Dios porque pensé que ÉL me había olvidado. No supe esperar las señales y entender que ÉL estaba a mi lado enseñándome el camino.
Hoy a más de la mitad de mi vida, desperté y me di cuenta, que a pesar de haber esperado sin saber qué esperaba, sólo Dios supo darme la paz y la tranquilidad que tanto ansiaba, y sobre todo mi fe que hoy es tan grande, que ya no espero, porque sé que todo llega a su debido momento, cuando Dios lo dispone, porque para ÉL, su tiempo no es mi tiempo.Entonces sé que vivo hoy y disfruto hoy, y cuando lleguen aquellas cosas que mi corazón desea, y que sólo Dios sabe dar, entonces voy a poder verlas y disfrutarlas sin dejarlas pasar esta vez.Nunca es tarde para abrir nuestros ojos y nuestros oídos a la dulce voz del Señor.
Y JAMÁS OLVIDES... Que tu presencia es un regalo para el mundo. Que eres una persona única y diferente a todas las demás. Que tu vida puede ser lo que tú quieres que sea. Vívela un día a la vez. Cuenta tus bendiciones, no tus problemas, y verás cómo irás saliendo adelante. Hay muchas respuestas dentro de ti. Compréndelas, sé valiente, sé fuerte.
No te impongas límites. Tus sueños están esperando hacerse realidad. No dejes tus decisiones importantes al azar. Esfuérzate por llegar a la cima, a tu meta, y a tu premio. Nada hace perder más energía que las preocupaciones. Mientras más tiempo llevas un problema, más pesado se vuelve. No te tomes las cosas demasiado en serio. Vive la vida con serenidad, no con lamentaciones.
Autor Desconocido
Todos nosotros buscamos nuestro bienestar general día a día. Pero en lugar de concentrarnos en las cosas positivas que deseamos nos sucedan, ponemos atención en los aspectos negativos que queremos evitar. Es decir, muy pocas veces pensamos en las formas de aumentar la felicidad, y en los mecanismos para conseguirlo.Es un poco ilógico, pero casi siempre pedimos lo que no queremos que nos suceda. Por ejemplo: Yo no quiero ser infeliz Yo no quiero perder mi trabajo
Yo no quiero ser un miserable
De esta manera tú terminas acentuando tu sentimiento de "miseria", en lugar de cultivar y dominar la alegría.
Esta es la manera correcta:
Yo quiero ser feliz
Yo quiero progresar en mi trabajo
Yo quiero tener éxito
Sólo así, sabrás entonces lo que buscas.
Recuerda que "Lo que dices recibes". Recuerda que un poco de amor puede durar mucho tiempo, y que mucho amor puede durar para siempre. Recuerda que la amistad es una sabia inversión y que los tesoros de la vida son la familia y los amigos.Que tengas salud, esperanza y felicidad. Tómate el tiempo para pedir un deseo a una estrella. Y no te olvides, ni por un día: ¡El ser tan especial que eres TÚ!
Autor Desconocido
miércoles, 14 de noviembre de 2007
lunes, 12 de noviembre de 2007
De mi a nosotros, Ron Baker
Creciendo desde la Consciencia del MI hacia la Conciencia de NOSOTROS
Por Ron Baker
Antes de compartir los detalles específicos sobre los eventos mundiales, queremos compartir algunas perspectivas que creemos que son claves para nuestra curación como planeta. El enfoque de este primer artículo será clarificar algunos de los principales problemas que todos compartimos en esta etapa de nuestro crecimiento y desarrollo.
Al aprender a observar al mundo desde la perspectiva de una humanidad común, creceremos finalmente hacia una comprensión más profunda de nuestro ser. Esto es vital, ya que el verdadero punto de poder siempre comienza en el SER.
La única forma en la que verdaderamente sanaremos y transformaremos las limitaciones de nuestro mundo, es conectándonos con la fuente de poder dentro del individuo. Esto surgirá conforme aprendamos a vernos a nosotros mismos con valor, con una honestidad y compasión más profundas. Ese valor necesita comenzar CONMIGO Y CONTIGO.
(Para poder compartir una gran cantidad de información con la mayor claridad posible, separaré las ideas principales en pequeñas secciones. Cada sección comenzará en ROJO. Los puntos clave importantes dentro de esas secciones serán enfatizados en AZUL más oscuro.)
Vivimos en un mundo que está insatisfecho en muchas formas.
Estamos entrando al final de la primera década de este nuevo milenio como un mundo con grandes síntomas de limitación, miedo y defensa que acompañan a la insatisfacció n. ¿Por qué pasa esto? Somos un mundo de personas que no sabe como satisfacer sus más profundas necesidades como individuos facultados. Las buenas noticias son que más que nunca antes, también somos un mundo que está buscando algo más.
¿Por qué no sabemos como satisfacer nuestras más profundas necesidades?
Lo primero que tenemos que considerar es que todos somos criaturas de comportamiento aprendido. Iniciamos como pequeños primitivos que primero aprenden y crecen imitando lo que se nos enseña o lo que nos es modelado. Dentro de ese proceso, nuestras elecciones solo pueden volverse tan sofisticadas, como lo permita la profundidad de nuestra enseñanza.
Por ejemplo, en nuestros primeros años todos estamos enfocados en aspectos y elecciones de supervivencia. Con el fin de movernos hacia elecciones superiores y más evolucionadas, primero tenemos que sentirnos seguros, confiar en el fundamento de esos niveles iniciales. Solo entonces podemos continuar en nuestro viaje para convertirnos en individuos con profundidad, con un verdadero sentido del ser en facultación.
Nuestro crecimiento hacia un sentido del ser, toma lugar principalmente conforme somos nutridos o cuidados a través de una serie de necesidades emergentes. Estas necesidades abarcan el desarrollo de los aspectos físicos, mentales, emocionales y espirituales de nuestras vidas.
Observemos un modelo sano de este proceso para obtener mayor claridad.
En el modelo sano, depende primero de nuestros padres satisfacer nuestras necesidades primitivas. Como infantes y niños que comienzan a caminar, no somos capaces de responder por nosotros mismos. Sin embargo, conforme comenzamos a crecer y confiamos en que estamos seguros y somos cuidados en el mundo, nuestros padres comienzan a enseñarnos como identificar nuestras propias necesidades. Entonces comenzamos a hacer elecciones primitivas por nosotros mismos, mientras continuamos siendo guiados a lo largo del camino. Entre más crecemos, más aprendemos a tomar responsabilidad por satisfacer nuestras necesidades por nosotros mismos y más profundamente. Esta es la forma como nos individualizamos con un sentido de poder personal.
Para el momento en que alcanzamos la madurez, este proceso de apoyo y cuidado, nos ha enseñado que satisfacer nuestras propias necesidades, es nuestra oportunidad divina y nuestro derecho.
Este despliegue saludable y natural también nos enseña a abrazar la vida un paso a la vez como un PROCESO. Al hacerlo, somos capaces de observar el milagro de cada individuo único, surgiendo paso a paso con una conciencia de su propio valor.
Un beneficio final de este modelo sano, es el hecho de que al crecer hacia la habilidad de satisfacer nuestras propias necesidades, respondiendo plenamente a nuestros sentimientos emergentes, sueños y visiones como individuo, creamos naturalmente un mundo de individuos facultados y valiosos, que están satisfechos interiormente. Una vez que un individuo confía en que la satisfacción es posible y natural, también comprende el beneficio de apoyar a otros en su proceso de crecimiento. Un mundo de "conciencia de NOSOTROS."
¿Por qué no hemos evolucionado hacia un mundo de opciones tan avanzadas y de individuos satisfechos?
Primero tenemos que comprender que el mundo evoluciona también a través de un proceso. La conciencia de masa siempre refleja las diversas etapas de ese crecimiento, muy parecido a un grupo grande de personas moviéndose de primer grado hacia el segundo y así sucesivamente. Cada una de esas etapas en nuestro planeta, generalmente dura alrededor de dos mil años. No tenemos que ir muy lejos para encontrar que hemos estado atrapados en las limitaciones de cierta etapa de nuestro desarrollo durante mucho tiempo.
Recuerden del modelo sano arriba, que la única forma en la que podemos movernos de una etapa a la otra, es sintiéndonos seguros en el fundamento que hemos construido en nuestro nivel más reciente.
Conforme observamos la realidad en la que nos encontramos en este momento, solo nos toma regresarnos una generación hacia nuestros padres, para ver cómo se han perpetuado nuestras limitaciones presentes. Todo se reduce al hecho de que nuestras necesidades no fueron satisfechas totalmente, porque nuestros padres fueron una vez niños a quienes no se les enseñó como identificar y satisfacer muchas de sus necesidades. Esto significa que no fueron capaces de construir un sentido del ser completo a nivel interno.
Dentro de esas limitaciones, hemos sido un mundo transmitiendo elecciones temerosas y conflictivas, generación tras generación. Esto ha dado como resultado un mundo que no se ha sentido lo suficientemente seguro, como para moverse hacia elecciones más evolucionadas - esto es aparente principalmente, alrededor de nuestras necesidades emocionales y espirituales.
Estas deficiencias nos han dejado con muchos hoyos adentro, atrapados, aparentemente, en ciertas etapas de la conciencia de supervivencia. Todo lo que nuestros padres podían hacer, era transmitirnos lo que sabían desde su experiencia. También necesitamos ver, sin embargo, que esto implicó pasarnos algunos conceptos profundos de miedo, defensa y limitación.
¿Por qué harían esto? La respuesta es simple. Las personas en supervivencia le tienen miedo al cambio.
Encontrando el valor para ver la verdad...
Con el fin de encontrar soluciones claras a nuestros retos presentes, necesitamos regresar al principio. La primera etapa de nuestra experiencia en la Tierra depende de que aprendamos a sentirnos seguros en el mundo. Esto comienza realmente con el aprendizaje de sentirnos seguros dentro de la familia.
Debido a que nacimos en un mundo de limitación, desarrollamos típicamente un sentido de lo que es seguro, al intentar encajar dentro de los límites que nuestros padres sentían que era seguro experimentar. Llamamos a esto sus zonas de comodidad. Estos límites en su mayoría han sido definidos por sus perspectivas de lo correcto y lo incorrecto, reforzadas por el premio y el castigo.
La mayoría de nosotros fue enseñado, que lo que sea que hiciéramos o expresáramos, que estuviera de acuerdo con las zonas de comodidad de nuestros padres, era "correcto." Cualquier cosa que detonara sentimientos y recuerdos, conectados con su dolor pasado, los sacaba de sus zonas de comodidad. Esto no era seguro para sus sistemas nerviosos heridos y era considerado "incorrecto" o inaceptable.
Siempre que éramos buenos (en la zona de comodidad), éramos premiados. En cualquier momento que estuviéramos en conflicto, fuimos corregidos, alentados a cambiar e incluso castigados hasta que aprendiéramos "la forma correcta." Esas limitaciones de premio y castigo se expandieron entonces hacia un sistema de premio y castigo eterno por los individuos en nuestros sistemas religiosos - basados en el mismo enfoque de supervivencia de dolor y motivación a través del miedo. Si éramos buenos, iríamos al Cielo. ¡Y si no...!
Es importante recordar que esas perspectivas de lo correcto e incorrecto fueron establecidas cuando éramos muy pequeños. Debido a que éramos totalmente dependientes de otros para nuestra supervivencia, esas perspectivas se anclaron profundamente en nuestro sistema nervioso. Un niño solo puede sentirse seguro cuando es aceptado en la familia, por lo que retar estas zonas de comodidad tempranas, solo lo pondrá cara a cara con un miedo al dolor, al castigo e incluso a la muerte.
Dentro de todo eso, no es de asombrarse que nunca hayamos aprendido a confiar en el proceso de crecimiento hacia nuestra individualidad, por medio del cuidado y del proceso de prueba y error. Tal como nuestros padres antes que nosotros, hemos permanecido temerosos hasta la médula, para considerar el cambio. Simplemente ha parecido demasiado arriesgado.
Existen cuatro efectos principales de este sistema que necesitamos ser capaces de identificar, con el fin de avanzar.
Primero, cuando nuestras necesidades resultaron insatisfechas, no nos sentimos a salvo. Una de las elecciones que comenzamos a hacer entonces para sobrevivir, implicó desarrollar capas de defensa y separación. Literalmente nos rodeamos con capas de armadura energética para compensar estas necesidades insatisfechas.
La segunda compensación principal, implicó desarrollar una máscara de quien creíamos que necesitábamos ser, para complacer a mamá y papá. Sin embargo, la realidad es que esto requirió que nos desconectáramos de partes vitales de nuestros seres auténticos, dejándonos con una profunda sensación de inseguridad y soledad.
Tercero, necesitamos comprender que debido a que mamá y papá no nos enseñaron a conectarnos con NOSOTROS MISMOS para satisfacer nuestras necesidades, hemos permanecido dependientes de ellos energéticamente - ¡incluso como adultos!
Esto se reduce al hecho de que internamente somos como niños heridos. Fuimos enseñados que alguien AFUERA de nosotros definiría nuestros límites y zonas de comodidad. Se nos enseñó a enfocarnos AFUERA de nosotros para obtener aceptación. Se nos enseñó a ver AFUERA de nosotros para tener un sentido de validación o aprobación. Esto provino del hecho de que en esas etapas primarias de nuestro desarrollo, alguien afuera de nosotros estaba a cargo de satisfacer nuestras necesidades y de asegurar nuestra supervivencia.
El resultado de estar atorados o congelados en esta etapa temprana de nuestro crecimiento, deja a nuestro sistema nervioso con la impresión, de que la fuente de nuestra seguridad y satisfacción debe estar AFUERA. Por lo que en muchas formas hemos permanecido como niños, esperando a que alguien afuera de nosotros mismos, nos de permiso para avanzar.
Esto quizá no tenga sentido para su lógica adulta. Y es debido a que hemos continuado creciendo y aprendiendo, después de salir de casa e incluso quizá creando otras familias.
Sin embargo, necesitamos comenzar a darnos cuenta de que nuestro sistema nervioso es como una computadora. Lo que pongamos en ese disco duro, es lo que aparece en la pantalla de nuestras vidas. Si solo hemos introducido una educación emocional de primer grado, esto es todo lo que podemos extraer de adentro. Cuando la computadora tiene programas de limitación y miedo, esta no borra mágicamente estas experiencias fundamentales, solo porque nuestra lógica crece.
Imaginen esto de esta forma. Cuando un niño va a primer año, todo es nuevo y un poco atemorizante. Sin embargo, pronto descubre que hay una persona grande detrás del escritorio - la maestra poderosa. Entonces el niño naturalmente busca a la maestra para sentirse a salvo. Imaginen que la maestra no dice nada de impacto. Nada de importancia se comparte o se enseña.
¿Creen que el niño va a reunir la información por si solo? ¿Creen que el niño se va a sentir seguro y cuidado, con sus necesidades de primer año, que surgen desde dentro de su pequeño y sagrado ser? ¿Creen que el niño realmente va a saber cuándo es el momento de moverse hacia el segundo año? ¿Creen que el niño va a abrazar la idea de que la escuela es un lugar seguro, donde lo cuidan para crecer y revelar su más profundo ser?
Entonces para efectos de claridad, imaginemos que lo que la maestra si comparte, es una lista muy clara de reglas de lo correcto e incorrecto. Digamos que la maestra no está cómoda con sus sentimientos o con su expresión creativa individual. Entonces ella va a suprimir esas partes del niño con la intención de sentirse segura. Ella hará esto pensando que es lo mejor para el niño - ya que es lo que a ella le da la ilusión de sus zonas de seguridad.
Es muy probable, que por medio de la imitación y el hábito, el niño simplemente se presente en su escritorio de primer año día tras día y año tras año. Continuará haciéndose mayor, pero sin una educación nutritiva, su sistema nervioso no sabrá cómo crecer. Y debido a que "la maestra poderosa" es lo más cercano que tiene a sentirse a salvo en la escuela, lo más seguro es que no se arriesgue a crear conflicto, rechazo o castigo.
El aprendizaje de confiar en nosotros mismos dentro del proceso de crecimiento, solo puede darse cuando nos sentimos a salvo, seguros. Sin esa confianza, todo nuestro enfoque permanece en el modo de supervivencia. Sin esa confianza y sentido de seguridad, no somos capaces de individualizarnos verdaderamente hacia nuestro propio poder y autonomía. Simplemente crecemos como gente mayor por afuera, pero seguimos buscando afuera de nosotros una dirección y un sentido del ser.
El problema principal es que nuestras necesidades internas siguen emergiendo a la hora prevista. Cuando no son satisfechas, simplemente acumulamos niveles más profundos de inseguridad y soledad. Afuera, podemos seguir satisfaciendo la máscara de lo que creemos que se requiere para mantener la paz y para evitar el conflicto. Pero adentro estamos gritando silenciosamente "¡HEY ¿Y QUE HAY DE MI?!"
"La Conciencia de Mi" en insatisfacció n.
El cuarto efecto de este sistema es el hecho de que buscar AFUERA de nosotros, en un intento por reemplazar nuestras necesidades insatisfechas, ha creado un mundo de adictos. En nuestro anhelo por reemplazos para nuestras necesidades insatisfechas, nos hemos convertido en "adictos de la gratificación. "
En nuestros mitos infantiles, hemos esperado que una casa más grande, un mejor coche, o cualquier otro número de cosas, nos daría un sentido del ser. Hemos esperado que lograr cierto nivel de estatus, nos daría un sentido de seguridad y valor. Hemos buscado y prácticamente hemos violado a nuestro planeta, hasta su propia amenaza de supervivencia, con la excusa de llenar el vacío.
Esta es una imagen muy desoladora de las limitaciones que hemos estado explorando y tratando de superar durante los últimos dos mil años. Hemos estado en una etapa de exploración de la dualidad, el conflicto y la limitación, creados por un sistema de correcto e incorrecto, premio y castigo.
Sin embargo, las maravillosas noticias son, que hemos alcanzado el momento para un paso evolutivo hacia la siguiente etapa de nuestra evolución y aprendizaje.
Y tenemos mucho que esperar, conforme aprendemos a acceder al tremendo beneficio de nuestro potencial sin explotar.
Es muy posible que se hayan vuelto conscientes, en los años recientes, de que estamos en un tiempo de cambio acelerado. Lo podemos ver sucediendo a nuestro alrededor. Pero la mayoría no se ha dado cuenta de que este es, literalmente, un salto de evolución intentando elevar la conciencia de masa.
La verdad es que las cosas están comenzando a cambiar en el interior de nuestras vidas, tanto como podemos verlas cambiando en el exterior. El reto, es que hemos aprendido a enfocarnos afuera, mientras suprimimos y evitamos mucho de lo que sucede adentro. Sin embargo, si estamos dispuestos a aprender cómo observar nuestras propias vidas con coraje, veremos que estamos siendo alentados energéticamente para despertar a nuestras necesidades auténticas una vez más ¡en formas nuevas y poderosas!
Esto requiere que despertemos y respondamos al niño herido interior. Ya podemos ver esto sucediendo, en el hecho de que más personas están buscando respuestas más profundas que nunca antes. Las personas han estado despertando al hecho de que nuestras viejas elecciones son claramente insatisfactorias. Las personas han estado admitiendo "El emperador está desnudo." Y las personas han estado buscando algo más.
Como planeta, estamos comenzando a movernos hacia la siguiente fase de nuestro aprendizaje y desarrollo. Conforme nos movemos en este nuevo milenio, hemos alcanzado un tiempo cuando el ALMA se está elevando desde las profundidades internas, para guiarnos hacia las siguientes capas de satisfacción y auto-facultació n. Ahora es el momento de reclamar la sagrada individualidad que dejamos atrás hace tanto tiempo.
¿Qué hacemos ahora?
Despertar es un proceso de iluminación interna, emitiendo luz en aquello que se ha mantenido durante mucho tiempo en la oscuridad interior. Este proceso de iluminación está muy ligado al proceso de des-ilusión.
1. Si vamos a crecer en el potencial exponencial de este tiempo de cambio, primero debemos reconocer los límites habituales de nuestras zonas de comodidad. En otras palabras, debemos estar dispuestos a enfrentar la ilusión del niño, de que el mundo está basado en nuestro sistema familiar de correcto e incorrecto, premio y castigo. Necesitamos darnos cuenta de que esta es solamente una perspectiva de miedo y control del niño.
La realidad adulta que necesitamos enfrentar, es que nuestras elecciones solo han construido un fuerte alrededor de nuestros seres internos heridos - el ser que fue enterrado en necesidades insatisfechas.
Hemos alcanzado ahora el momento para subir y salir de la programación de supervivencia de nuestras vidas. Estamos listos para un movimiento planetario hacia la energía de nuestros corazones, por primera vez en nuestra historia registrada.
Conforme comencemos a poner atención, veremos que ya se están llevando a cabo síntomas internos de cambio, conforme las cosas se calientan en la cocina.
2. Necesitamos responder a los sentimientos que están emergiendo, que retan los mitos de la zona de comodidad del niño interior. Aunque a la mayoría de nosotros no se nos enseñó a poner atención a la gran cantidad de cosas que están sucediendo adentro - durante años los sentimientos heridos, que siempre hemos sido capaces de reprimir para sobrevivir, están comenzando a elevarse desde la profundidad interna.
Como era de esperarse, muchas personas no han estado dispuestas a cambiar o a responder a esos sentimientos emergentes. Solo observen las grandes cantidades de personas que se han vuelto dependientes de las drogas, en un intento por alejarse del dolor. Ya sea que las personas estén consumiendo "anti-depresivos" o alcohol, o alguna otra forma de gratificación adictiva para distraerse y adormecerse, como un todo; no hemos estado preparados para responder y sentir.
Necesitamos simplemente información saludable y apoyo nutritivo de unos a los otros, conforme aprendemos a movernos fuera de nuestras zonas de comodidad congeladas, hacia una conciencia de que ya no somos niños que dependemos de "la gente grande" para nuestra supervivencia o satisfacción. Como adultos tenemos la habilidad para responder, para elegir sentir y para reconectar nuestras verdaderas profundidades sin ninguna amenaza.
3. Conforme vemos hacia dentro, necesitamos hacer un inventario rápido.
Pregúntate a ti mismo: "¿Estoy satisfecho? ¿Estoy en paz con la profundidad e intimidad de mi vida? ¿Tengo claro que yo soy un creador facultado de mi propia vida?
O "¿Soy regido por lo que me es familiar, temeroso de que el cambio solo me sacará de mi zona de comodidad? ¿Tengo miedo de que si cambio, me arriesgaré a ser castigado por estar equivocado? ¿Le tengo miedo a un Dios que demanda una lista muy similar de lo correcto e incorrecto, a la que me enseñaron mis padres?"
Esto les dará un lugar amplio para comenzar a observar su vida con honestidad y compasión.
4. Finalmente, conforme avanzamos, necesitamos hacer algunas elecciones claras sobre lo que nos sirve y lo que ya no nos sirve.
Podemos continuar en las elecciones limitantes de buscar afuera la gratificación, o podemos finalmente tomar el sendero de la satisfacción interna con herramientas claras y saludables - ¡y aprender cómo hacer lo que es lo más natural!
Las energías de la evolución natural, continuarán incrementándose en los próximos meses y años - haciendo más aparente que nunca, que nuestras elecciones han sido vacías e insatisfactorias. Las poderosas energías que se han comenzado a mover, continuarán motivando e incluso forzando el cambio en nuestro mundo. Podemos aprender a navegar la nueva y emocionante ola del cambio, o tendremos que pelear y defendernos en un intento por permanecer en la zona de comodidad.
Podemos ver a los individuos y a los grupos en nuestro mundo, entrando en una lucha más profunda en este tiempo de cambio, tal como el conflicto incrementado entre los Israelíes y los Palestinos. Esto no hará nada más que recordarnos, que pelear por MI que está insatisfecho nunca funcionará. Sin embargo, ayudará el comenzar a darnos cuenta de que somos un mundo de individuos temerosos e insatisfechos, que están tratando de imponer al mundo sus ideas limitadas de lo correcto e incorrecto.
Necesitamos ver que lo que hemos estado haciendo es tratando de cambiar, controlar o castigar, a otros que no están de acuerdo con nuestras zonas de comodidad de lo correcto e incorrecto. Como niños fieles a lo que se nos enseñó, hemos intentado cambiarlos a "ELLOS" para poder sentirnos seguros. Nos hemos convertido en los padres limitados que no saben como ver hacia dentro, para reclamar sus verdaderas necesidades como individuos. Solo cuando aprendemos cómo valorar y responder a nuestra propia individualidad, seremos capaces de unirnos como un mundo en una conciencia de NOSOTROS.
La conciencia de supervivencia cree que debe tener un enemigo.
Este es un tiempo en el que nuestra conciencia está despertando, para que podamos crecer más allá de un enfoque externo, tratando de gratificarme a MI a expensas de una visión más satisfactoria. Es el momento para descubrir que estamos muy bien equipados para responder a la vida como adultos facultados y compasivos - un paso a la vez.
Es momento para mirar adentro, para que podamos aprender a confiar y a satisfacer. Entonces podremos seguir creando un mundo en donde nos tendamos la mano y nos motivemos unos a los otros.
Encaminarnos hacia el privilegio de la "conciencia de NOSOTROS", nos permite darnos cuenta de que en el fondo todos somos lo mismo. Todos tenemos las mismas necesidades básicas. Todos tenemos un profundo deseo de amar - ya que esto es lo más natural.
Conciencia de NOSOTROS. Uno para Todos y Todos para Uno - el Uno que se conoce a sí mismo y el Uno que se celebra a sí mismo y ¡el Uno que se satisface a si mismo!
Así Sea.
Este es el primero de muchos artículos por venir. Esperamos que compartan estas ideas con aquellos que aman. Tiendan una mano y alienten a las personas a considerar estas cosas, porque el cambio interno y externo solo ha comenzado a acelerar y transformar al mundo como lo hemos conocido hasta hoy. Y depende de cada uno de nosotros y de nuestras elecciones diarias el crear un "nuevo mundo de conciencia de NOSOTROS" un paso y etapa a la vez.
Mucha gente ha vivido en la noción infantil de que no tenemos un verdadero impacto en el gran ámbito de las cosas. ¡Pero hemos estado muy equivocados!
Así que averigüen cómo pueden comenzar a dar pasos anclados hacia la facultación, hacia la creación de un mundo en curación...Traducción al español: Claudia CuestaNota del traductor: Estas traducciones están registradas en derechos de autor, está prohibido su uso con fines de lucro.
Por Ron Baker
Antes de compartir los detalles específicos sobre los eventos mundiales, queremos compartir algunas perspectivas que creemos que son claves para nuestra curación como planeta. El enfoque de este primer artículo será clarificar algunos de los principales problemas que todos compartimos en esta etapa de nuestro crecimiento y desarrollo.
Al aprender a observar al mundo desde la perspectiva de una humanidad común, creceremos finalmente hacia una comprensión más profunda de nuestro ser. Esto es vital, ya que el verdadero punto de poder siempre comienza en el SER.
La única forma en la que verdaderamente sanaremos y transformaremos las limitaciones de nuestro mundo, es conectándonos con la fuente de poder dentro del individuo. Esto surgirá conforme aprendamos a vernos a nosotros mismos con valor, con una honestidad y compasión más profundas. Ese valor necesita comenzar CONMIGO Y CONTIGO.
(Para poder compartir una gran cantidad de información con la mayor claridad posible, separaré las ideas principales en pequeñas secciones. Cada sección comenzará en ROJO. Los puntos clave importantes dentro de esas secciones serán enfatizados en AZUL más oscuro.)
Vivimos en un mundo que está insatisfecho en muchas formas.
Estamos entrando al final de la primera década de este nuevo milenio como un mundo con grandes síntomas de limitación, miedo y defensa que acompañan a la insatisfacció n. ¿Por qué pasa esto? Somos un mundo de personas que no sabe como satisfacer sus más profundas necesidades como individuos facultados. Las buenas noticias son que más que nunca antes, también somos un mundo que está buscando algo más.
¿Por qué no sabemos como satisfacer nuestras más profundas necesidades?
Lo primero que tenemos que considerar es que todos somos criaturas de comportamiento aprendido. Iniciamos como pequeños primitivos que primero aprenden y crecen imitando lo que se nos enseña o lo que nos es modelado. Dentro de ese proceso, nuestras elecciones solo pueden volverse tan sofisticadas, como lo permita la profundidad de nuestra enseñanza.
Por ejemplo, en nuestros primeros años todos estamos enfocados en aspectos y elecciones de supervivencia. Con el fin de movernos hacia elecciones superiores y más evolucionadas, primero tenemos que sentirnos seguros, confiar en el fundamento de esos niveles iniciales. Solo entonces podemos continuar en nuestro viaje para convertirnos en individuos con profundidad, con un verdadero sentido del ser en facultación.
Nuestro crecimiento hacia un sentido del ser, toma lugar principalmente conforme somos nutridos o cuidados a través de una serie de necesidades emergentes. Estas necesidades abarcan el desarrollo de los aspectos físicos, mentales, emocionales y espirituales de nuestras vidas.
Observemos un modelo sano de este proceso para obtener mayor claridad.
En el modelo sano, depende primero de nuestros padres satisfacer nuestras necesidades primitivas. Como infantes y niños que comienzan a caminar, no somos capaces de responder por nosotros mismos. Sin embargo, conforme comenzamos a crecer y confiamos en que estamos seguros y somos cuidados en el mundo, nuestros padres comienzan a enseñarnos como identificar nuestras propias necesidades. Entonces comenzamos a hacer elecciones primitivas por nosotros mismos, mientras continuamos siendo guiados a lo largo del camino. Entre más crecemos, más aprendemos a tomar responsabilidad por satisfacer nuestras necesidades por nosotros mismos y más profundamente. Esta es la forma como nos individualizamos con un sentido de poder personal.
Para el momento en que alcanzamos la madurez, este proceso de apoyo y cuidado, nos ha enseñado que satisfacer nuestras propias necesidades, es nuestra oportunidad divina y nuestro derecho.
Este despliegue saludable y natural también nos enseña a abrazar la vida un paso a la vez como un PROCESO. Al hacerlo, somos capaces de observar el milagro de cada individuo único, surgiendo paso a paso con una conciencia de su propio valor.
Un beneficio final de este modelo sano, es el hecho de que al crecer hacia la habilidad de satisfacer nuestras propias necesidades, respondiendo plenamente a nuestros sentimientos emergentes, sueños y visiones como individuo, creamos naturalmente un mundo de individuos facultados y valiosos, que están satisfechos interiormente. Una vez que un individuo confía en que la satisfacción es posible y natural, también comprende el beneficio de apoyar a otros en su proceso de crecimiento. Un mundo de "conciencia de NOSOTROS."
¿Por qué no hemos evolucionado hacia un mundo de opciones tan avanzadas y de individuos satisfechos?
Primero tenemos que comprender que el mundo evoluciona también a través de un proceso. La conciencia de masa siempre refleja las diversas etapas de ese crecimiento, muy parecido a un grupo grande de personas moviéndose de primer grado hacia el segundo y así sucesivamente. Cada una de esas etapas en nuestro planeta, generalmente dura alrededor de dos mil años. No tenemos que ir muy lejos para encontrar que hemos estado atrapados en las limitaciones de cierta etapa de nuestro desarrollo durante mucho tiempo.
Recuerden del modelo sano arriba, que la única forma en la que podemos movernos de una etapa a la otra, es sintiéndonos seguros en el fundamento que hemos construido en nuestro nivel más reciente.
Conforme observamos la realidad en la que nos encontramos en este momento, solo nos toma regresarnos una generación hacia nuestros padres, para ver cómo se han perpetuado nuestras limitaciones presentes. Todo se reduce al hecho de que nuestras necesidades no fueron satisfechas totalmente, porque nuestros padres fueron una vez niños a quienes no se les enseñó como identificar y satisfacer muchas de sus necesidades. Esto significa que no fueron capaces de construir un sentido del ser completo a nivel interno.
Dentro de esas limitaciones, hemos sido un mundo transmitiendo elecciones temerosas y conflictivas, generación tras generación. Esto ha dado como resultado un mundo que no se ha sentido lo suficientemente seguro, como para moverse hacia elecciones más evolucionadas - esto es aparente principalmente, alrededor de nuestras necesidades emocionales y espirituales.
Estas deficiencias nos han dejado con muchos hoyos adentro, atrapados, aparentemente, en ciertas etapas de la conciencia de supervivencia. Todo lo que nuestros padres podían hacer, era transmitirnos lo que sabían desde su experiencia. También necesitamos ver, sin embargo, que esto implicó pasarnos algunos conceptos profundos de miedo, defensa y limitación.
¿Por qué harían esto? La respuesta es simple. Las personas en supervivencia le tienen miedo al cambio.
Encontrando el valor para ver la verdad...
Con el fin de encontrar soluciones claras a nuestros retos presentes, necesitamos regresar al principio. La primera etapa de nuestra experiencia en la Tierra depende de que aprendamos a sentirnos seguros en el mundo. Esto comienza realmente con el aprendizaje de sentirnos seguros dentro de la familia.
Debido a que nacimos en un mundo de limitación, desarrollamos típicamente un sentido de lo que es seguro, al intentar encajar dentro de los límites que nuestros padres sentían que era seguro experimentar. Llamamos a esto sus zonas de comodidad. Estos límites en su mayoría han sido definidos por sus perspectivas de lo correcto y lo incorrecto, reforzadas por el premio y el castigo.
La mayoría de nosotros fue enseñado, que lo que sea que hiciéramos o expresáramos, que estuviera de acuerdo con las zonas de comodidad de nuestros padres, era "correcto." Cualquier cosa que detonara sentimientos y recuerdos, conectados con su dolor pasado, los sacaba de sus zonas de comodidad. Esto no era seguro para sus sistemas nerviosos heridos y era considerado "incorrecto" o inaceptable.
Siempre que éramos buenos (en la zona de comodidad), éramos premiados. En cualquier momento que estuviéramos en conflicto, fuimos corregidos, alentados a cambiar e incluso castigados hasta que aprendiéramos "la forma correcta." Esas limitaciones de premio y castigo se expandieron entonces hacia un sistema de premio y castigo eterno por los individuos en nuestros sistemas religiosos - basados en el mismo enfoque de supervivencia de dolor y motivación a través del miedo. Si éramos buenos, iríamos al Cielo. ¡Y si no...!
Es importante recordar que esas perspectivas de lo correcto e incorrecto fueron establecidas cuando éramos muy pequeños. Debido a que éramos totalmente dependientes de otros para nuestra supervivencia, esas perspectivas se anclaron profundamente en nuestro sistema nervioso. Un niño solo puede sentirse seguro cuando es aceptado en la familia, por lo que retar estas zonas de comodidad tempranas, solo lo pondrá cara a cara con un miedo al dolor, al castigo e incluso a la muerte.
Dentro de todo eso, no es de asombrarse que nunca hayamos aprendido a confiar en el proceso de crecimiento hacia nuestra individualidad, por medio del cuidado y del proceso de prueba y error. Tal como nuestros padres antes que nosotros, hemos permanecido temerosos hasta la médula, para considerar el cambio. Simplemente ha parecido demasiado arriesgado.
Existen cuatro efectos principales de este sistema que necesitamos ser capaces de identificar, con el fin de avanzar.
Primero, cuando nuestras necesidades resultaron insatisfechas, no nos sentimos a salvo. Una de las elecciones que comenzamos a hacer entonces para sobrevivir, implicó desarrollar capas de defensa y separación. Literalmente nos rodeamos con capas de armadura energética para compensar estas necesidades insatisfechas.
La segunda compensación principal, implicó desarrollar una máscara de quien creíamos que necesitábamos ser, para complacer a mamá y papá. Sin embargo, la realidad es que esto requirió que nos desconectáramos de partes vitales de nuestros seres auténticos, dejándonos con una profunda sensación de inseguridad y soledad.
Tercero, necesitamos comprender que debido a que mamá y papá no nos enseñaron a conectarnos con NOSOTROS MISMOS para satisfacer nuestras necesidades, hemos permanecido dependientes de ellos energéticamente - ¡incluso como adultos!
Esto se reduce al hecho de que internamente somos como niños heridos. Fuimos enseñados que alguien AFUERA de nosotros definiría nuestros límites y zonas de comodidad. Se nos enseñó a enfocarnos AFUERA de nosotros para obtener aceptación. Se nos enseñó a ver AFUERA de nosotros para tener un sentido de validación o aprobación. Esto provino del hecho de que en esas etapas primarias de nuestro desarrollo, alguien afuera de nosotros estaba a cargo de satisfacer nuestras necesidades y de asegurar nuestra supervivencia.
El resultado de estar atorados o congelados en esta etapa temprana de nuestro crecimiento, deja a nuestro sistema nervioso con la impresión, de que la fuente de nuestra seguridad y satisfacción debe estar AFUERA. Por lo que en muchas formas hemos permanecido como niños, esperando a que alguien afuera de nosotros mismos, nos de permiso para avanzar.
Esto quizá no tenga sentido para su lógica adulta. Y es debido a que hemos continuado creciendo y aprendiendo, después de salir de casa e incluso quizá creando otras familias.
Sin embargo, necesitamos comenzar a darnos cuenta de que nuestro sistema nervioso es como una computadora. Lo que pongamos en ese disco duro, es lo que aparece en la pantalla de nuestras vidas. Si solo hemos introducido una educación emocional de primer grado, esto es todo lo que podemos extraer de adentro. Cuando la computadora tiene programas de limitación y miedo, esta no borra mágicamente estas experiencias fundamentales, solo porque nuestra lógica crece.
Imaginen esto de esta forma. Cuando un niño va a primer año, todo es nuevo y un poco atemorizante. Sin embargo, pronto descubre que hay una persona grande detrás del escritorio - la maestra poderosa. Entonces el niño naturalmente busca a la maestra para sentirse a salvo. Imaginen que la maestra no dice nada de impacto. Nada de importancia se comparte o se enseña.
¿Creen que el niño va a reunir la información por si solo? ¿Creen que el niño se va a sentir seguro y cuidado, con sus necesidades de primer año, que surgen desde dentro de su pequeño y sagrado ser? ¿Creen que el niño realmente va a saber cuándo es el momento de moverse hacia el segundo año? ¿Creen que el niño va a abrazar la idea de que la escuela es un lugar seguro, donde lo cuidan para crecer y revelar su más profundo ser?
Entonces para efectos de claridad, imaginemos que lo que la maestra si comparte, es una lista muy clara de reglas de lo correcto e incorrecto. Digamos que la maestra no está cómoda con sus sentimientos o con su expresión creativa individual. Entonces ella va a suprimir esas partes del niño con la intención de sentirse segura. Ella hará esto pensando que es lo mejor para el niño - ya que es lo que a ella le da la ilusión de sus zonas de seguridad.
Es muy probable, que por medio de la imitación y el hábito, el niño simplemente se presente en su escritorio de primer año día tras día y año tras año. Continuará haciéndose mayor, pero sin una educación nutritiva, su sistema nervioso no sabrá cómo crecer. Y debido a que "la maestra poderosa" es lo más cercano que tiene a sentirse a salvo en la escuela, lo más seguro es que no se arriesgue a crear conflicto, rechazo o castigo.
El aprendizaje de confiar en nosotros mismos dentro del proceso de crecimiento, solo puede darse cuando nos sentimos a salvo, seguros. Sin esa confianza, todo nuestro enfoque permanece en el modo de supervivencia. Sin esa confianza y sentido de seguridad, no somos capaces de individualizarnos verdaderamente hacia nuestro propio poder y autonomía. Simplemente crecemos como gente mayor por afuera, pero seguimos buscando afuera de nosotros una dirección y un sentido del ser.
El problema principal es que nuestras necesidades internas siguen emergiendo a la hora prevista. Cuando no son satisfechas, simplemente acumulamos niveles más profundos de inseguridad y soledad. Afuera, podemos seguir satisfaciendo la máscara de lo que creemos que se requiere para mantener la paz y para evitar el conflicto. Pero adentro estamos gritando silenciosamente "¡HEY ¿Y QUE HAY DE MI?!"
"La Conciencia de Mi" en insatisfacció n.
El cuarto efecto de este sistema es el hecho de que buscar AFUERA de nosotros, en un intento por reemplazar nuestras necesidades insatisfechas, ha creado un mundo de adictos. En nuestro anhelo por reemplazos para nuestras necesidades insatisfechas, nos hemos convertido en "adictos de la gratificación. "
En nuestros mitos infantiles, hemos esperado que una casa más grande, un mejor coche, o cualquier otro número de cosas, nos daría un sentido del ser. Hemos esperado que lograr cierto nivel de estatus, nos daría un sentido de seguridad y valor. Hemos buscado y prácticamente hemos violado a nuestro planeta, hasta su propia amenaza de supervivencia, con la excusa de llenar el vacío.
Esta es una imagen muy desoladora de las limitaciones que hemos estado explorando y tratando de superar durante los últimos dos mil años. Hemos estado en una etapa de exploración de la dualidad, el conflicto y la limitación, creados por un sistema de correcto e incorrecto, premio y castigo.
Sin embargo, las maravillosas noticias son, que hemos alcanzado el momento para un paso evolutivo hacia la siguiente etapa de nuestra evolución y aprendizaje.
Y tenemos mucho que esperar, conforme aprendemos a acceder al tremendo beneficio de nuestro potencial sin explotar.
Es muy posible que se hayan vuelto conscientes, en los años recientes, de que estamos en un tiempo de cambio acelerado. Lo podemos ver sucediendo a nuestro alrededor. Pero la mayoría no se ha dado cuenta de que este es, literalmente, un salto de evolución intentando elevar la conciencia de masa.
La verdad es que las cosas están comenzando a cambiar en el interior de nuestras vidas, tanto como podemos verlas cambiando en el exterior. El reto, es que hemos aprendido a enfocarnos afuera, mientras suprimimos y evitamos mucho de lo que sucede adentro. Sin embargo, si estamos dispuestos a aprender cómo observar nuestras propias vidas con coraje, veremos que estamos siendo alentados energéticamente para despertar a nuestras necesidades auténticas una vez más ¡en formas nuevas y poderosas!
Esto requiere que despertemos y respondamos al niño herido interior. Ya podemos ver esto sucediendo, en el hecho de que más personas están buscando respuestas más profundas que nunca antes. Las personas han estado despertando al hecho de que nuestras viejas elecciones son claramente insatisfactorias. Las personas han estado admitiendo "El emperador está desnudo." Y las personas han estado buscando algo más.
Como planeta, estamos comenzando a movernos hacia la siguiente fase de nuestro aprendizaje y desarrollo. Conforme nos movemos en este nuevo milenio, hemos alcanzado un tiempo cuando el ALMA se está elevando desde las profundidades internas, para guiarnos hacia las siguientes capas de satisfacción y auto-facultació n. Ahora es el momento de reclamar la sagrada individualidad que dejamos atrás hace tanto tiempo.
¿Qué hacemos ahora?
Despertar es un proceso de iluminación interna, emitiendo luz en aquello que se ha mantenido durante mucho tiempo en la oscuridad interior. Este proceso de iluminación está muy ligado al proceso de des-ilusión.
1. Si vamos a crecer en el potencial exponencial de este tiempo de cambio, primero debemos reconocer los límites habituales de nuestras zonas de comodidad. En otras palabras, debemos estar dispuestos a enfrentar la ilusión del niño, de que el mundo está basado en nuestro sistema familiar de correcto e incorrecto, premio y castigo. Necesitamos darnos cuenta de que esta es solamente una perspectiva de miedo y control del niño.
La realidad adulta que necesitamos enfrentar, es que nuestras elecciones solo han construido un fuerte alrededor de nuestros seres internos heridos - el ser que fue enterrado en necesidades insatisfechas.
Hemos alcanzado ahora el momento para subir y salir de la programación de supervivencia de nuestras vidas. Estamos listos para un movimiento planetario hacia la energía de nuestros corazones, por primera vez en nuestra historia registrada.
Conforme comencemos a poner atención, veremos que ya se están llevando a cabo síntomas internos de cambio, conforme las cosas se calientan en la cocina.
2. Necesitamos responder a los sentimientos que están emergiendo, que retan los mitos de la zona de comodidad del niño interior. Aunque a la mayoría de nosotros no se nos enseñó a poner atención a la gran cantidad de cosas que están sucediendo adentro - durante años los sentimientos heridos, que siempre hemos sido capaces de reprimir para sobrevivir, están comenzando a elevarse desde la profundidad interna.
Como era de esperarse, muchas personas no han estado dispuestas a cambiar o a responder a esos sentimientos emergentes. Solo observen las grandes cantidades de personas que se han vuelto dependientes de las drogas, en un intento por alejarse del dolor. Ya sea que las personas estén consumiendo "anti-depresivos" o alcohol, o alguna otra forma de gratificación adictiva para distraerse y adormecerse, como un todo; no hemos estado preparados para responder y sentir.
Necesitamos simplemente información saludable y apoyo nutritivo de unos a los otros, conforme aprendemos a movernos fuera de nuestras zonas de comodidad congeladas, hacia una conciencia de que ya no somos niños que dependemos de "la gente grande" para nuestra supervivencia o satisfacción. Como adultos tenemos la habilidad para responder, para elegir sentir y para reconectar nuestras verdaderas profundidades sin ninguna amenaza.
3. Conforme vemos hacia dentro, necesitamos hacer un inventario rápido.
Pregúntate a ti mismo: "¿Estoy satisfecho? ¿Estoy en paz con la profundidad e intimidad de mi vida? ¿Tengo claro que yo soy un creador facultado de mi propia vida?
O "¿Soy regido por lo que me es familiar, temeroso de que el cambio solo me sacará de mi zona de comodidad? ¿Tengo miedo de que si cambio, me arriesgaré a ser castigado por estar equivocado? ¿Le tengo miedo a un Dios que demanda una lista muy similar de lo correcto e incorrecto, a la que me enseñaron mis padres?"
Esto les dará un lugar amplio para comenzar a observar su vida con honestidad y compasión.
4. Finalmente, conforme avanzamos, necesitamos hacer algunas elecciones claras sobre lo que nos sirve y lo que ya no nos sirve.
Podemos continuar en las elecciones limitantes de buscar afuera la gratificación, o podemos finalmente tomar el sendero de la satisfacción interna con herramientas claras y saludables - ¡y aprender cómo hacer lo que es lo más natural!
Las energías de la evolución natural, continuarán incrementándose en los próximos meses y años - haciendo más aparente que nunca, que nuestras elecciones han sido vacías e insatisfactorias. Las poderosas energías que se han comenzado a mover, continuarán motivando e incluso forzando el cambio en nuestro mundo. Podemos aprender a navegar la nueva y emocionante ola del cambio, o tendremos que pelear y defendernos en un intento por permanecer en la zona de comodidad.
Podemos ver a los individuos y a los grupos en nuestro mundo, entrando en una lucha más profunda en este tiempo de cambio, tal como el conflicto incrementado entre los Israelíes y los Palestinos. Esto no hará nada más que recordarnos, que pelear por MI que está insatisfecho nunca funcionará. Sin embargo, ayudará el comenzar a darnos cuenta de que somos un mundo de individuos temerosos e insatisfechos, que están tratando de imponer al mundo sus ideas limitadas de lo correcto e incorrecto.
Necesitamos ver que lo que hemos estado haciendo es tratando de cambiar, controlar o castigar, a otros que no están de acuerdo con nuestras zonas de comodidad de lo correcto e incorrecto. Como niños fieles a lo que se nos enseñó, hemos intentado cambiarlos a "ELLOS" para poder sentirnos seguros. Nos hemos convertido en los padres limitados que no saben como ver hacia dentro, para reclamar sus verdaderas necesidades como individuos. Solo cuando aprendemos cómo valorar y responder a nuestra propia individualidad, seremos capaces de unirnos como un mundo en una conciencia de NOSOTROS.
La conciencia de supervivencia cree que debe tener un enemigo.
Este es un tiempo en el que nuestra conciencia está despertando, para que podamos crecer más allá de un enfoque externo, tratando de gratificarme a MI a expensas de una visión más satisfactoria. Es el momento para descubrir que estamos muy bien equipados para responder a la vida como adultos facultados y compasivos - un paso a la vez.
Es momento para mirar adentro, para que podamos aprender a confiar y a satisfacer. Entonces podremos seguir creando un mundo en donde nos tendamos la mano y nos motivemos unos a los otros.
Encaminarnos hacia el privilegio de la "conciencia de NOSOTROS", nos permite darnos cuenta de que en el fondo todos somos lo mismo. Todos tenemos las mismas necesidades básicas. Todos tenemos un profundo deseo de amar - ya que esto es lo más natural.
Conciencia de NOSOTROS. Uno para Todos y Todos para Uno - el Uno que se conoce a sí mismo y el Uno que se celebra a sí mismo y ¡el Uno que se satisface a si mismo!
Así Sea.
Este es el primero de muchos artículos por venir. Esperamos que compartan estas ideas con aquellos que aman. Tiendan una mano y alienten a las personas a considerar estas cosas, porque el cambio interno y externo solo ha comenzado a acelerar y transformar al mundo como lo hemos conocido hasta hoy. Y depende de cada uno de nosotros y de nuestras elecciones diarias el crear un "nuevo mundo de conciencia de NOSOTROS" un paso y etapa a la vez.
Mucha gente ha vivido en la noción infantil de que no tenemos un verdadero impacto en el gran ámbito de las cosas. ¡Pero hemos estado muy equivocados!
Así que averigüen cómo pueden comenzar a dar pasos anclados hacia la facultación, hacia la creación de un mundo en curación...Traducción al español: Claudia CuestaNota del traductor: Estas traducciones están registradas en derechos de autor, está prohibido su uso con fines de lucro.
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conmigo y contigo,
donde estas mi otra parte?
domingo, 11 de noviembre de 2007
Ayudemos a Tabasco
Qué me toca hacer?
Por Gaby Vargas publicado en el Diario de Yucatán 11-11-2007.
Pablito, de dos años de edad, arde en calentura. Los coches no avanzan ni un milímetro el domingo, en la carretera México-Toluca saturada de vacacionistas que, después del puente, intentamos regresar a ciudad de México.¡Qué impotencia! No traemos medicinas, no hay manera de llevarlo a doctor alguno y el bebé, lánguido, ya no tiene fuerzas ni para quejarse.Mientras los papás y los abuelos vivimos con angustia esos momentos, siento en carne propia una probada mínima, ínfima, de los dramas que deben estar sufriendo los habitantes de los estados de Tabasco y Chiapas. Vienen a mi mente las mujeres que, quizá, en estos días dan a luz sobre el techo de sus casas. El desconsuelo que se debe sentir al tener un padre anciano, una hermana, un hijo enfermos sin esperanza alguna de ser tratados. Mi angustia, de inmediato, se dimensiona. Una tragedia de esta magnitud nos ayuda a darle importancia sólo a las cosas relevantes y a disfrutar más de la vida. Es increíble lo olvidadizos que los humanos podemos ser para apreciar lo cotidiano, cuando no sufrimos en carne propia el despojo y el sentimiento de orfandad.Al apagar los noticiarios nocturnos, cómo valoro meterme en una cama seca y caliente, cómo aprecio el fluir del agua en la regadera con sólo manipular la llave a voluntad… Pero, sobre todo, cómo me conforta pensar que Pablito, mientras yo escribo esto, ya está en plena recuperación. Entonces, un sentimiento de gratitud me invade ante las bendiciones recibidas.¿Qué diría Víctor Frankl, el padre de la Logoterapia, esta disciplina que nos enseña a darle sentido a la vida y en especial al dolor, sobre la tragedia de Tabasco y Chiapas? ¿Habrá palabras de consuelo cuando lo has perdido todo? Según Frankl, el dolor contiene las semillas del crecimiento, porque nos obliga a sacar lo mejor de nosotros mismos: el amor a los demás, la compasión al comprender el dolor ajeno, y la generosidad. Y la generosidad es lo primero que, en estos casos, aflora en todos los mexicanos, porque podemos carecer de muchas cualidades, menos de ésta. Frank, al respecto, tiene una frase contundente: “Yo no actúo ante algo por ser lo que soy, sino que llego a ser lo que soy por como actúo ante las cosas”.Sólo cuando hemos sentido lo que es un dolor de muela, podemos entender lo que siente el otro cuando está afectado por lo mismo, así como, al perder a un ser querido, alcanzamos a comprender a quien también lo pierde. Cuando no lo hemos padecido, es más fácil que el egoísmo aflore o que las pequeñeces frustren nuestro panorama. El dolor es parte de la vida, y la única manera de no sufrir es no vivir; sin embargo, somos más fuertes de lo que creemos y podemos resistir más de lo que jamás imaginamos. Frankl afirma que “no es la carga la que nos vence, sino el modo en que la llevamos”. Nadie desea sufrir pero, cuando estamos ante una circunstancia que no podemos cambiar, entonces somos nosotros los que tenemos que cambiar. Esto es lo que nos hace crecer. El dolor, según Frankl, puede ser de tres maneras: físico (enfermedades), psíquico (sufrimiento), y social (soledad). En este momento, la gente de Chiapas y Tabasco vive los tres tipos de dolor. ¿De qué nos podemos quejar nosotros? El dolor existe para ser vivido, y sólo encontrándole sentido lo podemos trascender, porque este sentimiento, cuando es estéril, carece de todo sentido.Si no somos capaces de explicar algún dolor que nos pellizca el alma, como las muertes absurdas que por actos de corrupción se pudieron evitar en estos estados, si no tenemos los medios para impedir la tragedia, lo que podemos hacer es ir más allá de la simple pregunta “¿Por qué pasó?”. Aunque no quisiera estar en los zapatos de los gobernadores responsables, lo que sí podemos hacer es plantearnos el interrogante: “Ahora, ¿qué haré yo ante esto?” Y, a manera de Víctor Frankl, “No le preguntes a la vida: respóndele”. Deposita tu donativo en la cuenta de Banorte 055639128-1 sucursal 0681 a nombre de: Asociación Gilberto, A.C.
Por Gaby Vargas publicado en el Diario de Yucatán 11-11-2007.
Pablito, de dos años de edad, arde en calentura. Los coches no avanzan ni un milímetro el domingo, en la carretera México-Toluca saturada de vacacionistas que, después del puente, intentamos regresar a ciudad de México.¡Qué impotencia! No traemos medicinas, no hay manera de llevarlo a doctor alguno y el bebé, lánguido, ya no tiene fuerzas ni para quejarse.Mientras los papás y los abuelos vivimos con angustia esos momentos, siento en carne propia una probada mínima, ínfima, de los dramas que deben estar sufriendo los habitantes de los estados de Tabasco y Chiapas. Vienen a mi mente las mujeres que, quizá, en estos días dan a luz sobre el techo de sus casas. El desconsuelo que se debe sentir al tener un padre anciano, una hermana, un hijo enfermos sin esperanza alguna de ser tratados. Mi angustia, de inmediato, se dimensiona. Una tragedia de esta magnitud nos ayuda a darle importancia sólo a las cosas relevantes y a disfrutar más de la vida. Es increíble lo olvidadizos que los humanos podemos ser para apreciar lo cotidiano, cuando no sufrimos en carne propia el despojo y el sentimiento de orfandad.Al apagar los noticiarios nocturnos, cómo valoro meterme en una cama seca y caliente, cómo aprecio el fluir del agua en la regadera con sólo manipular la llave a voluntad… Pero, sobre todo, cómo me conforta pensar que Pablito, mientras yo escribo esto, ya está en plena recuperación. Entonces, un sentimiento de gratitud me invade ante las bendiciones recibidas.¿Qué diría Víctor Frankl, el padre de la Logoterapia, esta disciplina que nos enseña a darle sentido a la vida y en especial al dolor, sobre la tragedia de Tabasco y Chiapas? ¿Habrá palabras de consuelo cuando lo has perdido todo? Según Frankl, el dolor contiene las semillas del crecimiento, porque nos obliga a sacar lo mejor de nosotros mismos: el amor a los demás, la compasión al comprender el dolor ajeno, y la generosidad. Y la generosidad es lo primero que, en estos casos, aflora en todos los mexicanos, porque podemos carecer de muchas cualidades, menos de ésta. Frank, al respecto, tiene una frase contundente: “Yo no actúo ante algo por ser lo que soy, sino que llego a ser lo que soy por como actúo ante las cosas”.Sólo cuando hemos sentido lo que es un dolor de muela, podemos entender lo que siente el otro cuando está afectado por lo mismo, así como, al perder a un ser querido, alcanzamos a comprender a quien también lo pierde. Cuando no lo hemos padecido, es más fácil que el egoísmo aflore o que las pequeñeces frustren nuestro panorama. El dolor es parte de la vida, y la única manera de no sufrir es no vivir; sin embargo, somos más fuertes de lo que creemos y podemos resistir más de lo que jamás imaginamos. Frankl afirma que “no es la carga la que nos vence, sino el modo en que la llevamos”. Nadie desea sufrir pero, cuando estamos ante una circunstancia que no podemos cambiar, entonces somos nosotros los que tenemos que cambiar. Esto es lo que nos hace crecer. El dolor, según Frankl, puede ser de tres maneras: físico (enfermedades), psíquico (sufrimiento), y social (soledad). En este momento, la gente de Chiapas y Tabasco vive los tres tipos de dolor. ¿De qué nos podemos quejar nosotros? El dolor existe para ser vivido, y sólo encontrándole sentido lo podemos trascender, porque este sentimiento, cuando es estéril, carece de todo sentido.Si no somos capaces de explicar algún dolor que nos pellizca el alma, como las muertes absurdas que por actos de corrupción se pudieron evitar en estos estados, si no tenemos los medios para impedir la tragedia, lo que podemos hacer es ir más allá de la simple pregunta “¿Por qué pasó?”. Aunque no quisiera estar en los zapatos de los gobernadores responsables, lo que sí podemos hacer es plantearnos el interrogante: “Ahora, ¿qué haré yo ante esto?” Y, a manera de Víctor Frankl, “No le preguntes a la vida: respóndele”. Deposita tu donativo en la cuenta de Banorte 055639128-1 sucursal 0681 a nombre de: Asociación Gilberto, A.C.
viernes, 9 de noviembre de 2007
Principio del Vacio Joseph Nwton
PRINCIPIO DEL VACÍO...
Joseph Newton.
Usted tiene el hábito de juntar objetos inútiles en este momento, creyendo que un día, (no sabe cuando), podrá precisar de ellos.Usted tiene el hábito de juntar dinero sólo para no gastarlo, pues piensa en el futuro podrá hacer falta.Usted tiene hábito de guardar ropa, zapatos, muebles, utensillos domésticos y otras cosas del hogar, que ya no usa hace bastante tiempo....Y dentro suyo?...Usted tiene el hábito de guardar broncas, resentimientos, tristezas, miedos, etc.No haga eso. Es anti-prosperidad.Es preciso crear un espacio, un vacío, para que las cosas nuevas lleguen a su vida.Es preciso eliminar lo que es inútil en usted y en su vida, para que la prosperidad venga.Es la fuerza de ese vacío que absorberá y atraerá todo lo que usted desea.Mientras usted está material o emocionalmente cargando cosas viejas e inútiles, no habrá espacio abierto para nuevas oportunidades.Los bienes precisan circular. Limpie los cajones, los armarios, el cuarto del fondo, el garaje.Regale lo que usted no usa más.La actitud de guardar un montón de cosas inútiles amarra su vida.No son los objetos guardados que estancan su vida, sino el significado de la actitud de guardar.Cuando se guarda, se considera la posibilidad de falta, de carencia .Es creer que mañana podrá faltar, y usted no tendrá medios de proveer sus necesidades.Con esa postura, usted está enviando dos mensajes para su cerebro y para su vida:
1º... usted no confía en el mañana
2º... usted cree que lo nuevo y lo mejor NO son para usted, ya que se alegra con guardar cosas viejas e inútiles.Deshágase de lo que perdió el color y el brillo y deje entrar lo nuevo en su casa... y dentro de si mismo...
Joseph Newton.
Usted tiene el hábito de juntar objetos inútiles en este momento, creyendo que un día, (no sabe cuando), podrá precisar de ellos.Usted tiene el hábito de juntar dinero sólo para no gastarlo, pues piensa en el futuro podrá hacer falta.Usted tiene hábito de guardar ropa, zapatos, muebles, utensillos domésticos y otras cosas del hogar, que ya no usa hace bastante tiempo....Y dentro suyo?...Usted tiene el hábito de guardar broncas, resentimientos, tristezas, miedos, etc.No haga eso. Es anti-prosperidad.Es preciso crear un espacio, un vacío, para que las cosas nuevas lleguen a su vida.Es preciso eliminar lo que es inútil en usted y en su vida, para que la prosperidad venga.Es la fuerza de ese vacío que absorberá y atraerá todo lo que usted desea.Mientras usted está material o emocionalmente cargando cosas viejas e inútiles, no habrá espacio abierto para nuevas oportunidades.Los bienes precisan circular. Limpie los cajones, los armarios, el cuarto del fondo, el garaje.Regale lo que usted no usa más.La actitud de guardar un montón de cosas inútiles amarra su vida.No son los objetos guardados que estancan su vida, sino el significado de la actitud de guardar.Cuando se guarda, se considera la posibilidad de falta, de carencia .Es creer que mañana podrá faltar, y usted no tendrá medios de proveer sus necesidades.Con esa postura, usted está enviando dos mensajes para su cerebro y para su vida:
1º... usted no confía en el mañana
2º... usted cree que lo nuevo y lo mejor NO son para usted, ya que se alegra con guardar cosas viejas e inútiles.Deshágase de lo que perdió el color y el brillo y deje entrar lo nuevo en su casa... y dentro de si mismo...
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jueves, 8 de noviembre de 2007
La Felicidad Cuesta, Santa Teresa de Avila, San Agustin de Tagaste
LA FELICIDAD CUESTA
Nuestra civilización materialista ha inventado una fórmula de felicidad barata que consiste poco más o menos en esto: En alejar de la vida, a como de lugar, todo sufrimiento, todo sacrificio, todo esfuerzo, y disfrutar lo más posible de cuántos placeres, diversiones, pasatiempos, dinero, etc. se puedan lograr.
Hay mucha gente que cree de verdad en esa fórmula y la prueba una y otra vez, y se les ve, sobre todo a la gente joven, a la búsqueda cada vez más intensa y atrevida de placeres, pasatiempos, etc. Pero los resultados no son muy halagadores: Más que personas felices, estamos viendo cada día mayor número de desesperados, incluso de suicidas; si uno cuenta como dato estadístico que en un centro educativo, hay un suicida cada semana ¿lo crees? Dices que no puede ser verdad, pero así es.
Muy pocos hablan de que para ser felices hay que luchar duramente. Ser feliz es posible, pero cuesta bastante esfuerzo; la felicidad cuesta y mucho. Por eso, los hombres profundamente felices son pocos. La mayoría se conforma con esa otra felicidad barata que no llena, que no puede llenar el corazón del hombre.
¿Por qué cuesta ser felices? Si el hombre fuera un simple animal, un cerdo, un chango, para hacerlo feliz bastaría llenarle el estómago de buena comida. Si el hombre tuviera solamente cuerpo, comer, beber, abandonarse a la furia del sexo, a las alucinaciones de las drogas, etc., podría hacerlo feliz; pero, muchos se entregan apasionadamente a esto y sienten que no son precisamente felices.
Hemos olvidado que, tenemos no sólo cuerpo sino espíritu. A este espíritu por lo general lo tenemos flaco y hambriento y le damos al cuerpo todo lo que pide. El espíritu se alimenta con otras cosas, tiene hambre, sed de otras realidades, que no son materiales sino espirituales, como son la búsqueda de la verdad y el bien, la búsqueda de Dios y el cumplimiento de sus leyes, sobre todo aquella de "amar al prójimo como a uno mismo".
Está búsqueda de la verdad y el bien, este aceptar a Dios y sus leyes no es nada fácil, pero siempre hay gente que se aventura a seguir por esta senda.
Y esta gente dice que sí es feliz, tanto más feliz cuando más esforzadamente vive esa ley. Por citar a solo dos gentes felices, una mujer decía: "Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza, quien a Dios tiene, nada le falta. ¡Solo Dios basta! Su autora: Santa Teresa de Ávila.
Otro, decía: "Nos has hecho para tí, Señor, y nuestro corazón estará insatisfecho hasta que descanse en ti" Su autor: San Agustín de Tagaste. Este segundo, sacó la conclusión anterior después de buscar durante más de 30 años la otra felicidad barata de la que hablamos al principio. Por ello es un testigo muy digno de crédito. Lo malo del caso, es que por lo general, uno se convence de esto hasta que como él, ha experimentado con todas las fuerzas la felicidad barata y no tiene más remedio que reconocer que no le satisfizo del todo.
Autor: P. Mariano de Blas, LC
Hay pocas personas felices porque pocas son las que quieren luchar por la felicidad, pocas las que creen en el esfuerzo, en los grandes ideales.
La felicidad tiene poco que ver con el dinero, el alcohol y la riqueza, y mucho que ver con el amor.
Autor: P. Mariano de Blas, LC
Nuestra civilización materialista ha inventado una fórmula de felicidad barata que consiste poco más o menos en esto: En alejar de la vida, a como de lugar, todo sufrimiento, todo sacrificio, todo esfuerzo, y disfrutar lo más posible de cuántos placeres, diversiones, pasatiempos, dinero, etc. se puedan lograr.
Hay mucha gente que cree de verdad en esa fórmula y la prueba una y otra vez, y se les ve, sobre todo a la gente joven, a la búsqueda cada vez más intensa y atrevida de placeres, pasatiempos, etc. Pero los resultados no son muy halagadores: Más que personas felices, estamos viendo cada día mayor número de desesperados, incluso de suicidas; si uno cuenta como dato estadístico que en un centro educativo, hay un suicida cada semana ¿lo crees? Dices que no puede ser verdad, pero así es.
Muy pocos hablan de que para ser felices hay que luchar duramente. Ser feliz es posible, pero cuesta bastante esfuerzo; la felicidad cuesta y mucho. Por eso, los hombres profundamente felices son pocos. La mayoría se conforma con esa otra felicidad barata que no llena, que no puede llenar el corazón del hombre.
¿Por qué cuesta ser felices? Si el hombre fuera un simple animal, un cerdo, un chango, para hacerlo feliz bastaría llenarle el estómago de buena comida. Si el hombre tuviera solamente cuerpo, comer, beber, abandonarse a la furia del sexo, a las alucinaciones de las drogas, etc., podría hacerlo feliz; pero, muchos se entregan apasionadamente a esto y sienten que no son precisamente felices.
Hemos olvidado que, tenemos no sólo cuerpo sino espíritu. A este espíritu por lo general lo tenemos flaco y hambriento y le damos al cuerpo todo lo que pide. El espíritu se alimenta con otras cosas, tiene hambre, sed de otras realidades, que no son materiales sino espirituales, como son la búsqueda de la verdad y el bien, la búsqueda de Dios y el cumplimiento de sus leyes, sobre todo aquella de "amar al prójimo como a uno mismo".
Está búsqueda de la verdad y el bien, este aceptar a Dios y sus leyes no es nada fácil, pero siempre hay gente que se aventura a seguir por esta senda.
Y esta gente dice que sí es feliz, tanto más feliz cuando más esforzadamente vive esa ley. Por citar a solo dos gentes felices, una mujer decía: "Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza, quien a Dios tiene, nada le falta. ¡Solo Dios basta! Su autora: Santa Teresa de Ávila.
Otro, decía: "Nos has hecho para tí, Señor, y nuestro corazón estará insatisfecho hasta que descanse en ti" Su autor: San Agustín de Tagaste. Este segundo, sacó la conclusión anterior después de buscar durante más de 30 años la otra felicidad barata de la que hablamos al principio. Por ello es un testigo muy digno de crédito. Lo malo del caso, es que por lo general, uno se convence de esto hasta que como él, ha experimentado con todas las fuerzas la felicidad barata y no tiene más remedio que reconocer que no le satisfizo del todo.
Autor: P. Mariano de Blas, LC
Hay pocas personas felices porque pocas son las que quieren luchar por la felicidad, pocas las que creen en el esfuerzo, en los grandes ideales.
La felicidad tiene poco que ver con el dinero, el alcohol y la riqueza, y mucho que ver con el amor.
Autor: P. Mariano de Blas, LC
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nada te espante,
Nada te turbe,
todo se pasa
miércoles, 7 de noviembre de 2007
Madurar
El pescador de tigres
Aquel día caminaba sin destino por la playa cuando vi a lo lejos el espigón de los pescadores. El muelle estaba desierto salvo por un hombre que pescaba, me llamo la atención la precisión con que realizaba sus movimientos. Pero mas me sorprendió que su caña no llevara carrete, ni sedal, ni anzuelo…ni cebo.
Por su cabello blanco supe que era un anciano, aunque por su agilidad parecía un hombre joven .En su perfil derecho se podía apreciar todas las arrugas del mundo, en el otro si las tenía permanecían ocultas por una extraña cicatriz de cuatro trazos.
-¿se pesca algo?- Le pregunté con cierto atrevimiento.
Y mirándome como si me hubiera estado esperando me dijo:
- se pesca lo que uno tenga voluntad de pescar. Todo radica en la paciencia y en saber elegir el cebo. Usted vino, ¿no es verdad? Entonces, lo que en su caso dio resultado fue la curiosidad…
-Entonces, suponiendo que eligiese bien el cebo, ¿Qué podría pescar aquí?
-Desde aquí- dijo mirando la vastedad el mar- me fue dado pescar casi todas las especies marinas. Peces diminutos…peces tan grandes como ballenas…. Peces transparentes… peces con alas…y también muchos otros.
- ¿muchos otros?
-Aquí he pescado también, hace ya tiempo y usando el cebo apropiado, peces que vinieron de ríos muy remotos. El agua es una sola. Y del mismo modo que los pesque, los devolví al mar con la esperanza de que supieran encontrar el camino de regreso.
- Piense lo siguiente: si arroja el cebo apropiado y cae a 10 cm. de un salmón, ¿picaría?
- Supongo que si…
- ¿y a 11 cm.?
-calculo que también…
- 12 o 14 tendría el mismo efecto ¿verdad?
-Por lo tanto, si no se puede determinar cual es el límite para que un cebo atraiga a los peces, quizá el límite no exista…siempre que uno sepa esperar.
Imagine cuán importante pueden ser la paciencia u un buen cebo, que cierta tarde pesque un enorme tigre.
- Un pez tigre, a eso se refiere…
- no un gran tigre de bengala que no paraba de correr entre las olas, dijo mientras se señalaba la enorme cicatriz de su cara
- Y cómo consigue pescar sin sedal, ni cebo
- Cuando yo era NIÑO el sentido de la pesca consistía en tener rápidamente al pez en mis manos. El único desafío era poder mostrar a todos lo que había conseguido. Después de algunos años lo que me importaba era la lucha que comenzaba desde que el pez mordía el anzuelo hasta que lo veía dar sus últimos saltos cerca de la costa.
Cuando fui adulto me interesaba la sensación del momento previo a la mordida del pez. Es decir, la emoción de la sorpresa, del azar, la posibilidad de que todo podía ocurrir en cualquier momento. Fracciones de tiempo ordenadas una detrás de otra, a partir del instante en que el anzuelo se hundía en el agua…
Ahora que soy un hombre viejo, lo que me impulsa es la experiencia de la espera. El sentido de la paciencia. Ahora, porque sé que puedo, ya no me hace falta hacer.
Luego me dijo que necesitaba retirarse a descansar. Me tendio la caña y me indico la tienda donde podria conseguir sedal, anzuelo y un buen cebo.
Porque- me aconsejó- nunca es bueno saltarse etapas.
Aquel día caminaba sin destino por la playa cuando vi a lo lejos el espigón de los pescadores. El muelle estaba desierto salvo por un hombre que pescaba, me llamo la atención la precisión con que realizaba sus movimientos. Pero mas me sorprendió que su caña no llevara carrete, ni sedal, ni anzuelo…ni cebo.
Por su cabello blanco supe que era un anciano, aunque por su agilidad parecía un hombre joven .En su perfil derecho se podía apreciar todas las arrugas del mundo, en el otro si las tenía permanecían ocultas por una extraña cicatriz de cuatro trazos.
-¿se pesca algo?- Le pregunté con cierto atrevimiento.
Y mirándome como si me hubiera estado esperando me dijo:
- se pesca lo que uno tenga voluntad de pescar. Todo radica en la paciencia y en saber elegir el cebo. Usted vino, ¿no es verdad? Entonces, lo que en su caso dio resultado fue la curiosidad…
-Entonces, suponiendo que eligiese bien el cebo, ¿Qué podría pescar aquí?
-Desde aquí- dijo mirando la vastedad el mar- me fue dado pescar casi todas las especies marinas. Peces diminutos…peces tan grandes como ballenas…. Peces transparentes… peces con alas…y también muchos otros.
- ¿muchos otros?
-Aquí he pescado también, hace ya tiempo y usando el cebo apropiado, peces que vinieron de ríos muy remotos. El agua es una sola. Y del mismo modo que los pesque, los devolví al mar con la esperanza de que supieran encontrar el camino de regreso.
- Piense lo siguiente: si arroja el cebo apropiado y cae a 10 cm. de un salmón, ¿picaría?
- Supongo que si…
- ¿y a 11 cm.?
-calculo que también…
- 12 o 14 tendría el mismo efecto ¿verdad?
-Por lo tanto, si no se puede determinar cual es el límite para que un cebo atraiga a los peces, quizá el límite no exista…siempre que uno sepa esperar.
Imagine cuán importante pueden ser la paciencia u un buen cebo, que cierta tarde pesque un enorme tigre.
- Un pez tigre, a eso se refiere…
- no un gran tigre de bengala que no paraba de correr entre las olas, dijo mientras se señalaba la enorme cicatriz de su cara
- Y cómo consigue pescar sin sedal, ni cebo
- Cuando yo era NIÑO el sentido de la pesca consistía en tener rápidamente al pez en mis manos. El único desafío era poder mostrar a todos lo que había conseguido. Después de algunos años lo que me importaba era la lucha que comenzaba desde que el pez mordía el anzuelo hasta que lo veía dar sus últimos saltos cerca de la costa.
Cuando fui adulto me interesaba la sensación del momento previo a la mordida del pez. Es decir, la emoción de la sorpresa, del azar, la posibilidad de que todo podía ocurrir en cualquier momento. Fracciones de tiempo ordenadas una detrás de otra, a partir del instante en que el anzuelo se hundía en el agua…
Ahora que soy un hombre viejo, lo que me impulsa es la experiencia de la espera. El sentido de la paciencia. Ahora, porque sé que puedo, ya no me hace falta hacer.
Luego me dijo que necesitaba retirarse a descansar. Me tendio la caña y me indico la tienda donde podria conseguir sedal, anzuelo y un buen cebo.
Porque- me aconsejó- nunca es bueno saltarse etapas.
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Pescador de Tigres
martes, 6 de noviembre de 2007
Razones para la Esperanza
13.- Morir solos, vivir juntos
Lo que más me ha impresionado de la muerte de Paco Martínez Soria ha sido saber que murió solo. Solo, en la inmensidad de la noche, entre las cuatro paredes frías de un apartamento, él que tanto conoció el aplauso, que vivió rodeado de multitudes que le abrazaban cada tarde con sus carcajadas y con esa forma misteriosa de amor que es reírse juntos.
Nunca me ha impresionado eso de que los muertos se «queden solos» -como lloraba Bécquer- en los cementerios. Los cementerios no existen, no cuentan. Lo verdaderamente horrible es morir asfixiado por los muros de cemento de la soledad. Esa soledad que angustiaba tanto a Santiago Rusiñol y que le hacía asegurar que, en esa hora de amargura él llamaría a los cuervos para que le hicieran compañía.
Y esto lo siento muy especialmente en estos días: cuando se cumplen tres años de la hora más alta de mi vida, los últimos momentos que vivió mi padre en esta tierra. Nunca aprendí tanto en tan pocos minutos. Nunca «me viví» tan enteramente. Fue como si, por un momento, alguien me descorriera la cortina que vela los únicos misterios importantes de nuestra condición humana.
Durante muchos años me había angustiado la idea de que los hombres podemos vivir juntos, pero morimos solos. Con Dios cuando más, pero quedándose ya lejos cuanto tuvimos de fraterno.
Y aquella tarde de marzo del 79 -a las ocho y diez exactamente- descubrí cuán injustificado era ese miedo que atenazaba mi corazón ya desde niño. Una hora antes había dicho yo la misa al borde de su lecho. Y él --desde la hermosa orilla de sus noventa y tres años- la había seguido entre ráfagas de ardiente lucidez y fugaces
hundimientos en la oscuridad. Luego llegó, al mismo tiempo que la agonía, la plenitud del amor. Estábamos allí los cuatro hermanos, dos a cada lado de la cama. Y mi padre hubiera querido tener en aquel momento cuatro manos para agarrar las cuatro nuestras. No es que tuviera miedo, es que necesitaba resumir en aquel gesto sin palabras todo el cariño de tantos años incandescentes.
Mi padre era un hombre tímido y muy poco expresivo. Mientras vivió mi madre se replegó a la sombra, como dejándole a ella la exclusividad de demostrar amor. Sólo cuando ella se fue dejó subir su ternura al primer plano, como si tratara de ser a la vez una madre y un padre. Luego, al envejecer, se fue afilando su ternura, multiplicándose, porque en esa recuperada infancia se dobla o se triplica lo que fuimos de hombres.
Y ahora -a las ocho y cinco de aquella tarde de marzo- era como si temiera que el amor no hubiera quedado suficientemente claro. Por eso, ya sin palabras y entre estertores, sus ojos -lo único ya que le quedaba vivo- desfilaban, uno por uno, por los rostros de sus cuatro hijos; iban y venían del uno al otro, con una misteriosa mezcla del que pide socorro y mendiga amor.
No le hizo falta llamar a los cuervos, porque no estaba solo. Los cuatro allí moríamos con él y él vivía en nosotros, puesto que su muerte estaba multiplicando nuestras cuatro vidas. ¿Se puede, entonces, morir juntos cuando se ha vivido juntos?
Nunca he tenido mucho miedo a la muerte. Y esto no sólo por- que tengo fe, sino también porque me he acostumbrado a vivir con ella en casa. Sé que ella anda en zapatillas por mis habitaciones, amiga y compañera, ya no amenaza, sino acicate. Y su recuerdo sólo me sirve para darme más prisa a vivir.
Recuerdo ahora aquel encuentro de Rilke con Rodin. El joven poeta había acudido a visitar al genial escultor, y no para preguntarle por el arte y todas esas paparruchas, sino para hacerle la pregunta decisiva: «¿Cómo hay que vivir?» Rodin le contestó con una sola palabra: «Trabajando.» Y esa palabra iluminó a Rilke, que, muchos años más tarde, comentaría- «Lo comprendí muy bien. Siento que trabajar es vivir sin morir.»
Tal vez yo habría dicho «amando» en lugar de «trabajando». Pero ¿acaso trabajar no es un modo de amar? Lo sé: los que están vivos es decir, los que aman y trabajan- no se mueren nunca. Sólo se mueren los que ya están muertos.
Así se ha ido curando en parte mi miedo a la muerte solitaria. ¿Acaso estoy solo ahora, cuando escribo este artículo? ¿Acaso no estáis aquí vosotros, posibles o soñados lectores míos? Lo sé- el verdadero secreto de la soledad es que no existe. Si es verdadera soledad está llena y acompañadísima. Si está sola y vacía no es soledad, sino simple muerte y aburrimiento.
No, no compartiré jamás las visiones que los románticos tenían de la soledad. Me duele como una blasfemia aquella afirmación de Schopenhaucr, para quien la soledad tenía dos ventajas: que uno está en ella consigo mismo y que, además, no está con los demás. Y si fuera cierto aquello que escribiera Ruckert de que «las águilas vuelan solas, los cuervos en bandadas», estad bien seguros de que yo preferiría ser cuervo antes que águila altanera y estúpida.
Prefiero la afirmación del Génesis: «No es bueno que el hombre esté solo.» Y es bueno que, cuando esté solo, esté latiendo, vibrando, tendiendo sus manos de moribundo hacia todos sus hijos, buscando ojos que te miren -y en los que mirarse, porque sólo existimos en tanto en cuanto que latimos «en» otros.
Y ya no me preocupa ignorar si la muerte alcanzó a Paco Martínez Soria en la ignorancia del sueño. Porque sé que al apoyar su cabeza en la almohada, al acostarse, tuvo que sentir los aplausos y las carcajadas de todos los que con él habían compartido tantas horas felices. Sé que, incluso en sus sueños último y penúltimo -mientras la muerte, en zapatillas, se acercaba a su cama-, volvió a sentirse en el teatro, en el escenario, arropado de amor y de risas, seguro de que podía estar muerto, pero solo jamás.
Lo que más me ha impresionado de la muerte de Paco Martínez Soria ha sido saber que murió solo. Solo, en la inmensidad de la noche, entre las cuatro paredes frías de un apartamento, él que tanto conoció el aplauso, que vivió rodeado de multitudes que le abrazaban cada tarde con sus carcajadas y con esa forma misteriosa de amor que es reírse juntos.
Nunca me ha impresionado eso de que los muertos se «queden solos» -como lloraba Bécquer- en los cementerios. Los cementerios no existen, no cuentan. Lo verdaderamente horrible es morir asfixiado por los muros de cemento de la soledad. Esa soledad que angustiaba tanto a Santiago Rusiñol y que le hacía asegurar que, en esa hora de amargura él llamaría a los cuervos para que le hicieran compañía.
Y esto lo siento muy especialmente en estos días: cuando se cumplen tres años de la hora más alta de mi vida, los últimos momentos que vivió mi padre en esta tierra. Nunca aprendí tanto en tan pocos minutos. Nunca «me viví» tan enteramente. Fue como si, por un momento, alguien me descorriera la cortina que vela los únicos misterios importantes de nuestra condición humana.
Durante muchos años me había angustiado la idea de que los hombres podemos vivir juntos, pero morimos solos. Con Dios cuando más, pero quedándose ya lejos cuanto tuvimos de fraterno.
Y aquella tarde de marzo del 79 -a las ocho y diez exactamente- descubrí cuán injustificado era ese miedo que atenazaba mi corazón ya desde niño. Una hora antes había dicho yo la misa al borde de su lecho. Y él --desde la hermosa orilla de sus noventa y tres años- la había seguido entre ráfagas de ardiente lucidez y fugaces
hundimientos en la oscuridad. Luego llegó, al mismo tiempo que la agonía, la plenitud del amor. Estábamos allí los cuatro hermanos, dos a cada lado de la cama. Y mi padre hubiera querido tener en aquel momento cuatro manos para agarrar las cuatro nuestras. No es que tuviera miedo, es que necesitaba resumir en aquel gesto sin palabras todo el cariño de tantos años incandescentes.
Mi padre era un hombre tímido y muy poco expresivo. Mientras vivió mi madre se replegó a la sombra, como dejándole a ella la exclusividad de demostrar amor. Sólo cuando ella se fue dejó subir su ternura al primer plano, como si tratara de ser a la vez una madre y un padre. Luego, al envejecer, se fue afilando su ternura, multiplicándose, porque en esa recuperada infancia se dobla o se triplica lo que fuimos de hombres.
Y ahora -a las ocho y cinco de aquella tarde de marzo- era como si temiera que el amor no hubiera quedado suficientemente claro. Por eso, ya sin palabras y entre estertores, sus ojos -lo único ya que le quedaba vivo- desfilaban, uno por uno, por los rostros de sus cuatro hijos; iban y venían del uno al otro, con una misteriosa mezcla del que pide socorro y mendiga amor.
No le hizo falta llamar a los cuervos, porque no estaba solo. Los cuatro allí moríamos con él y él vivía en nosotros, puesto que su muerte estaba multiplicando nuestras cuatro vidas. ¿Se puede, entonces, morir juntos cuando se ha vivido juntos?
Nunca he tenido mucho miedo a la muerte. Y esto no sólo por- que tengo fe, sino también porque me he acostumbrado a vivir con ella en casa. Sé que ella anda en zapatillas por mis habitaciones, amiga y compañera, ya no amenaza, sino acicate. Y su recuerdo sólo me sirve para darme más prisa a vivir.
Recuerdo ahora aquel encuentro de Rilke con Rodin. El joven poeta había acudido a visitar al genial escultor, y no para preguntarle por el arte y todas esas paparruchas, sino para hacerle la pregunta decisiva: «¿Cómo hay que vivir?» Rodin le contestó con una sola palabra: «Trabajando.» Y esa palabra iluminó a Rilke, que, muchos años más tarde, comentaría- «Lo comprendí muy bien. Siento que trabajar es vivir sin morir.»
Tal vez yo habría dicho «amando» en lugar de «trabajando». Pero ¿acaso trabajar no es un modo de amar? Lo sé: los que están vivos es decir, los que aman y trabajan- no se mueren nunca. Sólo se mueren los que ya están muertos.
Así se ha ido curando en parte mi miedo a la muerte solitaria. ¿Acaso estoy solo ahora, cuando escribo este artículo? ¿Acaso no estáis aquí vosotros, posibles o soñados lectores míos? Lo sé- el verdadero secreto de la soledad es que no existe. Si es verdadera soledad está llena y acompañadísima. Si está sola y vacía no es soledad, sino simple muerte y aburrimiento.
No, no compartiré jamás las visiones que los románticos tenían de la soledad. Me duele como una blasfemia aquella afirmación de Schopenhaucr, para quien la soledad tenía dos ventajas: que uno está en ella consigo mismo y que, además, no está con los demás. Y si fuera cierto aquello que escribiera Ruckert de que «las águilas vuelan solas, los cuervos en bandadas», estad bien seguros de que yo preferiría ser cuervo antes que águila altanera y estúpida.
Prefiero la afirmación del Génesis: «No es bueno que el hombre esté solo.» Y es bueno que, cuando esté solo, esté latiendo, vibrando, tendiendo sus manos de moribundo hacia todos sus hijos, buscando ojos que te miren -y en los que mirarse, porque sólo existimos en tanto en cuanto que latimos «en» otros.
Y ya no me preocupa ignorar si la muerte alcanzó a Paco Martínez Soria en la ignorancia del sueño. Porque sé que al apoyar su cabeza en la almohada, al acostarse, tuvo que sentir los aplausos y las carcajadas de todos los que con él habían compartido tantas horas felices. Sé que, incluso en sus sueños último y penúltimo -mientras la muerte, en zapatillas, se acercaba a su cama-, volvió a sentirse en el teatro, en el escenario, arropado de amor y de risas, seguro de que podía estar muerto, pero solo jamás.
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